Una película de ELIA SULEIMAN
Ciclo comisariado por Alberto Elena
Ciclo comisariado por Alberto Elena
PRÓXIMAS PROYECCIONES DEL CICLO
16 noviembre – «¿El caos / Heya fawda», una película de Youssef Chahine y Khaled Youssef – 21.30 horas
23 noviembre – «www.what a wonderful world», dirigida por Faouzi Bensaidi – 21.30 horas
30 noviembre – «Falafel», bajo la dirección de Michel Kammoun, 21-30 horas
«CRÓNICA DE UNA DESAPARICIÓN»
FICHA
Título: Crónica de una desaparición
Título original: Siyil Ijtifaa
Nacionalidad: Palestina / Francia
Año: 1996
Director: Elia Suleiman
Producción: Elia Suleiman y Assaf Amir para Dhat
Productions/ CNC
Guión: Elia Suleiman
Fotografía: Marc André Batigne
Montaje: Anna Ruiz
Sonido: Jean-Paul Mugel
Música: Alla, Abed Azrie, Leonard Cohen y Natacha Atlas
Duración: 84 minutos
SINOPSIS
Nazaret / Jerusalén. Un joven cineasta palestino regresa de los
Estados Unidos para rodar una película. El reencuentro con la
familia y los amigos en Nazaret, la observación atenta de un
modo de vida, el de los árabes en Israel, que él abandonó largo
tiempo atrás, se contrapone con una delirante fantasía política
sobre el trasfondo de la ciudad de Jerusalén.
PREMIOS
Premio a la mejor primera película, Festival Intermacional de
Venecia, 1996
– Mejor película y Mejor música, Festical de los Tres
Continentes, 1996
BIOGRAFÍA DEL DIRECTOR (Elia Suleiman)
Elia Suleiman nace en Nazaret en 1960. Se muda a Nueva York
en 1981 donde vivió hasta 1993. Durante su estancia en Estados
Unidos, fue invitado como ponente en muchas universidades,
instituciones de arte y museos. Mientras tanto, dirige sus dos
primeros cortos Introducción al final de una discusión y
Homenaje por asesinato logrando un reconocimiento mundial y
numerosos premios. Sus ensayos y artículos han sido publicados
en inglés, árabe y francés. En 1994, Elia Suleiman se muda a
Jerusalén, donde la Comisión Europea le pide que abra un
departamento de Cine y Medios en la Universidad Bir Zeit.
COMENTARIOS DEL DIRECTOR
Elia Suleiman mantiene una relación visceral y obsesiva con su
ciudad natal, Nazaret, donde se ha rodado Crónica de una desaparición.
Esta ciudad, altamente simbólica, representa para él
la cristalización de todas sus heridas identitarias, el punto de
partida de su constante ir y venir: «Para aquellos que se interesan
por la idea palestina, que de manera más general está ligada
a la diáspora, a los apátridas, a los desarraigados, los palestinos
de 1948 son los palestinos por excelencia. Yo formo parte de
esta realidad a través de mis padres. Mis padres son muy atípicos,
viven en un ambiente muy particular, donde la violencia es
tanto más terrible cuanto que está escondida, que resulta casi
invisible. La diferencia entre Cisjordania y “los territorios del
48”, como se los conoce, es muy clara. Estos últimos se han convertido
en un gueto. Sus habitantes han interiorizado la frustración,
que sin embargo es muy profunda. Y en determinados
momentos explotan. La vida en Nazaret oscila entre el silencio
y el furor, como he intentado mostrar en la película… Yo no
tengo una madre patria. ¡Soy un extranjero en todas partes! Y
mientras rodaba esta película, he perdido los pocos vínculos que
aún me quedaban. Lo que al principio era una actitud, un voto
piadoso, se ha convertido en una realidad muy intensa. Ya no sé
a dónde ir… No puedo afirmar nada al respecto de mi identidad,
salvo el hecho de que está dispersa, fragmentada, y por tanto es
muy cinematográfica… Este país se encuentra al borde del caos.
Es un lugar de locos que vuelve loca a la gente. Sin embargo, a
veces, en determinados momentos, todavía me llama con mucha
fuerza, tanto por sus calles como por su cultura. Y yo estoy en
medio, en tierra extraña».
Entrevista realizada en París, el 12 de abril de 1997, por Olivier
Joyard y Frédéric Strauss en Les Cahiers du cinéma, núm. 523,
abril de 1998.