Una película de MIKE BARKER
Interpretada por Helen Hunt, Scarlet Johansson, Tom Wilkinson, Stephen Campbell Moore
En colaboración con la distribuidora COLUMBIA TRISTAR FILMS DE ESPAÑA, S.A.
Consigue tu invitación llamando al 965 98 90 90 el martes 7 de junio de 11 a 13 horas
SINOPSIS
Ambientada en los años 30, Robert (Mark Umbers) y Meg (Scarlett Johansson) son dos recién casados de la alta sociedad neoyorquina que pasan sus vacaciones en la costa francesa, donde encuentran un inesperado obstáculo en su relación: la Sra. Erlynne (Helen Hunt), una atractiva mujer cargada de mala fama. Robert comienza a abonarle periódicos y cuantiosos cheques y Meg, al igual que el resto de la alta sociedad, sospecha que los dos mantienen un romance. Sin embargo, el secreto que une a los dos es prácticamente inimaginable.
LA VITALIDAD DE OSCAR WILDE
ANTONIO DOPAZO
Sólo ha tenido una gran versión cinematográfica, la que dirigió Ernst Lubitsch en 1925, todavía en la época muda, con Ronald Colman de protagonista, puesto que el resto, incluyendo una mexicana y las efectuadas para la televisión, no han estado a la altura de la gran obra de Oscar Wilde. Ahora se trata de subsanar ese lunar con una versión de lujo que ha dirigido Mike Barber, el soberbio autor de «Matar al rey», con dos actrices de la categoría de Helen Hunt y Scarlett Johansson. La historia se ha trasladado a la Italia de los años treinta para hacerla más idílica a la vez que actual, suprimiendo la moralidad de su marco original.
En la Riviera italiana, en los años treinta, un joven matrimonio se expone a un peligroso rumor que circula por la alta sociedad. Robert Windermere es acusado de proporcionar mucho dinero en secreto a Mrs. Erlynne, una mujer madura de dudosa reputación. Al mismo tiempo su esposa, Meg, llama la atención de Lord Darlington, un conocido playboy. La llegada de Mrs. Erlynne a este ámbito la convierte en foco de atención de todos, en especial de Lord Augustus, que le declara sus sentimientos. Será en la fiesta de cumpleaños de Meg cuando ls situación llega a un punto crítico y la joven esposa despechada huye de la fiesta para fugarse con Lord Darlington.
Mike Barber se sintió especialmente gratificado por trabajar en Italia y con un equipo de técnicos italianos que disfrutaron enormemente del proyecto, aunque reconoce que la mayor suerte le vino de la confección del reparto. «Helen Hunt se unió muy pronto y su comprensión del personaje de Mrs. Erlynne fue determinante para el desarrollo del guión. También fuimos afortunados por conseguir a Scarlett Johansson (Meg Windermere), cuyas dos películas anteriores no habían sido lanzadas en Europa pero que, como todo el mundo sabe, está muy solicitada desde entonces. Y en cuanto a Tom Wilkinson(Lord Augustus), es la piedra angular de la película, un personaje simple y honesto, a pesar de la falta de honradez, inmoralidad y caos emocional que sobreviene».
Para el guionista, Howard Himelstein, «El abanico de lady Windermere», a diferencia de otras obras de Wilde llevadas al cine, es una historia más universal. «Aunque se trate de una pieza del siglo pasado -manifestó-, su argumento posee una sensibilidad y humor suficientemente modernos como para atraer a la audiencia del siglo XXI. Elegí situar la acción en los años treinta porque en muchos aspectos es un periodo que refleja mucho la situación actual, una época dividida profundamente por el «tener y no tener». Tampoco creí que fuese necesario que los personajes principales tuvieran que ser ingleses. Haciendo americanos a Meg y Steve Windermere, así como a Mrs Erlynne, he ampliado la historia a una audiencia más internacional».
Esta americanización fue la que obligó a cambiar el título, consciente Himelstein de que no encajaba con los cambios introducidos. Por eso recurrió al original de Wilde, «A good woman», que refleja la astuta critica social de la historia y contiene una ironía de doble filo.
CINE-CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Es una versión muy libre de la obra de Oscar Wilde «El abanico de Lady Windermere», pero conserva parte de su esencia original y, sobre todo, no ha perdido el toque punzante y de ironía que rezuman en gran medida unos diálogos espléndidos. Por eso esta tercera versión del texto que el gran autor británico escribió en 1890, tras la de Ernst Lubitsch de 1925, todavía muda, y la de Otto Preminger de 1949, «The fan», no estrenada en España, es un espectáculo brillante y recomendable que solo admite muy puntuales reparos en la «americanización» del personaje de Mrs. Erlynne. Y ofrece un buen plantel de actores y unos muy bellos decorados naturales. El realizador británico Mike Barker, que debutó en el largometraje con la excelente «Matar al rey», confirma unas cualidades narrativas evidentes y una capacidad considerable para meterse en ambientes ajenos con precisión en el entorno y con solvencia en los personajes. Las modificaciones que el guionista Howard Himelstein ha introducido son notorias, cambiando la Francia de finales del siglo XIX por la costa de Amalfi, en Italia, de 1930 y convirtiendo en norteamericanos a unos protagonistas, la citada Mrs Erlynne y los señores Windermere, que eran británicos en la obra teatral. Y ha recurrido al título, «A good woman», que Wilde dio en principio a su texto. Sobre estas virtudes y estos cambios se sostiene siempre a flote una comedia deliciosa sobre la guerra de sexos amparada en el equívoco, en los malos entendidos y en las apariencias.