Entrada libre
Interviene:
Ángel Sánchez Cánovas. Director general de la ONCE
Presenta:
José María Perea. Periodista
ÁNGEL SÁNCHEZ CÁNOVAS
Nació en Orihuela (Alicante) el 11 de febrero de 1960. Después de cursar estudios de economía en la Universidad de Valencia y de informática en Madrid, aprobó las oposiciones de jefe administrativo de la ONCE y fue destinado a la Agencia Comarcal de Elche. El 30 de mayo del año 2000 es nombrado director económico-financiero de la ONCE en la Dirección General. El 3 de octubre de 2001 pasa a ser director general adjunto de Recursos Económicos, Humanos y Tecnológicos de la ONCE. En septiembre de 2002, se le asignan las responsabilidades del Área de Juego. El 23 de abril de 2003 pasó a ocupar interinamente el cargo de director general por la convocatoria de elecciones en la ONCE.
Los accidentes y la diabetes pasan a ser las principales causas de ceguera
J. HERNÁNDEZ
El director general de la ONCE, Ángel Sánchez, que repasó días atrás en el Club INFORMACION la historia de los servicios sociales de la organización, destacó que el perfil de la persona afectada de ceguera ha cambiado mucho y que si hace unas décadas los ciegos eran sobre todo de nacimiento o a consecuencia de las heridas sufridas en la guerra civil, actualmente cada vez hay menos niños ciegos totales gracias a las nuevas tecnologías, pero más personas mayores de 65 años que pierden totalmente la vista. «Hoy los mayores problemas surgen por la diabetes, que suele acabar en ceguera, y otro motivo importante son los accidentes de tráfico.
El Centro de Rehabilitación de Sabadell fue el primero que se creó para casos traumáticos, en los que hace especial incidencia en el tratamiento psicológico para que estas personas asuman su nueva situación ya que han de aprenderlo. La ONCE está para ayudarles a empezar de nuevo porque aunque piensen que se ha acabado todo no es así. La organización es un seguro para la sociedad española».
Ángel Sánchez explicó que una de sus primeras tareas como director general de la ONCE, cargo que ostenta desde el año pasado, es la negociación que está manteniendo con el Ministerio de Trabajo para implicar en la organización no sólo a los ciegos sino a todos los minusválidos, que en España son tres millones de personas ?la ONCE tiene 64.000 afiliados?. Sánchez, que nació en Orihuela en 1960, no quiso desvelar el contenido de las negociaciones aunque dijo que van bien.
Para extender el sistema, la Organización Nacional de Ciegos necesitaría sobre todo medios, aunque desde su creación en 1938 no ha dejado de crecer. Su director general habló en el Club de todos los avances y batallas emprendidas, la primera de ellas intentar que a los ciegos llegue la máxima información posible ya que reciben sólo un 30%.
Sin embargo, fue el cupón el verdadero seguro del colectivo, ya que «si no existiera, viviríamos de la mendicidad o de una pensión de la Administración pública. Hemos logrado convertir a personas pasivas en activas para la sociedad».
Con referencia al cupón, Sánchez anunció la instalación progresiva de los terminales «punto de venta», con los que se expedirán los billetes a través de un ordenador que imprimirá al momento el cupón. «El terminal estará adaptado a la voz de los vendedores, y permitirá que entren en las nuevas tecnologías y poco a poco ir retirando el cupón».
El otro reto para este año es «conseguir una mejor coordinación de los recursos destinados a producir libros en braille y sonoro con el fin de publicar más y llegar más lejos».
La ONCE ha destinado este año 161 millones de euros -el presupuesto total es de 2.840 millones- para atender las necesidades sociales de sus distintos centros, en los que trabajan 2.500 personas, y que cuentan con 33 departamentos de Servicios Sociales, un centro residencial para rehabilitación de casos especiales, un centro de investigación, y una escuela universitaria de Fisioterapia.
