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Intervienen
Manuel Fernández Blanco. Psicoanalista. Psicólogo clínico. Miembro AME de la ELP y de la AMP. Docente del Instituto del Campo Freudiano. Director de la clínica del Instituto del Campo Freudiano en La Coruña

Presenta
Óscar Ventura.Psicoanalista. Psicólogo clínico. Miembro AME de la ELP y de la AMP. Docente del Instituto del Campo Freudiano

Malraux, en las primeras líneas de sus “Antimémoires”, pone en boca de su amigo, el limosnero de Glières, el Abate Magnet, la frase “No hay grandes personas”. Vuelve a ella al inicio de “L´espoir”: “Miras a un hombre, ves a un niño en él”. En el año 1967 Lacan se hace eco de las Antimemorias de Malraux y lo curioso es que Lacan conecte la frase: “Lo que he llegado a creer, fíjese, en ese ocaso de mi vida, es que no hay personas mayores”, con la entrada de todo un mundo en la vía de la segregación. Actualmente, comprobamos como los niños y adolescentes acceden precozmente a los goces de los adultos. Este acortamiento del tiempo tiene un efecto paradójico. A menudo, los adultos prematuros se convierten en niños eternos. Por eso cada vez es más difícil encontrar a un adulto de verdad.