Con motivo del XXV Aniversario del Museo de Alfarería de Agost
Entrada libre
INTERVIENEN:
MARÍA JESÚS MARÍ MOLINA. Licenciada en Antropología Social y Cultural. Subdirectora del Museo de Villajoyosa
ILSE SCHÜTZ. Creadora del Museo de Alfarería de Agost en 1981 y directora del mismo hasta el año 2000. En la actualidad directora honorífica del museo
ARCADIO BLASCO PASTOR. Ceramista
MARIUS BEVIÀ i GARCÍA. Arquitecto
JOSÉ MOLLÁ GOMIS. Alfarero jubilado de Agost
MARÍA JOSÉ RODRÍGUEZ-MANZANEQUE Y ESCRIBANO. Licenciada en Historia y directora de Centro Agost / Museo de Alfarería – Ayuntamiento de Agost
FELIPE VICEDO PELLÍN. Alcalde de Agost
PRESENTA:
JOSÉ JAIME GARCÍA ASENSI. Presidente de la Asociación Pro-Museo de Agost
CENTRO AGOST/Museo de Alfarería
Está situado en Agost, un municipio de la provincia de Alicante, con algo más de 4.000 habitantes, que dista 20 km de Alicante ciudad.
Pueblo alfarero por excelencia, donde en el año 2004 quedan once alfarerías produciendo, seis de las cuales realizan alfarería tradicional.
El Museo está ubicado en un antiguo alfar de principios del s. XX que estuvo en funcionamiento hasta 1975, transformándose en Museo en 1981.
En él se pueden contemplar las estructuras y dependencias originales: secaderos, tornos, «horno árabe», almacenes…
La exposición permanente del Museo consta de piezas de alfarería tradicional de Agost, desde las utilizadas para el transporte y almacenamiento del agua, hasta las que servían para conservar y consumir alimentos.
El proceso de fabricación está documentado por las mismas instalaciones, tanto por fotos, como por herramientas. La entrada al horno árabe es uno de los momentos más asombrosos de la visita.
Aparte de la exposición permanente, se realizan exposiciones monográficas temporales, clases de torno, programas educativos para grupos escolares, actividades extraordinarias, etc. CENTRO AGOST/Museo de Alfarería cuenta también con biblioteca especializada y tienda.
En el año 2000 se comenzó a editar una colección de alfarería tradicional de Agost. Cada año, en agosto, coincidiendo con las fiestas de San Roque, barrio donde está situado el Museo, se presenta una pieza, en número limitado, para ofrecerla a los interesados. Son piezas realizadas con las técnicas y materiales tradicionales, lo cual confirma su seña de identidad. De una forma asequible, se puede adquirir y ampliar una colección de la mejor tradición alfarera de Agost.
ALFARERÍA DE AGOST
La tradición de la alfarería de Agost se remonta, al siglo XVIII. Por falta de estudios sistemáticos de arqueología y de archivo, en este momento no podemos decir más. Como testigo de aquellos tiempos nos queda la ermita, fundada en 1821 y dedicada a Santa Justa y Santa Rufina, las patronas del oficio.
Los primeros talleres eran pequeños, prácticamente viviendas-talleres en la calle Alfarería, cerca de la fuente para abastecimiento.
A finales del siglo XIX, se construyeron las primeras alfarerías con la vivienda familiar adosada. Junto con el edificio donde está ubicado el Museo de Alfarería, se conserva un ejemplo de ellas.
Hoy, las fábricas se encuentran en zonas más amplias en las carreteras principales.
En la actualidad hay 12 alfarerías.
El producto más conocido de la alfarería de Agost es el botijo blanco. Más de 40 modelos diferentes en varios tamaños tienen su origen aquí. Por toda España quedan clientes que lo aprecian por el buen sabor que adquiere el agua.
Seis de las doce alfarerías lo fabrican con las técnicas tradicionales para mantener su calidad. Utilizan las arcillas locales para la preparación del barro y cuecen en los hornos «morunos» o de leña, a fuego directo.
En el Museo de Alfarería se pueden ver todas estas instalaciones y el proceso documentado con fotografías.
Pero también se utilizan pastas y esmaltes comerciales y hornos de nueva tecnología.
Los recuerdos de viaje o «de domingo», hace que se fabriquen piezas como: cerditos, macetas, recuerdos de fiestas familiares. Estos son algunos ejemplos de los nuevos productos de Agost.
Los alfareros de Agost tienen fama por su habilidad en el torno. Todas las vasijas fabricadas en Agost están modeladas a mano con la herramienta del torno.
Pero hoy día los que más explotan las buenas arcillas de Agost son sin duda las fábricas de ladrillos y tejas, entre otros materiales de construcción. Aunque no lo parezca todas tienen sus antecedentes en las alfarerías donde sus fundadores recibieron los primeros conocimientos fundamentales de la materia prima: el barro.
Montañas de tierra de distintos colores llaman la atención al visitante que se acerca a Agost sea viniendo desde Alicante / San Vicente del Raspeig o desde Madrid / Novelda.
El producto más importante que ha encontrado mercado por toda España, por el Norte de África, el Sur de Francia y hasta Cuba, es el botijo para beber agua, realizados con cerámica porosa blanca, típica de Agost, que refresca el agua y le da un buen sabor debido a la porosidad del material. Aunque también hay producción de cántaros, cantarellas, botellas, jarras, bebederos, arcaduces, tuberías, chimeneas, etc. Productos barnizados como, orzas, lebrillos, morteros, jarras, ordeñadoras, fuentes, medidas para aceite, etcétera.
HISTORIA DEL MUSEO, por Ilse Schütz
El Museo de Alfarería de Agost nace por un sueño, un sueño por organizar un Museo.
