SINOPSIS
Una familia inglesa prepara el funeral del patriarca. La tensión crece a medida que las antiguas rencillas entre los hijos surgen de nuevo. La aparición de un desconocido que afirma que el difunto ocultaba un oscuro secreto sólo empeora las cosas, lo que obliga a la familia a tomar medidas drásticas para evitar que el funeral se convierta en un desastre total.
CRÍTICA – CINE
ANTONIO DOPAZO
Convierte una situación tan dramática como un funeral en un arsenal de sonrisas, valiéndose de un humor tipicamente británico que se mueve en multitud de frentes, algunos de los cuales cumplen sus objetivos. Una comedia negra que ganó, como no podía ser menos, el premio del público en el Festival norteamericano de Aspen y que se ve reforzada por la magnífica labor de un nutrido reparto cuajado de nombres ingleses no muy relevantes pero muy eficaces. El mérito, además, de alargar con notoria habilidad una única situación hasta los 90 minutos reglamentarios tampoco debe pasarse por alto. «Un funeral de muerte» supone, sin duda, la revalorización de la obra de un Frank Oz, cineasta inglés afincado en Hollywood, que dio lo mejor de sí en «In and out» y «Bowfinger, el pícaro», pero que hacia tiempo que no encontraba la inspiración adecuada. Aquí ha logrado moverse a sus anchas ante un reto delicado y complejo, un producto coral en el que era tan fácil no llegar como pasarse en la medida de la comicidad. Y él ha encontrado a menudo el punto medio. Lo mejor es que unos comienzos que no son muy prometedores se van entonando paulatinamente hasta configurar una segunda mitad bastante inspirada.
