DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    10-05-2004
  • TERMINA
    01-01-1970

Organiza: Unicef – Alicante

Entrada libre

INTERVIENEN:

LUIS SEGURA. Psicólogo-Sexólogo del Centro de Planificación Familiar y Sexualidad de San Vicente del Raspeig (Alicante)

INÉS CARRASCO. Técnico en Empresa y Comunicación. Ha estado en Naciones Unidas con Unicef

CARLOS PRO. Consejero Nacional de UNICEF

FRANCISCA COLOMINA DOMENECH. Directora del Colegio Público Azorín de Alicante

PRESENTA:

JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista

UNICEF

Durante cerca de 60 años el UNICEF ha sido la principal organización del mundo dedicada a la infancia, y trabaja sobre el terreno en 158 países para ayudar a los niños y las niñas a sobrevivir y avanzar en la vida desde la primera infancia hasta la adolescencia. El mayor proveedor de vacunas para los países más pobres, el UNICEF apoya la salud y la nutrición de la infancia, y la protección de los niños y las niñas contra la violencia, la explotación y el SIDA. El UNICEF está financiado en su totalidad por las contribuciones voluntarias de individuos, empresas, fundaciones y gobiernos.



La campaña del UNICEF 25 para 2005 es una importante iniciativa destinada a eliminar las desigualdades de género en la educación primaria y secundaria de 25 países para el año 2005. La campaña, que incluye 13 países en África y seis países en Asia meridional, además de Bolivia en América Latina, se centra en los distritos donde la educación de las niñas se encuentra en una situación crítica y se requiere una ayuda urgente para cumplir con el Objetivo de Desarrollo para el Milenio de obtener la paridad de género en la educación primaria y secundaria para 2005.



En cada uno de los países, el UNICEF trabaja con el gobierno para movilizar nuevos recursos, ampliar el consenso nacional sobre la necesidad de que las niñas vayan a la escuela y mejorar las escuelas para que sean más accesibles tanto para las niñas como para los niños.

LA EDUCACION DE LAS NIÑAS

La educación es un elemento vital para garantizar una mayor calidad de vida a todos los niños y niñas y un mundo mejor para todos. Pero si se descuida la educación de las niñas, estos objetivos serán inalcanzables.

En todos los países, la educación de las niñas produce espectaculares beneficios sociales para las generaciones actuales y futuras. Una niña escolarizada tenderá con el paso de los años a casarse más tarde y a tener menos hijos; sus hijos tendrán más posibilidades de sobrevivir, estarán mejor alimentados y recibirán una educación mejor. Esa niña tendrá una capacidad mayor para protegerse del VIH/SIDA y adoptará, toda su vida, un papel más activo en la toma de decisiones sobre cuestiones sociales, económicas y políticas.

El objetivo del UNICEF es conseguir la escolarización del mayor número posible de niñas y garantizar que continúen su escolarización y se doten de los instrumentos básicos necesarios para abrirse camino en sus vidas. Como parte de sus constantes esfuerzos para garantizar que todas las niñas y los niños disfrutan de su derecho a la educación, la estrategia de aceleración del UNICEF permite acentuar los avances en la matriculación escolar de las niñas en 25 países seleccionados durante el periodo 2002-2005.

DURANTE LA SEMANA INTERNACIONAL DE ACCIÓN EN FAVOR DE LA EDUCACIÓN, NO HAY QUE OLVIDAR A LAS NIÑAS

Durante la Semana internacional de acción en favor de la educación, el UNICEF ha llamado la atención sobre el número desproporcionado de niñas que no disfrutan del derecho a recibir una educación. De los 121 millones de niños y niñas sin escolarizar, más de la mitad son niñas.

Hoy, como parte de una semana de actividades organizadas bajo el lema “La mayor presión realizada jamás en el mundo”, miles de niños y de niñas en todo el mundo participan en “Presión Nacional”, una campaña de solicitudes personales a los gobiernos para conseguir aumentar la matriculación de los niños y las niñas.

El UNICEF dijo que es preciso escuchar las opiniones de estos niños y niñas y que cualquier país que se tome en serio la educación debe considerar la educación de las niñas como una prioridad, especialmente cuando el mundo se acerca a la meta de 2005, cuyo objetivo es conseguir que vayan a la escuela el mismo número de niñas que de niños.