Con estos fondos, la organización profundizará en la atención educativa, servicios de rehabilitación, apoyo psicosocial, comunicación y acceso a la información a través del sistema Braille, apoyo al empleo, ocio, deporte…
Según la estadística de 2002, ese año fueron atendidas casi 5.000 personas en el servicio de rehabilitación y se entregaron 112 perros-guía. En los cinco colegios del país hubo 8.371 alumnos; se emplearon 1.409 equipos para la adaptación de puestos de trabajo; se alcanzó la cifra de 7.000 deportistas en distintas modalidades y se concedieron 3.778 becas.
A la conferencia sobre la historia de la ONCE desde su fundación asistieron el director administrativo de Alicante, Ruperto Ponz, así como distintos representantes sindicales.
El cupón nació en el barrio de San Antón de Alicante
Cuando en 1903 el barrio alicantino de San Antón celebraba sus fiestas sorteando un «porquet» con papeletas, «varios ciegos se dieron cuenta de que si ese sorteo se repetía podían tener un medio de vida. Comenzaron su lucha y nació una sociedad llamada La Caridad, que promovió en colaboración con la Diputación de Alicante un sorteo a 10 céntimos la papeleta. Seis eran para premio, uno para la sociedad y tres para el vendedor. Así nació el cupón», explicó Ángel Sánchez en el Club. Poco a poco se fue extendiendo por España. «En 1984 se realizó la primera reforma importante, pasando de sorteos provinciales a un solo cupón nacional, que fue todo un éxito y que permitió crear todos los servicios». La historia del cupón será recogida en un libro.
BREVE HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES DE LA ONCE
1. LA CREACIÓN DE LA ONCE Y LA ETAPA PREDEMOCRÁTICA
La ONCE fue creada el 13 de diciembre de 1938, mediante un Decreto que la configuraba como una entidad tutelada, controlada e intervenida directamente por la Administración, a través del Consejo Superior de Ciegos, y que agruparía a ?todos los invidentes españoles, con fines de mutua ayuda y para la resolución de sus problemas específicos?. Además de la afiliación obligatoria de las personas ciegas, se establecía la fusión en ella de todas las entidades con fines similares a la misma, entre las que destacaban el Sindicat de Cecs de Catalunya, la asociación sevillana La Hispalense, las asociaciones alicantinas ?La Caridad? y ?La Piedad?, la asociacion «La Esperanza» de Alcoy y la asociación de ciegos valenciana ?El Porvenir?.
El Decreto fundacional fue desarrollado posteriormente por una Orden del Ministerio de Gobernación donde se la calificaba como una «Entidad de Derecho Público y de Beneficencia General».
El citado reglamento concebía a la ONCE como una organización de y para ciegos, estableciendo al efecto que todos sus miembros deberían reunir tal condición, así como también todos los cargos directivos y administrativos, siempre que ello fuere posible, y reconoce el cupón como una fórmula excepcional y exclusiva de ingresos para este colectivo.
De esta forma, se daba una respuesta institucional al espíritu asociativo, reivindicativo y de responsabilidad manifestado por los ciegos españoles en búsqueda de soluciones a las condiciones precarias y de marginación en las que hasta entonces habían vivido.
Con esta respuesta se fijaban los tres ejes sobre los que la ONCE asentaría su desarrollo posterior. Una fórmula laboral -el cupón- que permitía a las personas ciegas empezar a salir de unas condiciones de vida precarias y de indigencia; una fórmula asociativa que configuraba a la ONCE como única institución de ciegos y que permitía a éstos aunar los esfuerzos e intereses de todos ellos en la consecución de su bienestar social; y una fórmula de gestión que les traspasaba el protagonismo y la iniciativa en la búsqueda de respuestas a las múltiples necesidades sociales derivadas de su ceguera.
Pese a estos avances, no obstante, y hasta 1970, la ONCE podríamos considerar que se mantuvo sobreviviendo de los ingresos provenientes de un cupón muy poco competitivo.
