SINOPSIS
El film funde en una sorprendente síntesis estética dos modalidades del lenguaje cinematográfico normalmente separadas: la tensión narrativa y la intesidad expresiva. En efecto, por un lado la película narra la peripecia urbana de un joven artista que busca una mujer obsesivamente presente en su memoria y dibujada una y otra vez en diseños que intentan reconstruir su perfil. Por el otro, la película presenta un sin fin de rostros femeninos en los cuales una clamorosa intensidad expresiva es obtenida a pesar de la fugacidad de su aparición en la pantalla.
PREESTRENO EN ALICANTE DE «EN LA CIUDAD DE SYLVIA», DE JOSÉ LUIS GUERÍN
El Club INFORMACION reanuda este próximo martes, 11 de septiembre, a las 21 horas, los preestrenos cinematográficos para sus socios abonados con la proyección en primicia en Alicante de «En la ciudad de Sylvia», de José Luis Guerín. Hasta el momento han renovado su abono 170 personas.
Con una timidez que reconoce que le inhibe a la hora de enfilar la alfombra roja, José Luis Guerín presentó este pasado miércoles en la 64 Mostra de Venecia «En la ciudad de Sylvia», en pugna por el León de Oro y consciente de ir a contracorriente en tiempos en que el cine no busca espectadores, sino consumidores.
El argumento de su quinto largometraje «no presenta ninguna dificultad, lo puede entender un niño de doce años. Lo difícil es aceptar esa sencillez», explicó Guerin en el hotel Excelsior, frente al Palacio del Cine donde exhibió esta cinta protagonizada por Pilar López de Ayala y Xavier Lafitte. Su objetivo con este filme sobre un hombre en busca de una mujer es «crear un espacio de serenidad adecuado para poder relacionarte con las ideas, con las imágenes, con los sonidos», algo que Guerín, ganador del Premio Nacional de Cinematografía y un Goya al mejor documental con «En construcción» (2001), es consciente de que no predomina en el cine.
CINE – CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Abre las puertas a un insólito experimento que no tiene nada que ver con el cine que se estrena a diario y aunque puede, con toda lógica, suscitar tanto la satisfacción como el rechazo, no cabe duda alguna de que estamos ante un producto personal y único con indiscutibles méritos. Algo que valoró en su justa medida el Festival de Venecia, que la incluyó, como única representación española, en su sección oficial. El realizador catalán José Luis Guerín prosigue, tras cosas tan peculiares y sugestivas como los títulos «Innisfree» y «En construcción», su original trayectoria sin claudicar ni un ápice.
Esta es una película que no tiene apenas argumento. Es una interpretación ciertamente sesgada, aunque es obvio que una película como ésta solo funciona a nivel de experiencias personales, realmente. De ahí que lo que veamos en esta producción esté marcado por dos aspectos, el estético de un lenguaje que tiene visos de documental y el narrativo, vinculado al afán de ese muchacho de encontrar un rostro que busca incesantemente a su alrededor. Una experiencia que se prolonga con absoluta rutina durante tres noches.