“Mientras millones de niñas carezcan del derecho a la educación básica, tendremos muy pocas posibilidades de mejorar las vidas de los habitantes más pobres del planeta”, dijo la Directora Ejecutiva del UNICEF, Carol Bellamy. “La educación no es solamente la clave para la realización personal de las niñas, sino también un factor esencial para reducir la pobreza, poner fin a la propagación del VIH/SIDA y alcanzar todas las demás metas relacionadas con el desarrollo”.

Durante los últimos dos años, una importante iniciativa del UNICEF en el terreno de la educación, 25 para 2005, ha servido para realizar una serie de actividades concertadas destinadas a aumentar al máximo la matriculación de las niñas para 2005 en 25 países donde la situación es más grave. En estos países, el UNICEF colabora estrechamente con los gobiernos nacionales y un amplio grupo de aliados para reducir rápidamente el número de niñas que no acuden a la escuela.

La diferencia de género en la matriculación es más importante en África subsahariana, donde 24 millones de niñas estaban sin escolarizar en 2002, y en Asia meridional, donde 23,5 millones de niñas no acuden a la escuela. Un 83% de todas las niñas sin escolarizar viven en África subsahariana, Asia meridional, Asia oriental y el Pacífico.

Las oficinas del UNICEF en todo el mundo van a realizar diversas actividades durante la semana de acción para la educación. Por ejemplo:

– En el Afganistán, los niños, las niñas, los padres y las madres, y los dirigentes religiosos, participarán en una mesa redonda sobre la educación de las niñas con el Viceministro de Educación. Aunque en la actualidad hay más niños y niñas en la escuela que en ningún periodo anterior de la historia del Afganistán, y la matriculación de las niñas ha aumentado de manera pronunciada desde 2002, alrededor de un millón y medio de niñas en edad escolar primaria carecen todavía de una educación.

– En Zambia, los niños y las niñas que recibieron cámaras fotográficas para capturar en fotografías las razones por las que los niños y las niñas no van a la escuela podrán mostrar sus trabajos en una exposición que recibe apoyo del UNICEF y ha sido organizada por el Foro para Docentes Africanas.

– Los escolares de Benin dibujarán mapas de sus poblados, barrios o comunidades para identificar a las familias cuyos niños y niñas no van a la escuela. Para la actividad “Presión Nacional”, más de 500 niños y niñas de todo el país viajarán a la Asamblea General para hablar en nombre de los niños y las niñas sin escolarizar.

– En el Pakistán, donde casi 5 millones de niñas carecen del derecho a una educación básica, 3.000 niños y niñas se reunirán en Islamabad para realizar una “Gran marcha” en dirección al Parlamento. Durante la semana de acción, delegaciones infantiles pedirán al gobierno que tomen más medidas a favor de la educación durante visitas al Presidente, Primer Ministro y el Presidente del Senado.

¿Por qué las niñas?

El UNICEF se concentra de manera estratégica en proteger el derecho de las niñas a una educación porque son ellas a quienes se les deniega sistemáticamente ese derecho y son ellos quienes confrontan por lo general mayores barreras que los varones para matricularse y permanecer en la escuela.

La educación de las niñas aporta numerosos beneficios que comienzan por la propia niña y se amplían a toda su familia, a sus comunidades y, en última instancia, a sus países. Educar a las niñas es el instrumento más efectivo para reducir la mortalidad infantil y de la madre, y combatir el VIH/SIDA, la trata de menores de edad y su explotación. Y al preparar escuelas más acogedores para las niñas, las clases se convierten en lugares más favorables para el aprendizaje tanto de las niñas como de los niños.

“Los beneficios que se derivan de la educación de las niñas son al mismo tiempo inmediatos y duraderos”, dijo Bellamy. “Los países en desarrollo tendrán grandes dificultades para encontrar una inversión que les ofrezca un mayor rendimiento”.

DEJAR A LAS NIÑAS SIN ESCOLARIZAR EXIGE UN COSTO CADA VEZ MAYOR

El UNICEF declaró hoy que no se logrará ningún cambio en la situación de la mujer si la educación de las niñas no se convierte en una prioridad de la comunidad internacional.



“Si queremos asegurarnos de que las mujeres y los niños y las niñas mejoren su situación ahora y en el futuro, debemos comenzar por abrir las escuelas a las niñas en todas partes”, dijo la Directora Ejecutiva del UNICEF, Carol Bellamy, dos días antes del Día Internacional de la Mujer. “La educación es un derecho que tienen todas las niñas y los niños y un factor esencial para el progreso de cualquier país”.