Sin embargo, esta precariedad de recursos no fue obstáculo para que la ONCE fuese generando programas y servicios dirigidos a sus afiliados. Durante esta etapa (1939-1970) la gama de tales servicios se orientó prioritariamente hacia el ámbito educativo y rehabilitador, prestándose desde centros de carácter estatal o intersectorial y en la mayoría de los casos en régimen residencial.
Como realizaciones sociales más destacables pueden citarse la puesta en funcionamiento o creación de:
– Los colegios residenciales de Pontevedra, Madrid, Sevilla y Alicante (y que podemos considerar como los servicios más antiguos prestados por nuestra Entidad al fecharse en 1939), y a los que en el año 1971 se uniría el de Barcelona.
– La escuela de Telefonía en Madrid (1966) y años más tarde otra similar en Barcelona.
– La escuela de Fisioterapia (1968).
– El Centro de Rehabilitación Social de Ciegos Adultos de Sabadell (1971); posteriormente denominado Centro de Rehabilitación «Ignacio de Satrústegui y Fernández».
– Asimismo se crea en 1960 el Libro Hablado y se establecen diferentes tipos de prestaciones económicas y educativas «Pensiones de Invalidez y Vejez», «Becas de estudio», «Material educativo adaptado», «tarjeta de ferrocarril», etcétera.
2. LA DEMOCRACIA EN LA ONCE
La crisis económica de mediados de la década de los setenta, así como el cambio político operado en España y que tuvo su exponente máximo con la promulgación de una nueva Constitución, llevaron al ánimo de las personas ciegas la necesidad de transformar la institución, ajustándola a los nuevos esquemas democráticos en los que se desenvolvía el país.
En lo normativo, tales aspiraciones tuvieron su reflejo en la promulgación del Real Decreto 1041/81 de 22 de mayo que modificó la estructura orgánica de la Entidad y recogió la concesión estatal en exclusiva a la ONCE de la venta del cupón y la Orden de 29 de septiembre que lo desarrolló en materia electoral y que permitió la introducción de cambios formales fundamentales, dotándola de una nueva estructura democrática: el Consejo General, como órgano de gobierno de la Entidad; los Consejos Territoriales, como órganos encargados de supervisar y comprobar los acuerdos del Consejo General; el Delegado General, actualmente Director General, para la gestión y ejecución de lo acordado por el órgano de gobierno; y, por último, el Consejo de Protectorado, que venía a desempeñar el papel de supervisión que, hasta entonces, correspondía al Consejo Superior de Ciegos.
Con las primeras elecciones celebradas el 15 de enero de 1982 se puso en marcha una dinámica modernizadora, afrontándose una larga serie de reformas. Es en esta época en la que los servicios sociales para afiliados inician, al igual que otros ámbitos de nuestra institución, un incremento y mejora notables.
En este periodo (1978-1985) se actualizan programas ya en funcionamiento (Servicios Bibliográficos, Formación Profesional, Escuela de Fisioterapia, etcétera) y se inician otros nuevos: Animación Sociocultural, Atención Temprana, Apoyo a la Educación Integrada, Educación Permanente de Adultos y Rehabilitación Visual (con la apertura del Centro de Rehabilitación Visual de la ONCE, posteriormente fusionado con la Unidad de Rehabilitación Básica de Madrid en el denominado Centro de Rehabilitación Básica y Visual de la ONCE).
Así mismo, se ponen en funcionamiento las Unidades de Rehabilitación Básica de Madrid y Sevilla. Por último, se inicia la configuración de los Equipos de Atención Básica en las Delegaciones Territoriales y Direcciones Administrativas.
