INTERVIENEN:
SONIA GUTIÉRREZ. Catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante
MANUEL J. AYÚS. Doctor en Arquitectura y Licenciado en Derecho
JOSÉ VICENTE SÁNCHEZ. Vicepresidente del Colegio de Geógrafos de la Comunidad Valenciana
MANUEL ALCARAZ RAMOS. Presidente de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas
LOS EXPERTOS DEBATEN SOBRE EL FUTURO Y LAS POSIBILIDADES QUE RODEAN EL BENACANTIL
La Plataforma de Iniciativas Ciudadanas ha organizado una mesa redonda titulada «¿Qué puede hacerse con el Benacantil?» que tendrá lugar este lunes, a partir de las 20 horas, en el salón de actos del Club INFORMACION (Avda. Doctor Rico, 17-Alicante). El acceso es libre hasta completar el aforo del local.
Sonia Gutiérrez, catedrática de Arqueología en la Universidad de Alicante, Manuel J. Ayús, doctor en Arquitectura y licenciado en Derecho, el vicepresidente del Colegio de Geógrafos de la Comunidad Valenciana, José Vicente Sánchez, y el presidente de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, el profesor Manuel Alcaraz, intervienen en esta mesa que fue programada hace tres meses cuando solicitaron el salón de actos y su inclusión en la programación del Club. Los anuncios efectuados desde el Ayuntamiento de Alicante en fecha reciente, con la polémica levantada por el anuncio de un posible aparcamiento para vehículos en la ladera del monte Benacantil, han puesto de actualidad este debate. Como es sabido, desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento se pretende tanto efectuar obras de saneamiento de la cumbre del Benacantil (actuaciones en la conocida como «cara del moro»), como potenciar los usos en el recinto del castillo de Santa Bárbara con la ejecución de distintas instalaciones culturales y de ocio.
Junto a la sede del diario INFORMACION, donde se ubican las instalaciones del Club, existe un amplio aparcamiento libre para vehículos al que se accede por la misma Avenida de Doctor Rico, en el barrio de San Blas de la ciudad de Alicante.
EXPERTOS ADVIERTEN SOBRE EL RIESGO DE ACTUACIONES QUE CAMBIEN EL PAISAJE DEL CASTILLO
CLARA RODRÍGUEZ FORNER
Varios expertos universitarios coinciden en la necesidad de realizar estudios previos, por ejemplo de paisaje, y en consensuar cualquier actuación que se vaya a realizar en el Castillo de Santa Bárbara para no alterar el legado que hemos recibido de generación en generación durante siglos. Así lo expresaron en la mesa redonda celebrada recientemente en el Club INFORMACION bajo el título «¿Qué puede hacerse con el Benacantil?», organizada por la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC). Su presidente, Manuel Alcaraz, defendió la necesidad de «preservar al máximo» el monumento «sin hacer grandes inventos» y calificó de «alarmante» la idea de levantar un restaurante sobre la antigua ermita ya que «son inventos muy agresivos que, una vez construidos, son irreversibles».
El vicepresidente del Colegio de Geógrafos de la Comunidad Valenciana, José Vicente Sánchez Cabrera, advirtió de que, en el caso de que se siga adelante con proyectos como el del funicular «habrá que incorporar un estudio de integración paisajística» en cumplimiento de la legislación actual y defendió la necesidad de que cualquier actuación se consensúe y «esté legitimada y apoyada por la ciudad».
El doctor en Arquitectura y licenciado en Derecho, Manuel Ayús, advirtió sobre la «improcedencia» de construir un auditorio al aire libre sobre el monumento. «Para que llegue la voz en un anfiteatro es necesario un espacio cóncavo, no convexo como el Benacantil porque es algo que incluso contra el sentido común», apunta el arquitecto, quien teme que «probablemente lo que no hayan dicho es que para controlar el sonido hayan pensado en instalar carpas». En ese caso, agregó, «habría que preguntarse qué ocurriría desde el punto de vista del paisaje y de las acciones que van a ejercer los vientos» pues «van a tener que sujetar la carpa anclándola en las rocas o en elementos pétreos del castillo con acciones negativas sobre esa estructura pétrea».
La catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante, Sonia Gutiérrez Lloret, explicó que «los monumentos se protegen por una necesidad, supuestamente consensuada y democrática». Como «cualquier actuación supone una resignificación» del monumento, «si se altera su significado sería necesaria, como mínimo, una reflexión profunda». En su opinión, «se da la paradoja de que algo que se debe proteger por su valor –es decir, el Benacantil– ahora parece que haya que buscarle un significado paralelo».
