HELENA YUSEVA, violín
SVELLANA PROKHORENKO, viola
YEORGIV CHERKASOV, violoncello
DE LA CALLE AL ESCENARIO
CRISTINA MARTÍNEZ
Llegaron a Alicante el pasado mes de octubre, buscando «el sol y la gente», en su periodo de descanso en la orquesta de cámara de Moscú en la que trabajan. Y es que la violinista Helena Yuseva, la viola Svellana Prokhorenko y el violoncelista Yeorgiv Cherkasov afirman que ante todo aman la música. Por eso forman, además, el Trío Amadeus de Moscú. También por eso no tienen ningún pudor en saltar de los escenarios a las aceras de las calles alicantinas.
Ayer llenaron con su música el auditorio del Club INFORMACION donde dieron una buena muestra de su calidad y sensibilidad musical. Interpertaron piezas de Haydn, Bach, Beethoven, Schubert, Mozart, Brahms, Weber… un amplio recorrido por algunos de los más prestigiosos músicos de la historia.
Afirman que permanecerán en Alicante hasta el próximo mes de diciembre. Después, vuelta a Moscú y comienzo de gira con su orquesta de cámara, que les traerá de nuevo a España en enero y marzo, aunque, eso sí, a las tablas de diferentes escenarios.
De momento, aseguran que se encuentran muy a gusto tocando en las calles de Alicante, «donde tenemos muchos amigos», porque, dicen, «el nivel musical en Rusia es muy alto, pero aquí la gente cada vez tiene mayor educación musical y hay un gran interés del público cuando estamos tocando en la calle».
CRÍTICA – MÚSICA
EL DIFÍCIL PASO A LOS ESCENARIOS
DAVID GARRIDO
Desde las aceras de Alicante ascendieron al proscenio del Club INFORMACIÓN. Desde octubre tocan en nuestras calles, dígase Castaños o Maisonnave, acompañando el agobiado ajetreo diario de los transeúntes. Violín, viola y violonchelo, dos mujeres, Helena Yusiva y Svetlana Prokhorenko, y un hombre, Yeorgiv Cherkasov, los tres miembros de una orquesta de cámara moscovita con la que retornarán en diciembre. Su programa, un poco de todo, desde grandes clásicos a música del celuloide y melodías italianas, una mixtura diseñada para recaptar la atención y las monedas del anónimo viandante.
Quizá los nervios no permitieron cuadrar como se debe los tres tríos de Franz Joseph Haydn que interpretaron en la primera parte, muy empañados por una excesiva tosquedad interpretativa. Piezas de aquí y de allá, de Bach, Beethoven, Gluck y Mozart acapararon esta primera parte del concierto, para acabar con el célebre Divertimento KV 334 del músico de Salzburgo, tan conocido y que no lució con toda su majestuosidad, aunque hay que reconocer que demostraron buenas intenciones y la audición consiguió hacerse amena. Son comprensibles las carencias en un grupo de estas características, pues el paso de la calle a las tablas no es fácil, más si cabe en unos músicos demasiado agobiados por el duro devenir del día a día. No obstante, la segunda parte fue diferente, quizá más relajados, con un repertorio quizá más mundano si me permiten, donde no faltaron las Danzas Húngaras de Brahms, hicieron gala de su buena formación artística, lo cual tal vez diese resultados más satisfactorios en circunstancias menos adversas. Las melodías cinematográficas embelesaron al público asistente y la ejecución se dejó llevar por la belleza aparente de unas piezas siempre resultonas. Quedamos emplazados, pues, para otra ocasión, quizá esa anunciada venida a España del conjunto de cámara de Moscú del que forman parte.
