Melissa, una experimentada funcionaria de prisiones de 32 años, se muda a Córcega con sus dos hijos y su marido. Es su oportunidad para comenzar una nueva vida Empieza a trabajar en un centro penitenciario que es muy diferente a los demás. Allí, se dice que son los presos los que vigilan a los guardias. Melissa logra integrarse gracias a Saveriu un joven recluso que parece ser influyente allí dentro y la pone bajo su protección. Sin embargo, cuando Saveriu queda en libertad, vuelve a ponerse en contacto con Melissa para pedirle un favor, con el que se pone en marcha una peligrosa mecánica.