Asegurar que todas las niñas reciben una educación básica es una medida fundamental para reducir la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil, y para poner freno a la epidemia del VIH/SIDA y otras enfermedades que se pueden evitar, dijo Bellamy. Debido a que las niñas tienen que enfrentarse a mayores obstáculos que los niños para recibir una educación, la mejor manera de hacer progresar la escolarización de niñas y niños es eliminar estos obstáculos.



En todo el mundo hay unos 10 millones más de niñas sin escolarizar que de niños. Un 83% de todas las niñas sin escolarizar en el mundo viven en África subsahariana, Asia meridional y Asia oriental y el Pacífico.



Además de la desproporción que existe en la educación primaria que reciben, las niñas suelen tener menos posibilidades que los niños de terminar la educación secundaria debido al matrimonio y el embarazo tempranos. La obligación de ocuparse de sus parientes mayores, así como de los más pequeños, significa a menudo para la niña tener que abandonar la escuela antes de terminar sus estudios.



Carecer de una educación es catastrófico para la niñez en general, pero las consecuencias para las niñas son especialmente graves y difíciles de superar, dijo Bellamy. Las niñas que no van a la escuela son más vulnerables al hambre, la violencia, los malos tratos, la explotación y la trata. También corren un mayor peligro de contraer el VIH/SIDA y de morir cuando dan a luz.



“Al privar a las niñas de una educación no solamente se merma su propio potencial, sino que se reducen también las posibilidades de ir a la escuela y de poder escapar a una vida de pobreza que pueden llegar a tener sus hijos e hijas en el futuro”, dijo Bellamy. “Por suerte, también ocurre lo mismo a la inversa. Cuando una niña recibe una educación, todo el mundo gana: la propia niña, su familia, su comunidad y su país”.



Bellamy pidió a los organismos de desarrollo, los gobiernos, las familias, los grupos religiosos y la sociedad civil que intensifiquen sus esfuerzos en favor de la educación de las niñas.



Las medidas concretas para impulsar la matriculación de las niñas incluyen la eliminación de los gastos de escolarización, la incorporación de las políticas de educación en los planes nacionales para la reducción de la pobreza, la inclusión de la educación de las niñas como un elemento esencial de las actividades de desarrollo y un aumento de la financiación internacional en favor de la educación.



“Es una ecuación muy sencilla”, dijo Bellamy. “Los países fuertes necesitan mujeres fuertes; las mujeres fuertes necesitan un buen comienzo en la vida; un buen comienzo en la vida requiere una buena educación”.





EDUCACIÓN PARA LAS NIÑAS, EDUCACIÓN PARA TODOS







Por Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas


Shalina es una niña de Bangladesh que está por terminar la escuela. No obstante, para Shalina, nunca existirán los nervios típicos anteriores a la rendición de los exámenes, ni la inscripción en la universidad, ni diplomas, ni planes para realizar una carrera profesional. Tampoco habrá una graduación. Shalina tiene 13 años y está a punto de unirse a los más de los 73 millones de niñas de todo el mundo que no completarán sus estudios escolares.



Para los padres de Shalina, y para millones de otrs padres como ellos, educar a una hija es un malgasto de tiempo y de dinero. Ellos casaron a su hija mayor a los 15 años, después de decidir que usarían sus escasos recursos para la educación de su hijo varón, postergando la formación e instrucción de sus hijas. Shalina acostumbraba a preocuparse por estudiar las lecciones y superar las pruebas, pero ella está mucho más preocupada por el matrimonio y la crianza de sus hijos, aunque sabe que deberá hacerlo mientras aún es una niña.



Shalina soñaba con ser médica, pero debe dedicarse a limpiar casas durante el día y a cuidar niños durante la noche. Shalina era una niña feliz, pero ahora empieza a lamentarse de no haber nacido varón. A Shalina y a las 73 millones de niñas no sólo se les ha negado una posibilidad que muchos de nosotros tomamos como un derecho garantizado. No se les reconoce un derecho humano fundamental, reconocido y establecido en los instrumentos internacionales firmados por sus propios países como la Declaración Universal de los Derdechos Humanos y la Convención de los Derechos del Niño: me refiero al derecho a la educación.



