Dirigida por JAIME ROSALES
Con SONIA ALMARCHA y PETRA MARTÍNEZ
SINOPSIS
Adela, una joven separada y con un hijo de un año de edad, está cansada de la vida que lleva en su pequeño pueblo natal al norte de León. Deja atrás las montañas y los paseos por los prados para trasladarse a Madrid donde todo es ruido, tráfico y un continuo vaivén de un lado a otro. Para salir adelante se busca un trabajo de azafata y se muda a un apartamento junto a Carlos e Inés, dos jóvenes muy agradables. Los tres se llevan muy bien en seguida, compartiendo comidas, dudas y ratos de ocio.
Antonia, la madre de Inés, tiene un pequeño supermercado de barrio. Lleva una vida bastante tranquila junto a su novio, Manolo, y sus tres hijas: Inés, Nieves y Helena, la mayor. Sin embargo, poco a poco, su placentera vida empieza a tambalearse. Primero, los médicos detectan un cáncer incipiente en su hija Nieves. Más tarde, la ya tensa relación entre sus hijas se complica aún más cuando Helena le pide prestado dinero a su madre para comprarse un piso en la playa.
Adela no ha tenido grandes dificultades para adaptarse a la vida urbana, a pesar de que el padre de Miguelito no le ayuda demasiado económicamente. Un atentado terrorista, mientras viaja en autobús, dejará su vida hecha añicos. A partir de ese momento deberá encontrar la fuerza para regresar a una vida normal.
CINE – CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Sorprende por la naturalidad y la autenticidad de los personajes y por una puesta en escena absolutamente personal. Una nueva muestra de la creatividad del realizador Jaime Rosales después de su espléndido debut con «Las horas del día». Presentada en la sección «Una cierta mirada» del Festival de Cannes, este drama cotidiano sobre la vida de dos mujeres representa una apuesta original de un cineasta que cuenta la historia desde un punto de vista y una perspectiva de la cámara nada convencionales. Las imágenes pueden dar la impresión en ocasiones que no sucede nada o que la película es demasiado fría, pero es que la vida es así muchas veces.
Los dos personajes que atraen al director, la joven Adela y la madura Antonia, protagonizan sendos relatos paralelos que nunca convergen. La primera es una madre separada, que ha decidido dejar el pequeño pueblo de provincias en el que vive para trasladarse a Madrid y labrarse un nuevo futuro. La segunda, madre de tres hijas adultas, regenta un pequeño supermercado y mantiene relaciones con su novio pero sin llegar a formar pareja. Sorprendente interpretación de dos nombres nuevos que pueden dar mucho de sí, la alicantina Sonia Almarcha (Adela) y Petra Martínez (Antonia).