Podemos caracterizar esta etapa por una diversificación de las prestaciones ofrecidas a los afiliados. Por otra parte, si bien se siguen creando o renovando servicios de ámbito estatal o intersectorial, se comienza un proceso de acercamiento, conjuntamente con la diversificación antes apuntada, de los programas y prestaciones a los usuarios. Esta política de servicios, no obstante, vio muy reducido su impacto al carecer de la infraestructura material y humana que posibilitase su aplicación real en unos casos, y, cuando esto era posible, desarrollar una perspectiva verdaderamente interdisciplinar.
3. LA EXPANSIÓN DE LA INSTITUCIÓN Y DE SUS SERVICIOS SOCIALES
La promulgación del Real Decreto 2385/85 de 27 de diciembre, que al margen de otras consideraciones como la limitación al pretendido autogobierno de la ONCE, se pronuncia claramente sobre la naturaleza jurídica de la misma, a la que define como una Corporación de Derecho Público y de carácter social, significa la superación de la indefinición de las normas anteriores que la denominaban únicamente Entidad de Derecho Público. La promulgación del Real Decreto 358/91 por el que se reordena la ONCE y que permite a la Organización importantes cotas de autonomía de gestión y la aprobación de sus Estatutos por el Consejo de Protectorado el 4 de junio de 1992, que entraron en vigor el 23 de noviembre de 1992, cierran el desarrollo normativo de la Entidad en esta etapa.
En ellos se define a la ONCE como una «Corporación de Derecho Público, de carácter social, que desarrolla su actividad en todo el territorio del Estado y bajo su Protectorado».
Su carácter de Corporación supone la asociación de las personas ciegas y deficientes visuales para atender sus propias necesidades y fines, con la participación de los mismos en su administración. Significa, además, que no cabe más que una sola y única organización corporativa, la ONCE, para operar con los fines y sobre el colectivo de las personas ciegas y deficientes visuales en España.
Su característica de Derecho Público supone que al coincidir sus fines con las atribuciones que en nuestro ordenamiento están asignadas a las Administraciones Públicas, puede considerarse que su ejercicio por la ONCE lo es a título de delegación o agente de aquéllas.
Por su carácter Social, la ONCE se identifica como una institución sin ánimo de lucro que busca la promoción de las personas ciegas y deficientes visuales con el objetivo social de conseguir su normalización e integración en la comunidad.
Tanto en el Real Decreto 358/1991 como en los Estatutos antes mencionados se redefinen claramente los fines institucionales y sociales de la ONCE, superando formulaciones más genéricas contenidas en normas anteriores. En este sentido, se señala que la ONCE ordenará su actuación a la consecución de la autonomía personal y plena integración social de los deficientes visuales. Para ello, se indican, entre otras, las actividades y servicios que la Institución deberá desarrollar:
a) Prevención, detección temprana y diagnóstico de la deficiencia visual.
b) Preparación de estadísticas y reajustes que permitan la planificación.
c) Atención educativa.
d) Formación y capacitación profesional.
e) Promoción profesional y ocupacional, colocación y empleo.
f) Producción y distribución de depósitos bibliográficos y política de producción cultural, en general.
g) Investigación sobre instrumentos auxiliares, técnicas de tratamientos específicos y otros aspectos de naturaleza similar.
h) Orientación y rehabilitación de situaciones que puedan afectar a la deficiencia visual.
i) Mentalización social.
Asimismo, se establece que los planes, programas y servicios para afiliados se coordinarán con los objetivos y criterios en materia de política social del Ministerio de Asuntos Sociales y de los demás órganos competentes de las Administraciones Públicas. Igualmente se señala que la ONCE colaborará con el Ministerio de Asuntos Sociales, así como con las Entidades privadas, en la ejecución de las políticas de integración social de las personas con discapacidad, a través de la articulación de los mecanismos de solidaridad y cooperación que se establezcan mediante Convenio.
Por lo que se refiere a la prestación de servicios sociales, durante esta etapa (1986-1993) se siguen ampliando las opciones a los usuarios. Se constituye como elemento más significativo en este proceso la consolidación de la red de Equipos de Atención Básica.