Suele decirse que la educación da poder a las niñas porque fortalece su confianza y las capacita para tomar decisiones adecuadas y fundamentadas sobre temas importantes para sus vidas. Los lectores de este artículo pueden pensar que dicha afirmación se refiere a la educación universitaria, a los ingresos o al cumplimiento de una carrera. Pero para la mayoría de las niñas del mundo se trata de algo mucho más elemental. Se trata de no ser forzadas a casarse cuando todavía son adolescentes; se trata de poder tener decidir la, procreación de los hijos de manera que ni su vida ni su salud se vean dañadas; se tratat de poder contar con el cuidado médico necesario para sus hijos y para ellas; se trata de poder contar con un cuidado adecuado y buena nutrición para los hijos; o de asegurarse que sus hijos concurran, como mínimo, a la escuela primaria.



Se trata de ser capaces de conseguir un ingreso cuando las mujeres que las precedieron no pudieron hacerlo; de conocer sus derechos y de poder gozar de ellos cuando tus predecesoras ni siquiera supieron que tenían derechos; se trata de educar a tus hijos para que hagan a su vez lo mismo con los que vengan después. Se trata de comenzar a detener una espiral de pobreza y de falta de poder de decisión. Se trata, en definitiva, de asegurar una vida decente para toda esta generación y para las generaciones que la sucederán.



La educación es, básicamente, una inversión que brinda mayores beneficios que cualquier otra. La educación es lo que hace posible el progreso de comunidades, países y continentes. Es la forma más efectiva de invertir en la defensa de una sociedad.



¿Porqué, entonces, a millones de niñas se les niega el acceso a la educación? En muchas sociedades, las mujeres son marginadas sistemáticamente; y cuando las catástrofes golpean ?enfermedad, conflicto, o lo que fuera- ellas cargan con la peor parte.



Nada ilustra mejor esta realidad que el impacto del SIDA. Las niñas son habitualmente quienes tienen que cuidar a un miembro enfermo de la familia y, simultáneamente, ayudar al sostenimiento de la casa. Como consecuencia no pueden ir a la escuela, ni acceder a la información acerca de cómo protegerse del contagio del virus. Privadas de educación, corren el riesgo de ser forzadas por hombres mayores a tener relaciones sexuales o de iniciarse en la prostitución y, por lo tanto, a contraer el virus. Muchas veces pagan con su vida el precio de no haber podido ir a la escuela.



Si queremos cambiar este cruel e injusto estado de cosas, tenemos que hacer algo más que construir aulas. Debemos acabar con los prejuicios que llevan a los padres a no enviar a las niñas a la escuela. Y una vez que están en la escuela, debemos asegurarnos de que las escuelas las preparen para hacer frente a los desafíos de la vida, desarrollando sus programas de estudio, utilizando los libros de texto escolares y aprendiendo actitudes que pongan énfasis en la enseñanza de comportamientos y contenidos dirigidos a poder desempeñarse en la vida. Pero el primer paso debe ser que las sociedades reconozcan que educar a las niñas no es una opción, sino un paso necesario e ineludible.



En Medio Oriente, unos pocos países casi han logrado reducir la brecha de género en la escuela primaria. Otros países de la región, han empezado a reconocer que necesitan educar a las niñas, aunque sólo sea coomo forma de asegurarse una fuerza laboral entrenada y calificada.



Algunos países africanos también han progresado en la reducción de las diferencias educacionales de género. Malawi ha bajado el costo directo de la escolarización eliminando la cuota escolar y aboliendo la obligación de usar uniformes. Guinea ha reducido la carga del trabajo doméstico para las niñas proveyendo molinos mecánicos a las familias de agricultores. También introdujo regulaciones para que los niños y las niñas compartan las tareas escolares, y una legislación que tipifica como delito el hecho de forzar a las niñas a casarse antes de haber realizado y concluído al menos nueve años en la escuela.



Se trata de ejemplos alentadores. Pero no son suficientes porque son individuales e inconexos. Se necesita una estrategia coordinada que se adapte al tamaño de este desafío. Necesitamos que todos aquellos que posean poder de decisión para cambiar este estado de cosas se unan en una alianza para la educación de las niñas: gobiernos, grupos de voluntarios, comunidades locales, escuelas y familias. Por eso las Naciones Unidas están a punto de lanzar una nueva iniciativa global a favor de la educación de todas las niñas.



