INTERVIENEN:
ANTONIO GIL OLCINA. Director del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante. Catedrático del Departamento de Análisis Geográfico Regional
DANIEL PRATS RICO. Director del Instituto del Agua y Ciencias Ambientes de la Universidad de Alicante. Catedrático del Departamento de Ingeniería Química
JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ MOLLÁ. Presidente de la Cámara de Comercio de Orihuela
ELADIO ANIORTE APARICIO. Presidente provincial de Jóvenes Agricultores-ASAJA
JOSÉ ANTONIO MUÑOZ GRAU. Portavoz de la Comisión Pro-Río Segura
PRESENTA Y MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
EXPERTOS Y SECTORES SOCIALES PIDEN UN CAMBIO EN LA GESTIÓN DEL SEGURA
EDUARDO DE GEA
Este debate puso sobre la mesa varias preguntas claves sobre su problemática: «¿Quién y por qué se ha permitido que la cuenca del Segura haya llegado a su estado actual?», o «¿por qué, conociendo sus problemas actuales, estos no se solventan cuando es posible tanto técnicamente como económicamente?».
Sobre el tapete se puso de manifesto que le principal problema del Segura es la «política irracional, permitida desde hace años por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) que ha llevado a una sobreexplotación de sus recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos, y como consecuencia de ello, a sufrir una grave contaminación que está afectando a los sectores económicos y a la calidad de vida de los ciudadanos».
La irracionalidad permitida y consentida en la cuenca del Segura salpicó, en el debate, a todos los sectores de la sociedad y de la política. La Administración fue la que se llevó las mayores críticas por su política hacia el río Segura, pero también se incluyó a los mismos ciudadanos, agricultores, ayuntamientos y universidades: por permitirlo unos; por callar y no denunciar, otros.
Uno de los aspectos más tratados en el debate, y clave en la degración del Segura y su cuenca, fue la sobreexplotación de los recursos del río y la creación de nuevas terrenos de regadío en una cuenca deficitaria. Antonio Gil Olcina, director del Instituto de Geografía de la Universidad de Alicante, precisó con datos la evolución de los terrenos regables en la Cuenca del Segura: en 1918, 33.500 hectáreas; en 1935 la cantidad era de 47.600. Tras el Decreto de 1953 el número de hectáreas llegó a 59.000. Pero sobre todo destacó que con el trasvase Tajo-Segura «se crearon expectativas de caudales, que nunca se cumplieron, pero se siguió roturando terrenos para nuevos regadíos, elevando su número de hectáreas a las aproximadamente 200.000 actuales, con una grave utilización de aguas subterráneas». Consideró necesario «una política de ordenación del territorio, porque no basta con el saneamiento si lo que hay aguas abajo de Ojós ya no es un río. Si no se actúa en toda la Cuenca, tendremos una cloaca más limpia y saneada, pero no un cauce», añadió.
José Antonio Sánchez Molla, presidente de la Cámara de Comercio de Orihuela, dijo sobre este mismo aspecto que «pese al déficit hídrico, se sigue roturando tierras en la actualidad. ¿Por qué la CHS da permiso para ello, o no lo evita?». Criticó los planteamientos de los responsables de este organismo: «La calidad de las aguas, al igual que a los ayuntamientos, les ha importado poco, y tenemos el derecho de tener una calidad de vida que aquí no tenemos. Los que han dirigido y provocado el caos del Segura, la CHS, siguen en los mismos enfoques, propios de ingenieros de caminos y de construcción de infraestructuras. Necesitamos un cambio de gestión en la CHS, donde lo primordial no sea el cemento sino la calidad del agua». Calificó la protesta de Madrid como «una de las más grandes realizadas en España» para reivindicar el saneamiento de un río.
El portavoz de Pro-Río de Orihuela, José Antonio Muñoz, coincidió con sus compañeros de debate en la necesidad de «ordenar el territorio y los recursos hidráulicos». «No basta con las depuradoras, hay que actuar para erradicar la salinización y la sobreexplotación», que calificó de «especulativa». Muñoz dijo «no buscar culpables, pero la Administración es responsable. Con el PSOE la gestión del agua fue pésima y el PP está consolidando lo heredado. Al no recibirnos ni en Valencia ni en Madrid, su responsabilidad se convierte en culpabilidad».
Daniel Prats, director del Instituto del Agua y Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante y Catedrático de Ingeniería Química, destacó que el Segura tiene solución: «Problemas tecnológicos no los hay. El agua residual tratada bien incluso se puede beber. Hay que planificar e invertir. Solucionar el problema del río es querer hacerlo». Recordó que el próximo año se cumple el plazo de cumplimiento de la directiva europea sobre depuración y advirtió que los vertidos industriales deben ser tratados antes de verterlos a los cauces o a depuradoras. «Aquí no basta depurar las aguas, sino poder reutilizarlas», añadió, al tiempo que dijo que ya eran factibles económicamente las desaladoras.