INTERVIENEN:
MANUEL MOYA. Catedrático de Pediatría Universidad Miguel Hernández y secretario del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría
MARÍA DEL CARMEN BALLESTA. Licenciada en Farmacia, dietista de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital de San Juan
JOSÉ RAMÓN DOMÍNGUEZ. Jefe de la Unidad de Endocrinología del Hospital de San Juan
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
LOS ESPECIALISTAS INCIDEN EN LA PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD EN EL PRIMER MOMENTO DE LA INFANCIA
ÁFRICA PRADO
Un estudio mostrado durante el coloquio del Club INFORMACION con motivo del Día Europeo de la Obesidad puso al descubierto las dificultades que presenta la corrección del exceso de peso en los niños ya afectados por este problema de origen genético. Manuel Moya, secretario del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría y jefe del servicio en el Hospital de San Juan indicó que dicho estudio, efectuado con 81 niños obesos y con un seguimiento de tres años en el hospital, confirma el elevado número de fracasos en la curación y la necesidad de insistir en la prevención de dicho trastorno desde el primer momento de vida del niño.
Entre los 81 niños estudiados, se produjeron 52 casos de abandono de tratamiento y, de los 29 restantes, sólo 6 niños lograron la curación plena, 11 casos mejoraron y 12 de ellos fracasaron en el intento. Por otra parte, la repercusión en los niños de la obesidad de los padres también quedó patente, ya que entre los 5 y 7 años, los niños con sobrepeso y de padres delgados tienen un 30% de probabilidad de ser obesos en la etapa adulta, mientras que las posibilidades con padres obesos llegan al 80%.
«Un niño obeso tiene más probabilidad de terminar sus días siendo obeso» y cuando esto sucede, «casi todo está en nuestra contra y el tratamiento contra la obesidad suele ser desesperante para quien lo sufre», indicó Moya, que subrayó la necesidad de prevenirla desde el inicio de la vida del niño -con dietas «prudentes», como la lactancia materna, alimentación sólida nunca ante de los tres meses- y de regular posteriormente mediante dieta la obesidad desde que ésta se detecta. La obesidad infantil crece en el entorno europeo, con una frecuencia de un 25 a un 30 por ciento.
El tratamiento mediante el ejercicio físico y la dieta fue la única fórmula puesta sobre la mesa por los especialistas contra la obesidad, término que José Ramón Domínguez, jefe de Endocrinología del Hospital de San Juan, resumió como un «balance equivocado entre la energía calórica y el gasto energético». El doctor Domínguez recordó que el aumento de la obesidad conlleva un aumento del riesgo de mortalidad por su vinculación a muchos problemas de morbilidad, como el impacto cerebral, la angina o el infarto de miocardio, hernias, artrosis o gota.
La dietista de la unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital de San Juan, María del Carmen Ballesta, se encargó de hacer las recomendaciones necesarias para conseguir una dieta sana, «mixta, variada y equilibrada, que se adapte a las necesidades de cada persona», que contemple un consumo de leche diario -dato que despertó notable interés entre el público-, carne y pescado tres o cuatro veces por semana, huevos no más de tres veces por semana, verdura y fruta a diario, fécula diaria (pan), legumbres tres veces por semana, grasas instauradas (aceite de oliva), no abusar de la sal ni del alcohol.
Los especialistas rechazaron las dietas que no incluyan una adecuada proporción de hidratos de carbono, proteínas y grasas, así como los fármacos para adelgazar. Varios hospitales estudian en la actualidad los efectos de un nuvo fármaco.