En concreto pueden destacarse, entre otras, las consecuciones siguientes:
– Transformación de los antiguos colegios de la ONCE en Centros de Recursos Educativos (1986) que disponen de servicios de apoyo a la educación integrada, rehabilitación, producción y adaptación de material escolar, formación de profesionales, etc., y en algunos de ellos Centro Específico con residencia para la impartición de las enseñanzas obligatorias, programas de garantía social y formación profesional.
– Creación de la Fundación ONCE del Perro-Guía (1988), centro responsable de la selección, cuidado, atención y entrenamiento de estos perros, así como del adiestramiento posterior necesario para la adaptación entre el usuario y el perro-guía asignado.
– Creación del Museo Tiflológico (1992), donde actualmente se exhiben las obras de artistas ciegos y con otras discapacidades y que cuenta con más de 200 obras entre cuadros, esculturas, tapices, aparatos tiflológicos y maquetas de monumentos emblemáticos del arte y la historia universales.
– Creación de la Federación Española de Deportes para Ciegos (1993), que es la responsable de la organización de competiciones específicas para personas ciegas en campeonatos nacionales e internacionales, así como de reglamentar y administrar las distintas modalidades deportivas homologadas (ajedrez, atletismo, ciclismo en tándem, esquí, fútbol-sala, judo, natación, goalball, montañismo, tiro, powerlifting, vela, remo e hípica).
– Ampliación de la oferta de servicios de Rehabilitación Visual a través de las Unidades ubicadas en los Centros de Recursos Educativos y la del País Vasco.
– Dotación de la infraestructura material, humana y técnica de la red de Equipos de Atención Básica.
– Transformación de las imprentas braille de Madrid y Barcelona en Centros de Producción Bibliográfica y, posteriormente el de Madrid en Centro Bibliográfico y Cultural.
– Puesta en marcha de nuevos programas:
– Atención a Población Diabética.
– Ayuda a Domicilio.
– Atención a Afiliados con otras deficiencias.
– Puesta en funcionamiento de la Unidad Tiflotécnica (UTT), para la evaluación, desarrollo e impartición de la tecnología específica para personas ciegas y deficientes visuales para el ámbito laboral, escolar y de uso personal.
4. LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS SERVICIOS SOCIALES EN LA ONCE
En los últimos diez años, y a nivel normativo, destaca la promulgación del Real Decreto 1200/1999, de 9 de julio, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que modifica las normas estatales reguladoras de la ONCE, recogidas en el Real Decreto 358/1991, así como la Orden de 23 de marzo de 2000 por la que se dispone la publicación de los nuevos Estatutos de la Entidad.
Esta reforma viene impuesta por el Acuerdo del Consejo de Ministros de 5 de marzo de 1999, por el que se aprueba un ?Acuerdo general entre el Gobierno de la Nación y la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), en materia de solidaridad y competitividad para la estabilidad de futuro de la ONCE?.
En este período y en el ámbito de los servicios sociales de la Institución destaca la fuerte expansión y profesionalización experimentada por sus servicios, el notable aumento de la población afiliada o la modificación de las características de la misma (incremento de los afiliados mayores de 65 años, con resto visual, con otras deficiencias, etc.). Así mismo, en el contexto externo también se han producido transformaciones significativas con incidencia en el modelo de prestación de servicios de la ONCE entre las que cabría significar el aumento de recursos sociales, las políticas de integración y normalización o el desarrollo tecnológico.
Por tanto, las principales actuaciones realizadas por la Institución en esta última etapa se han centrado en la optimización, modernización y mejora de la calidad de los servicios que se prestan a sus afiliados, lo que se concreta, en 1998, en la aprobación por parte del Consejo General del Nuevo Modelo de Prestación de Servicios de la ONCE. Se trata de un Modelo basado en la calidad que tiene como características fundamentales: la igualdad de acceso a los servicios, la participación activa del usuario, la atención integral y personalizada de sus necesidades, el enfoque interdisciplinar y la mejora continua.
