Entrada libre
Organiza: INSTITUTO DE BIOINGENIERÍA, UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ
INTERVIENEN:
Dr. EDUARDO FERNÁNDEZ
Unidad de Fundamentos de la Visión y Visión Artificial
«Neuroprótesis y plasticidad cerebral»
Dr. JUAN VICENTE SÁNCHEZ-ANDRÉS
Unidad de Redes Neurales
«Información y codificación en medicina»
El cerebro es responsable del procesamiento de información. En diferentes situaciones este procesamiento no se realiza o experimenta anormalidades por enfermedad. La Bioingeniería se plantea suplir el procesamiento de información deficitario que puede ser de gran utilidad para enfermos con deficiencias sensoriales (ceguera, sordera, etcétera) o para el diagnóstico y tratamiento de alteraciones en las que el procesamiento es anormal o experimenta fases de alteración en la epilepsia.
LOS INVESTIGADORES DESTACAN LA UTILIDAD DE LA PRÓTESIS EN PATOLOGÍAS SENSORIALES
R. A. FRAILE
Suplir el déficit de información que se produce en distintos procesos patológicos de tipo sensorial es una de las principales metas que persigue la bioingeniería, y en concreto la línea de investigación centrada en la creación de prótesis o implantes con los que generar estímulos similares a los fisiológicos.
El doctor Eduardo Fernández, de la Unidad de Fundamentos de la Visión y Visión Artificial del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Fernández, indicó ayer que una prótesis viable ha de estar diseñada al tratamiento de una determinada patología, su tamaño ha de ser adecuado, tener un bajo consumo y ser adaptable y biocompatible. Fernández -durante su exposición en la segunda sesión de las Jornadas sobre «Biotecnología, salud y sociedad» que el lunes inauguró el profesor Bernat Soria en el Club INFORMACION- hizo un repaso de las distintas posibilidades de neuroprótesis que se están desarrollando en la actualidad, tales como los implantes cocleares en caso de sordera, las destinadas al control del dolor, para estimular el subtálamo en enfermos de Parkinson o los electrodos que se tuilizan en pacientes con lesiones medulares. No en vano, apuntó que en España existen 30.000 pacientes parapléjicos, principalmente a consecuencia de accidentes de tráfico, cuya edad media no supera los 31 años.
En la actualidad Fernández trabaja en el desarrollo de una prótesis visual para ciegos, un trabajo complejo con el que el sujeto puede llegar a mejorar su movilidad y percibir imágenes. Sin embargo explicó que «se trata no tanto de transmitir imágenes nítidas sino información útil con la que la persona pueda relacionar determinados caracteres con el entorno».
La sesión de ayer se cerró con la participación del doctor Juan Vicente Sánchez-Andrés cuya ponencia giró sobre «Información y medicina». Miembro de la Unidad de Redes Neurales del Instituto de Bioingeniería de la UHM, insistió en la dificultad de transmitir a la sociedad las investigaciones que se están realizando y las dificultades que plantea la financiación de buenos proyectos que en gran parte salen adelante gracias al «voluntarismo» de los investigadores.
Definió al bioingeniero como el científico que tiene que ser capaz de unir los «diferentes pedazos» y engranarlos con la realidad. En este sentido, explicó que su labor radica en tratar de registrar y de identificar los códigos que generan las células y combinarlos para mejorar las capacidades del hombre, principalmente en los últimos años de su vida.
Aseguró que la bioingeniería se encuentra en una fase ascendente que conseguirá su desarrollo máximo en el plazo de veinte años. «Somos ambiciosos. Estamos en la dinámica de los que han de venir», concluyó.