DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    19-04-2013
  • TERMINA
    01-01-1970

Permanecerá abierta hasta el 20 de mayo
Horario: de lunes a viernes, de 17.30 a 21.30 horas. Sábados, domingos y festivos, de 11 a 14 horas

POESIA & COLOR
Javier Sarrió

«Expresiones estéticas de temas muy variados: paisajes rurales,
interiores, bodegones, flores, notas de color y paisajes soñados.
Todo ello enmarcado en un lenguaje expresionista, en ocasiones
con armonías de color fauvista y composiciones de abstracción
lírica. La pasión por el color, emociones vividas y ensoñaciones
cromáticas. Poesía, color y formas que afloran desde el sentimiento
con luz interior».

OPINIÓN DE TOMY DUARTE
Concejala del Ayuntamiento de Alicante

Javier Sarrió es un pintor nuestro, un analista del color y de la luz. Una luz que no toma prestada sino que hace propia para después distribuirla sobre cada soporte, por medio de sugerencias, franjas y campos estéticos que hablan de lo bien trabajadas que están sus obras.
Reconocido nacional e internacionalmente por su arte y sus colores, hasta el punto de ser el pintor de los colores azules y ocres, este artista utiliza unos tonos casi siempre suaves, en excepciones fuertes y valientes, sin olvidar su amor por los colores tierra, rojos, violetas y especialmente los verdes.
Es un pintor de formas lúdicas que superpone tonos de forma muy bella, algo que se aprecia en todas sus exposiciones, con cuadros que crean atmósferas limpias, libres de toda contaminación. También es un pintor romántico, creativo y un enamorado del arte fauvista. Su paleta es fogosa como el propio pintor, que combina a la perfección el tono con el semitono, poniendo cada nota en su lugar en el pentagrama de su sensibilidad exquisita, de su sinfonía con Cezanne y diría también que con Matisse.
Sarrió pinta como los pájaros cantan. Investiga en el color y en la composición utilizando la misma gramática que los mejores artistas de otras épocas.
Decía Claude Monet al romper el alba del impresionismo y de la pintura a “plein-air”: “El color es mi obsesión diaria, la alegría y el tormento”. De esta mezcla, en cantidades porcentuales sale la maravillosa obra del pintor alicantino Javier Sarrió.

OPINIÓN DE CRISTINA MARTÍNEZ
Redactora de Cultura del Diario INFORMACIÓN

Javier Sarrió sueña. Cuando pinta y cuando vive. Cuando coge el pincel y cuando se
entusiasma escuchando poesía. Cuando ve los campos de almendros y cuando mira
los paisajes de la Habana. Y luego pinta los sueños de muchos colores y los transforma
en paisajes, bodegones, retratos?.. En pequeños trozos de vida que nos muestran otros
paisajes, otros bodegones, otros retratos distintos a los que conocemos. Siempre ha sido
así y siempre será así.
 
En ese sueño lleva embarcado muchos años y con ese sueño nos hace soñar. Desde sus
tazas sin fondo hasta sus particulares almendros, para llegar a sus actuales recortes de
paisajes, sus pequeños lienzos. Si sus cuadros son, como a él le gusta decir, poesía, estas
últimas obras son los versos sueltos de grandes poemas.
 
De todo ello podemos disfrutar en la exposición que acoge el Club INFORMACIÓN. De un
sueño en el que se entra al empezar la visita y del que se despierta al terminar. Después
entenderemos un poco más su pintura. Y con ella conocemos mejor al artista. Y descubrimos
que detrás de una gran pintura y detrás de un gran artista, hay también una gran persona.
Javier Sarrió.

20 AÑOS DE PASIÓN POR EL COLOR
ÁFRICA PRADO

Javier Sarrió (Alicante, 1954) pinta casi siempre con música clásica y, sobre todo, con óperas de Puccini o Donizetti. María Callas nunca le falla, «pero cuando quiero más caña me pongo salsa», apunta este pintor autodidacta enamorado de la poesía de Miguel Hernández, Neruda y Lorca. La lírica, la poesía y los sueños se funden siempre en la pintura de Sarrió donde ahora, más que nunca, el color dirige su obra. El pintor ofrece a partir de hoy y hasta el 20 de mayo en la sala de exposiciones del Club INFORMACIÓN una panorámica de los últimos veinte años de su trabajo en una muestra retrospectiva titulada Poesía y color, que se inaugura esta tarde a las 20 horas.
A través de medio centenar de pinturas, de las cuales aproximadamente la mitad es obra nueva de los años recientes, «la gente puede ver resumidamente la evolución de mi pintura y de la forma de las cosas. Tiene ese fondo íntimo del que ha salido un nuevo gesto», explica Sarrió, que ha incluido algunos de sus cuadros emblemáticos de los años 90, como Interior con flores, que le valió la medalla en el Salón de Otoño de Madrid, o la seleccionada en la exposición de Pintores para el 92 de Sevilla.
Pero, sin duda, lo que llamará la atención del espectador es el nuevo trazo de Sarrió en sus últimos bodegones, escenas de interior y paisajes, con panorámicas que rompen los esquemas de los formatos clásicos, alargadas o de tamaño reducido. «Lo nuevo es un ejercicio de docencia que puse en práctica en los talleres realizados con niños del colegio Bacarot y en Jerez, un juego de colores del día y la noche, de las distintas estaciones, donde se reflejaba que el color lo aceptaba todo y los niños veían que un cielo podía ser rojo o un árbol, azul», explica el pintor.
Acostumbrado a obras de gran formato y a pinceladas largas, el pequeño formato fue un ejercicio de disciplina para Sarrió, «reducir sin que resulte cursi, por tener algo íntimo, como un brillantito, y poner el mismo cariño en una obra pequeña que en una grande».
Aunque Sarrió nunca ha ocultado su admiración por los pintores impresionistas, tampoco esconde su respeto por pintores vanguardistas como Pollock o Rothko. «Yo he aprendido a base de ver museos y absorbiendo la amalgama de los clásicos y las vanguardias. Al ser autodidacta, ahora me obligo a ser disciplinado y no dar cambios bruscos, pero sí a generar nuevas facturas sin perder mi sello de identidad».
¿Es ahora Sarrió más arriesgado que hace veinte años? «Creo que sí, y en ese camino he querido que el color sea el director de orquesta, sin perder la buena cocina», señala sobre su obra más reciente, aunque reitera que crea como siempre, «desde el sentimiento».
«Sigo haciendo paisajes o interiores, pero todo va a ser muy roto ahora ?porque todo lo pequeño lo estoy llevando al gran formato ahora?. Me gusta que una fruta se enamore de lo que tiene al lado, que haya vibraciones con lo que le rodea y genere una atmósfera de comunicación», añade.
Sarrió admite con satisfacción que treinta años después de su primera exposición individual en Alicante, en 1983, y tras una muestra de 250 de sus obras en La Lonja en el año 2000, «soy un pintor reconocible, y eso es muy difícil de lograr. La gente ve una obra mía y dice: “Es un Sarrió”, igual que un María Chana o un Javier Lorenzo, y quiero seguir luchando por conseguir nuevas metas sin dar altibajos y evolucionar hacia otras formas de expresión».

Datos informativos

Fecha inicio : 19-04-2013

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