Otras actuaciones de especial relevancia en los últimos años son:
– La implantación del Servicio de Rehabilitación Integral en los centros territoriales de la Institución (1999) para dar una respuesta efectiva e integral al conjunto de necesidades e intereses de los afiliados en el ámbito de la autonomía personal.
– La creación del nuevo servicio de asesoramiento genético de la patología ocular (2001).
– La transformación de la Unidad Tiflotécnica en el Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica (CIDAT, 2002)
– La creación de la Unidad Técnica de Sordoceguera para potenciar la atención de las necesidades específicas de este colectivo de personas (2000).
Actualmente, la cobertura de los servicios sociales de la ONCE, de carácter estatal, y su acercamiento a los afiliados, se garantiza a través de una amplia red de Centros en los que trabajan alrededor de 2.500 personas:
– 33 Departamentos de Servicios Sociales con sus correspondientes Equipos de Atención Básica, integrados por un gestor afiliado, administrativos, maestros, psicólogos, técnicos de rehabilitación, trabajadores sociales, oftalmólogos, instructores de tecnología, animadores socioculturales, pedagogos, técnicos de producción braille y sonora, monitores, etcétera.
– 5 Centros de Recursos Educativos.
– 1 Centro residencial para la atención en rehabilitación integral de los casos especiales.
– 1 Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico.
– Una red de producción bibliográfica, integrada por un Centro Especializado con sedes en Madrid y Barcelona, un núcleo de producción en cada uno de los 33 equipos de atención básica y un servicio dedicado exclusivamente a la producción educativa en cada uno de los 5 Centros de Recursos Educativos y en la Escuela Universitaria de Fisioterapia.
-1 Escuela Universitaria de Fisioterapia.
Para desarrollar su misión de hacer más independientes y autónomas a las personas ciegas y deficientes visuales, ayudarles a alcanzar su integración social y laboral y a que participen en su entorno con la seguridad y confianza de cualquier otro ciudadano, la ONCE ofrece a sus afiliados y presta una serie de servicios sociales especializados:
– Apoyo psicosocial, mediante la orientación personal y el entrenamiento en estrategias adaptativas para la aceptación de la ceguera o deficiencia visual.
– Rehabilitación integral, que consiste en el entrenamiento en habilidades, técnicas y utilización de distintos dispositivos para que una persona ciega o con deficiencia visual grave pueda desplazarse y realizar las actividades cotidianas de la forma más autónoma posible.
– Comunicación y acceso a la información, a través de la enseñanza del sistema braille y de las adaptaciones en braille y sonido de diferentes dispositivos informáticos y tecnológicos (tiflotecnología).
– Atención educativa, que consiste, básicamente, en el apoyo al alumno ciego o deficiente visual, a su familia y al centro educativo para el seguimiento, por parte del alumno con ceguera o deficiencia visual, del currículum escolar oficial ofrecido a todos los estudiantes; el refuerzo de aprendizajes específicos y necesarios para el desarrollo personal y social del alumno (estimulación visual, orientación y movilidad, habilidades sociales, tecnología, etcétera), así como la adaptación del puesto de estudio y de materiales escolares, becas y ayudas, asesoramiento y orientación familiar, etcétera.
– Apoyo al empleo, mediante el desarrollo de un itinerario laboral, la existencia de una bolsa de empleo, la oferta de formación individual y colectiva para el empleo y la adaptación del puesto de trabajo.
– Ocio y tiempo libre, realizando una orientación personal para la identificación de intereses de ocio y una ocupación creativa del tiempo libre, así como organizando una amplia gama de actividades artísticas, lúdicas y deportivas.
– Deporte, ofertando actividades deportivas de mantenimiento escolares y de competición.
– Apoyo al bienestar social básico, mediante la información y orientación sobre recursos sociales comunitarios de carácter no especializado (pensiones, becas y prestaciones económicas, ayuda a domicilio, residencias, salud mental, etcétera).
