Entrada libre
DIRECTOR DE LAS JORNADAS
Dr. José Luis Micol Molina. Catedrático de Genética, Universidad Miguel Hernández
INTERVIENE:
Dr. Francisco García Olmedo. Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad Politécnica de Madrid
García Olmedo: «Nunca en la historia de la humanidad el alimento ha sido tan seguro»
R. A. FRAILE
La utilización de tecnologías transgénicas para mejorar la producción de determinados cultivos está desatando una psicosis y una oposición que lejos de perjudicar a las multinacionales norteamericanas que controlan estas producciones, a medio y largo plazo, «les va regalar el negocio», según explicó ayer Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Madrid, a quien le resulta paradójico que cuanto mayor control alimentario existe los consumidores tienen más miedo.
García Olmedo impartió ayer la tercera de las ponencias programadas de la semana científica sobre la estructura del ADN que celebra la Universidad Miguel Hernández de Elche en el Club INFORMACION.
Precisamente García Olmedo centró su intervención en las consecuencias que el descubrimiento del ADN ha tenido en la agricultura. Para introducir el asunto dijo que en contra de la creencia generalizada «nada de lo que comemos es natural» y que «lo natural es muy adverso». De hecho considera que existe una mitificación de lo natural «cuando en realidad somos lo que somos gracias a la utilización de artificios que nos han permitido separarnos del resto de especies».
La incorporación de la tecnología transgénica responde a la necesidad de producir más y más limpio en menos suelo como consecuencia del crecimiento de la población, explicó García Olmedo. En la actualidad el ratio es de un cuarto de hectárea por persona cuando hace treinta años era de media hectárea por persona.
Aseguró que la tecnología transgénica «es muy poderosa pero aplica cosas muy concretas» que no afectan al alimento sino que inciden en el cultivo y la producción para hacerlos resistentes a plagas, malezas y herbicidas. «Esas agriculturas que aparecen como mejores son más dañinas porque necesitan más suelo», subrayó.
Insistió en que los productos transgénicos son sometidos a rigurosos controles, superiores a los que se utilizan en muchos otros productos que pasan por «naturales» «De estos alimentos sabemos cosas que no conocemos de las que se venden en herbolarios, por ejemplo», señaló el catedrático convencido de que «nunca en la historia de la humanidad el alimento ha sido tan seguro».
Consciente de que las tecnología transgénicas están involucradas en muchas ideologías aseguró que «el fin no justifica los medios» y que es «suicida» renunciar a cualquier avance en ingeniería genética.
La humanidad no tiene planteados nuevos alimentos pero seguir produciendo para los 2.000 millones de personas más que habrá dentro de dos décadas si es un reto, dijo García Olmedo.