INTERVIENEN:
RAMÓN MARTÍN MATEO. Catedrático. Ex rector de la Universidad de Alicante. Consejero de Estado
ENRIQUE GIMÉNEZ LÓPEZ. Catedrático de Universidad. Presidente de la Asociación Española de Historia Moderna
ARNALDO MARTÍNEZ CALVO. Catedrático de Instituto. De la Junta de Gobierno del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras ye en Ciencias de Alicante. Director del CEFIRE de Elche
JUANA SERNA MASIÁ. Catedrática del Instituto Figueras Pacheco de Alicante
JOSÉ JULIÁ SERRA. Del Cuerpo de Maestros de Primaria y ESO
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
EL DEBATE SOBRE LAS HUMANIDADES EVIDENCIA EL INTERÉS POLÍTICO POR CONTROLAR LA ENSEÑANZA
VICTORIA BUENO
«¿Qué papel puede jugar la formación humanística en una sociedad de desarrollo científico-técnico elevado?». El periodista y director del Club INFORMACION, José María Perea, dio paso con esta pregunta a la exposición de los cinco ponentes invitados, tratando de centrar el debate «más allá de las circunstancias concretas del proyecto de decreto ley de la ministra Aguirre y del rechazo frontal por parte de algunas comunidades autónomas».
Sin embargo, los propios ponentes evidenciaron sus desvelos por el citado documento, y José Juliá, del cuerpo de maestros de Primaria y ESO, mostró su preocupación porque lo que ahora «no es más que un plan», derive en «una norma».
Al igual que la catedrática del instituto Figueras Pacheco, Juana Serna, Juliá matizó que la reforma de la LOGSE lo que introdujo frente a la ley del 70 fue el valenciano y otras especialidades (música, educación física, idiomas y tecnología) que sólo restan horas a otras enseñanzas, y que el error de fondo del proyecto de Aguirre parte de «pensar que el conocimiento de los chicos se forma por conceptos, cuando se trata de actitudes y técnicas de trabajo. Juliá concluyó pidiendo que se rectifique el proyecto y «no se tenga tanta prisa porque todos nos jugamos mucho».
Serna, que inició su intervención con una cita del filósofo Kant en el siglo XVIII, «el hombre es la única criatura que debe ser educada», reiteró su sorpresa ante la repercusión del contenido del proyecto de decreto de las Humanidades cualificándolo de «debate virulento», e ironizó sobre diversas opiniones vertidas en los medios de comunicación referidas al «desmantelamiento cultural de la juventud».
Esta profesora de Filosofía rechazó que se culpe a la reforma LOGSE de dicho desmantelamiento, detallando la equivalencia entre la enseñanza actual y la que ha venido a sustituir. Serna explicó que «el fracaso escolar a causa de una falta de comprensión lectora y de rigor en la escritura hizo preciso el actual encaje de bolillos, sobre las asignaturas a impartir «por lo que el problema no es de presencia, que todas están sino de horario», ya que la introducción del valenciano resta horas a las Humanidades.
Arnaldo Martínez, catedrático también de instituto, y representante del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía, Letras y Ciencias de Alicante, negó «virulencia en el debate» calificándolo de «sereno», pero echó de menos que el nuevo proyecto se centre en la Historia cuando «el Latín y el Griego tienen un trato poco adecuado».
El catedrático de Historia en la Universidad de Alicante, Enrique Giménez, criticó la ausencia de la enseñanza de los clásicos desde la escuela y que para el alumno «los nombres clásicos no son más que glorias nacionales. Suelen decir que son una lata, un rollo, y de Cervantes, el que más». Lamentó el «ambiente hostil y de desprecio hacia las Humanidades», y frente a quienes achacan la vuelta a la enseñanza memorística que implica el decreto de Aguirre dijo que «sin acontemiento no hay historia y dentro de no muchas generaciones hasta los nombres de habran olvidado».
El ex rector de la Universidad de alicante y consejero de estado Ramón Martín Mateo, dio un giro de 180 grados con su exposición al circunscribirse al epígrafe enunciado en un principio por José María Perea, detalle que repetidamente se le alabó posteriormente por parte del público asistente.
El también catedrático de Derecho puntualizó que «en primer lugar las Humanidades sirven para el desarrollo de la personalidad. El que no estudia Humanidades no puede ser ciudadano global», dijo. Subrayó que también son una fuente de riqueza: «Los mejores ingenieros son los que hicieron una gimnasia cerebral adecuada en su formación» según conclusiones comparativas entre los alumnos que eligen Ciencias o Humanidades.
Martín Mateo destacó que entidades financieras de Inglaterra solicitan filósofos para puestos de elevada jerarquía «por ser cerebros bien dotados», y que los primeros que deberían estudiar Humanidades «son los políticos en general, mejoraría su lenguaje». Respecto a la actual competitividad indicó que «los bien formados tendrán su premio en el segmento mercantilista» y apoyó las palabras de Giménez sobre el interés de los políticos por controlar la enseñanza.