Yo, en aquel entonces una profesora de matemáticas en Hamburgo (Alemania) nunca esperé ver realizado este sueño.
A pesar de ello seguía latiendo mi ilusión por crear un museo mientras trabajaba en Alemania. Tras varios años pude hacer realidad ese sueño con mi esfuerzo, mi inversión y sobre todo mi tesón y empeño.
En 1979 pasé mis vacaciones en Alicante. Me acerqué a Agost para conocer su alfarería.
Es durante esta visita cuando pisé por primera vez lo que después y durante 19 años será mi museo, el Museo de Alfarería de Agost.
Facundo Senpau había alquilado la antigua fábrica Torregrosa para instalar su galería con sus figuras de cerámica.
En el momento de mi visita había pocos objetos, pero el impacto del edificio me sobrecogió al instante, lo cual no sólo me ocurrió a mí sino a todo el que visita el Museo.
En 1980 volví de visita. El edificio me había cautivado.
Por fin, en julio de 1981, llegué con mi coche lleno de mis bienes más imprescindibles para quedarme y empezar a organizar mi museo. Así empezó el Museo de Alfarería de Agost.
Senpau había decidido irse a Paris. Le pagué sus inversiones y me quedé con la casa en régimen de alquiler.
Poco a poco visité las alfarerías. Eran 23 talleres en aquel entonces. Busque objetos de la alfarería de Agost por todos los lados, en el campo, en los escombros, en los rincones de las casas y de las fábricas.
Las lluvias de 1982 me hicieron unas excavaciones gratis, abriendo la tierra y sacando a la superficie montones de fragmentos de cerámica, que habían salido defectuosos del horno.
En 1982 me invitaron para participar en la Feria Iberoamericana de Artesanía en la Casa de Campo en Madrid.
En 1983 la Televisión Española usa imágenes del Museo (sin referencia) para sus fondos.
Los alumnos del Colegio Público «La Rambla» de Agost visitan el Museo.
Radio Alicante habla del Museo.
El Museo aparece en una guía alemana de viajes.
Colaboración en el fomento de la artesanía organizado por la Conselleria de Industria, Comercio y Turismo.
Las Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana.
Desde este momento surgen participaciones en ferias, mercados y congresos de artesanía:
– 1985 compra de la alfarería Navà para conservar los edificios y para realizar un centro de investigación y creación cerámica y alfarera.
– 1987 rehabilitación en partes de la alfarería Navà; a partir de ahora el conjunto de Museo y centro de investigación y creación se llama CENTRO AGOST / Museo de Alfarería.
Se realizan los primeros cursos y estancias.
– 1995 se restaura la Ermita Santa Justa y Rufina y se vuelve a celebrar la fiesta.
– 31-12-1999 cierre de CENTRO AGOST / Museo de Alfarería de titularidad particular.
Desde marzo de 2000, el Ayuntamiento de Agost se hace cargo de los costes de personal y mantenimiento del Museo.
– 05-03-2000 reapertura de CENTRO AGOST / Museo de Alfarería de titularidad del Ayuntamiento de Agost.
EL AYUNTAMIENTO SACA A CONCURSO LA REHABILITACIÓN DEL MUSEO DE ALFARERÍA DE AGOST
ALFREDO FERNÁNDEZ
El Museo de Alfarería de Agost lucirá el próximo año su mejor cara. El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó ayer el concurso para rehabilitar el inmueble apenas una semana después de que el pleno del Consistorio diera el visto bueno al último trámite administrativo previo a la licitación.
Finalmente las obras de remodelación del edificio -una antigua fábrica que no se encuentra en un óptimo estado- contarán con un presupuesto cercano al millón de euros, concretamente 990.233,41 euros. 731.000 los sufragará la Generalitat a través de las consellerias de Economía e Infraestructuras, y el resto, la Diputación. El Ayuntamiento de Agost, por su parte, abonará, de momento, el proyecto y la dirección de obra, entre otros aspectos.
Mesa redonda
El alcalde del municipio, Felipe Vicedo, la directora honorífica del museo, Ilse Schütz, la actual directora, María José Rodríguez-Manzaneque, el artista plástico Arcadio Blasco, y el arquitecto Marius Beviá, entre otras personalidades, acudieron la noche del lunes al Club INFORMACION y resaltaron la importancia de rehabilitar el museo con motivo de su 25 aniversario.
Blasco, por ejemplo, ensalzó el valor de la alfarería artesanal para un pueblo como Agost y se congratuló de que finalmente se vaya a remozar el museo. Beviá explicó en qué va a consistir el proyecto y las mejoras que se van a realizar. El primer edil detalló el montante económico que va a sufragar cada administración y se mostró orgulloso de que Agost cuente con un «referente» cultural. Scütz repasó la historia del museo y narró sus duros inicios. Y Rodríguez-Manzaneque reconoció que era muy necesario restaurarlo, sobre todo si se tiene en cuenta que al año suelen pasar por él alrededor de 4.000 personas. Y muchas de ellas son escolares.
El museo está ubicado en una antigua fábrica construida a principios del siglo XX que estuvo en funcionamiento hasta 1975. Poco después, el artista Facundo Senpau alquiló el edificio y expuso algunas piezas suyas. No fue hasta 1979 cuando la alemana Ilse Schütz, de vacaciones en Alicante, decidió cumplir un sueño: crear un museo. Sus deseos tardaron dos años en concretarse, y fue finalmente en 1981 cuando el museo vio la luz. Desde entonces numerosos investigadores se han desplazado hasta él para estudiarlo. No fue hasta el año 2000 cuando el Ayuntamiento se encargó de su mantenimiento debido a que Schütz regresó a Alemania. Dos años después el Consistorio compró el edificio, alquilado hasta entonces. Y ahora, se remodelará.