Además de estos servicios personales, la ONCE oferta a sus afiliados actividades y recursos complementarios que refuerzan sus objetivos de autonomía personal e integración social:
– Bibliotecas braille.
– Bibliotecas sonora-Libro Hablado.
– Audiodescripción de películas y obras de teatro.
– Suscripciones a revistas institucionales (en braille o sonoras).
– Transcripciones al braille o grabaciones sonoras de libros de texto, apuntes, ocio, etcétera.
– Dispositivos informáticos adaptados y ayudas ópticas y no ópticas para baja visión.
– Ayudas técnicas y materiales adaptados para la educación, empleo, vida diaria, movilidad, ocio, etcétera.
– Reparación de aparatos o dispositivos informáticos adaptados.
– Ayudas económicas para el empleo (formación, prácticas, autoempleo).
– Adaptación del puesto de trabajo.
– Adaptación del puesto de estudio.
– Viajes y excursiones.
– Actividades y talleres recreativos y culturales.
– Actividades deportivas.
– Voluntariado.
Asimismo, con destino a otros centros, instituciones, entidades, profesionales, público en general, etc., también se desarrollan diferentes iniciativas y actividades tales como:
– Asesoramiento (empleo, braille, accesibilidad, etcétera).
– Formación de profesionales.
– Campañas de mentalización social.
– Prevención de la ceguera.
– Investigación.
– Etcétera.
Para atender las necesidades sociales de los 64.500 afiliados a la Institución, en el año 2004 se van a destinar 161 millones de euros.
Gracias a este esfuerzo, durante el ejercicio 2002, fueron atendidas 4.902 personas en el servicio de rehabilitación y se entregaron 112 perros-guía (con un censo total de 755 perros-guía activos en nuestro pais); fueron atendidos a lo largo del curso escolar 8.371 alumnos en la diferentes etapas educativas, se destinaron 5.072 equipos tiflotécnicos para la adaptación de su puesto de estudio y se produjeron 10.129 obras para los estudiantes; se emplearon 1.409 equipos tiflotécnicos para la adaptación de puestos de trabajo; se desarrollaron 6.422 acciones formativas para posibilitar el acceso a la información y a la comunicación; se organizaron 2.914 actividades socioculturales y deportivas; se alcanzó la cifra de 7.055 deportistas participantes en las distintas modalidades deportivas; se concedieron 3.778 becas y ayudas al estudio y 4.175 prestaciones económico- asistenciales; se organizaron turnos de vacaciones sociales en los que participaron 3.611 afiliados, etcétera.
En definitiva, la inversión solidaria que miles de ciudadanos realizan cada día con la compra del cupón es devuelta por la ONCE a la sociedad en forma de servicios sociales especializados: Educación, Autonomía Personal, Empleo, Comunicación y Acceso a la información, Ocio, Deporte, etcétera.
Por ello, y gracias al esfuerzo compartido, los españoles disfrutamos de una de las redes más completas y eficaces del mundo para atender las necesidades que presentan las personas con ceguera y deficiencia visual.
La misión principal de la ONCE es facilitar y apoyar, a través de estos servicios sociales especializados, la autonomía personal y la plena integración social y laboral de las personas con ceguera y deficiencia visual, y aunque estamos orgullosos de la labor realizada a lo largo de nuestros 65 años de historia, todavía nos ?queda mucho por hacer?, para lo que contamos con el apoyo solidario y diario de la sociedad española, que a través de la adquisición de la ilusión permite una labor ingente de integración social y laboral de los ciegos y deficientes visuales españoles y la solidaridad hacia otros colectivos de discapacitados que ejerce esta Institución, a través de su Fundación. Porque queda mucho por hacer y porque el camino hacia la utopía de hacer este mundo más solidario y más para todos es por lo que después de 65 años de trabajo y servicio continuaremos con fuerzas renovadas en esta labor.