En colaboración con la empresa exhibidora Vicente Espadas, S.A. y la distribuidora Filmax
Del director ISTVÁN SZABÓ
SINOPSIS
En el Londres de 1938, la bella y seductora Julia Lambert se encuentra en su apogeo físico y profesional. Sin embargo, tanto su carrera teatral, llena de éxitos, como su matrimonio con el guapo empresario teatral Michael Gosselyn empiezan a parecerle caducos e insatisfactorios y echa de menos la novedad, la emoción, la chispa.
Todo cambia con la entrada en escena de Tom Fennell, un joven que afirma ser su mayor admirador. Su ardor es irresistible para Julia, que, pensando que un romance será el mejor antídoto para su crisis de edad, decide embarcarse en una apasionada relación.
Su vida pasa a ser más atrevida y emocionante hasta que su joven amante intenta relegarla cruelmente a un papel secundario. Reuniendo todas sus fuerzas, Julia trama una inteligente venganza que la conducirá al lugar que le corresponde: en el centro del escenario y en primer plano.
CINE CRÍTICA
GARANTÍA DE VETERANO
ANTONIO DOPAZO
Uno de los más ilustres cineastas europeos, el húngaro Istvan Szabo, reitera su espléndida forma y, sobre todo, su exquisita concepción de la puesta en escena en esta perfecta adaptación de la novela «Theater» de W. Somerset Maughan. Sobre una base literaria muy sólida, pero con el fundamental requisito de su sentido de la estética, su buen gusto y su recreación del entorno, el ganador del Oscar por «Mephisto» define la personalidad de una mujer singular, la diva Julia Lambert, en el Londres de 1938, un año después de la publicación del texto. Presentada en el festival de San Sebastián, sirvió de justificante del Premio Donosti a una Anette Bening que efectúa una labor magnífica, cuanto menos merecedora de la nominación a los Oscar.
Aunque su larga trayectoria profesional convierte a Szabo en un profundo conocedor de todos los resortes del séptimo arte y de todos los géneros, no ha tenido reparo en señalar que antes de rodar esta película trató de familiarizarse con la obra de Ernst Lubitsch y Billy Wilder, sin duda los dos grandes maestros de la comedia irónica y cínica de la historia del cine. Las consecuencias son obvias y saltan a la vista en una cinta que, sin llegar a la categoría del trabajo de aquéllos, desprende encanto e inteligencia y transporta al espectador a través de la sonrisa y de la sorpresa. Con una sabia capacidad para divertir y, sin apenas transición, para disparar el drama, aunque predomine siempre el humor sobre la tragedia personal, el realizador implica de lleno al espectador en la historia, haciéndole partícipe de las «fechorías» de la protagonista, una mujer que recurre a menudo a su mentor, el que fuera su director ya fallecido Jimmie Langton, para dar cauce a la voz de su conciencia.
Un espectáculo delicioso que denota que Szabo logra la misma efectividad con productos teóricamente intrascendentes como éste que con otros tan pretenciosos como «Mephisto» o «Coronel Redl».
