Ciclo de conferencias
«SUMISOS DE LA TECNOLOGÍA»

Conferencia
«Los nuevos rostros de la segregación»

ww.scf-alicante.es

Interviene
Manuel Fernández Blanco. . (Galicia). Psiconalista. Psicólogo Clínico. AME. Miembro de la ELP (Escuela Lacaniana de Psicoanálisis ) y de la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis). Docente del Instituto del Campo Freudiano

Presenta
Óscar Ventura. (Alicante). Psicoanalista .Psicólogo Clínico. Miembro de la ELP (Escuela Lacaniana de Psicoanálisis ) y de la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis). Docente del Instituto del Campo Freudiano. Coordinador del Seminario del Campo Freudiano en Alicante.

“LOS NUEVOS ROSTROS DE LA SEGREGACIÓN”
El ciclo de conferencias, abiertas a la ciudad de Alicante, que promueve el Instituto del Campo Freudiano, en colaboración con el Club INFORMACIÓN de Alicante, tiene la particularidad de haberse convertido, año tras año, en un verdadero “lector” de los síntomas que como sociedad nos atraviesa. Basta recordar algunos de los últimos debates que el ICF ha promovido: “¿Sumisos a las tecnologías?”, “Las parejas contemporáneas y sus lazos inconscientes”, “Formas contemporáneas de la violencia”, “Jóvenes contra las cuerdas”, entre otros. ¿Por qué incluir en esa serie a la segregación, si la segregación como fenómeno social es un síntoma históricamente documentado?, ¿qué ha hecho que estemos en un tiempo agudizado de segregación, agudizado por una escenificación permanente de lo que no se soporta de los otros? Escenificación decíamos, porque ya no basta con situar lo intolerable en alguien, o cuestionar su dignidad en la esfera de lo privado; ya no basta con el regodeo permanente o la acusación que se dirige con el pensamiento. Y tampoco pareciera que alcanza con denunciar públicamente lo que se rechaza. El elemento crucial que ha traído nuestra época, es la imperiosa necesidad de “darlo a ver”; de exhibirlo como bien mayor. Este recrudecimiento de la segregación, trae como consecuencia que el sujeto rechazado, marginado o vapuleado, ya no esté tan claramente localizado en el exterior. Ya no se trata solo de la raza, de la religión, o de la enfermedad mental. La segregación se ha vuelto democrática -valga la ironía-. Una proliferación de características particulares ahora puede ser diana de exclusión.
A poca diferencia que se establezca con lo que está estipulado socialmente como “normativo”, ya nadie está a salvo de que el enemigo siga localizado afuera. Descubriremos con sorpresa en este ciclo de conferencias, una primer paradoja: si se puede segregar por tantos motivos diferentes, hasta el punto de que pareciera que la razón es nimia en ocasiones, es porque lo que se rechaza es un rasgo muy delimitado. Un rasgo que le hace suponer a quien margina, que con ese rasgo el sujeto agredido obtiene cierta satisfacción. A los “sin techo” se les puede prender fuego porque se vuelve intolerable para quienes sostienen la expulsión, captar una cierta complacencia en ese modo de vida. La segunda paradoja que descubriremos en estas conferencias, es que solo se puede reconocer ese rasgo de supuesta satisfacción en el otro, porque previamente se ha experimentado esa satisfacción en uno mismo. Se segrega al fin y al cabo, lo reconocido pero no soportado y que íntimamente ha hecho marca en nosotros. De allí que, en aquello que segregamos, estamos especialmente concernidos. Los invitamos entonces a seguir la apuesta de J. Lacan cuando decía “Lo colectivo no es nada más, que el sujeto de lo individual.” Hacia el sujeto nos dirigimos en estas conferencias: no sólo desmontando la peligrosa idea de que es suficiente con segregar lo que molesta, sino también, evitando que lo singular quede teñido por lo que colectivo.