En el siglo XII después de Cristo, el filósofo árabe Ibn Rushed afirmó que “una sociedad que esclaviza a sus mujeres es una sociedad destinada a la decadencia”. Novecientos años después, tenemos la oprtunidad de demostrar que una sociedad que da poder a sus mujeres es una sociedad que asegura su progreso.







LOS EXPERTOS PIDEN MEDIOS PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN DE LAS NIÑAS EN LOS PAÍSES POBRES

J. HERNÁNDEZ

Los estudios de Unicef, el fondo de las Naciones Unidas para la infancia, indican que la situación de la educación en el mundo ha mejorado, aunque todavía hay 130 millones de niños sin escolarizar, sobre todo en países pobres, de los cuales el 70% son niñas. Según Inés Carrasco, técnico de Unicef para la Comunidad Valenciana, la causa está «casi siempre en razones culturales. Existe la convicción de que la educación de la niña es inútil, y que se le ha de educar para ser buena esposa y cuidar de sus niños. Estas prácticas culturales son la razón de los matrimonios precoces, muchos desde los 8 años, de embarazos adolescentes… La visión de la mujer es que es inútil y su falta de educación hace que lo sea».

Inés Carrasco, que participó junto a otros expertos en el Club INFORMACION en la mesa redonda «La educación de las niñas en el mundo, estado actual y perspectivas de futuro», coincidió con Francisca Colomina, directora del colegio público Azorín de Alicante, en que no basta con educar a las niñas de los países en vías de desarrollo, sino dotarles de medios materiales y humanos. Ambas incidieron en la importancia de la figura de la mujer como profesora. «La capacitación de las maestras fomenta la igualdad de género. En África, por ejemplo, a los niños les cambia la visión de la mujer y a las niñas les impulsa a ser maestras».

Inés Carrasco explicó que Unicef está desarrollando un programa educativo denominado «25 países para 2005», que se ha ampliado hasta el 2015, para el que se han seleccionado los países en los que existe mayor desigualdad y pobreza en la educación de las niñas, entre los que se encuentran algunos tan cercanos por distintos motivos como Marruecos y Bolivia. En este último caso, la técnico de Unicef explicó que «se ha mejorado la formación de los profesores y el material. Y no sólo escolar como pizarras y otros, sino algo tan elemental aquí como los aseos para niñas ya que al llegar a la pubertad a muchas les da verguenza y abandonan las clases». También han creado escuelas en zonas rurales con zonas de guardería para que puedan dejar a sus hermanos pequeños, a los que cuidan.

La directora del Azorín reivindicó la coeducación de niños y niñas educando en la igualdad desde el respeto a la diferencia y procurando «que las niñas tengan la oportunidad de desarrollarse como tales y mejorar su autoestima, y que los niños valoren a las niñas, sus metas, lo que ellas valoran y quieren».

El consejero nacional de Unicef Carlos Pro planteó la necesidad de romper el círculo «acorazado» de la pobreza. Aseguró que «cuando llega agua corriente a uno de estos países o inauguran un aseo es todo un espectáculo en ese mundo olvidado». A su juicio una de las claves es el control de natalidad, y por su peso en el mundo y en los países sudamericanos entiende que la Iglesia católica se tiene que replantear muchas cosas. «Están prohibiendo el preservativo cuando, ya sin hablar de natalidad, en África hay 40 millones de seropositivos. Una catástrofe».

El psicólogo del Centro de Planificación Familiar de San Vicente, Luis Segura, profundizó en la educación sexual y abogó por que las peculiaridades de los hombres no se impongan a las mujeres. «Dejemos a las niñas elegir su sexualidad, que sean felices y protagonistas de amar, desear y gozar. Propongamos la educación de las niñas en las eróticas, para que después se sientan bien y disfruten de su sexualidad, que ni acaba en el coito ni empieza en la pareja».

Todos los expertos valoraron que el hecho de que una niña estudie cambia su rol social, e influye en la natalidad, la higiene y la sanidad, problemas que están en las raíces de la pobreza, la enfermedad, la natalidad descontrolada y con posterioridad en la desigualdad en el trabajo. «El derecho a la educación es el derecho de todas las niñas y se lo debemos».




Datos informativos

Fecha inicio : 10-05-2004

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