En colaboración con Manos Unidas
Previamente se proyectará un vídeo sobre la esclavitud y prostitución infantil en la India
INTERVIENEN:
MARÍA JOSÉ MUÑOZ SÁNCHEZ. Delegada diocesana de Manos Unidas en Alicante
MANUEL RICO VERCHER. Pedagogo
CARMEN SANCHO. Farmacéutica. Misionera de Cristo Jesús en Sonapahar (India)
GLORIA MARAK. Licenciada en Letras. Misionera de Cristo Jesús de la etnia garo
HELEN NONGRUM. Enfermera y comadrona. Misionera de Cristo Jesús de la etnia khasi
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
LA ESCLAVITUD AFECTA TODAVÍA A 250 MILLONES DE PERSONAS
PIRULA ARDERIUS
Con la proyección de un vídeo sobre la esclavitud del trabajo infantil en la India y con el directo testimonio de tres misioneras, Manos Unidas en Alicante aprovechó la tribuna del Club INFORMACION para despertar conciencias, hacer un llamamiento a la solidaridad y lanzar una llamada en el sentido de que todos, desde cualquier circunstancia y por distintos medios, podemos hacer algo a favor de quienes la ignorancia y la pobreza les impide desarrollarse como seres humanos, viviendo como esclavos de gobiernos, de oligarquías y de intereses económicos de otros países.
María José Muñoz Sánchez, delegada diocesana de Manos Unidas, ONG que lleva 40 años trabajando por el desarrollo, comenzó por señalar que salvo la colaboración con las tragedias puntuales «se cierran ojos y oídos a la cruda realidad de los países del sur». Tras la campaña sobre la condonación de la deuda externa, señaló que Manos Unidas se está centrando este año en la abolición de la esclavitud que, «según las estadísticas reconocidas por la ONU afecta a 250 millones de seres humanos», con jornadas laborales que pueden llegar hasta las 20 horas, sin lugares de descanso y con niños prostituidos y explotados.
De la labor que realiza Manos Unidas en el tercer mundo habló el pedagogo Manuel Rico Vercher, haciendo hincapié en la situación de la mano de obra infantil en la India para la que esta ONG monta residencias donde puedan descansar y alimentarse, talleres alternativos para redimirles de los trabajos más duros, y para proporcionarles una mínima instrucción. Hizo referencia a los talleres de Mindanao (Filipinas) con residencias y cooperativas agrícolas, y a los proyectos de cooperación en Brasil, donde los niños laboralmente explotados, que tienen que aportar un salario a la familia, pueden recibir instrucción. El pedagogo calificó de escarnio la conclusión «los niños no deben de trabajar» de la Conferencia de Países del Norte, celebrada el pasado mes de octubre en Oslo en torno al «Trabajo infantil» y finalmente animó a la prestación de ayudas «hasta la llegada de otra situación».
Por su parte Carmen Sancho, la farmacéutica aragonesa que ha trabajado en diversos centros hospitalarios de la India desde 1962, aseguró que «hay que estar allí para acostumbrarse al sufrimiento y la explotación». Habló de la explotación de una mano barata para los intereses comerciales de los países del norte, de la esclavitud que supone la ignorancia, de la esclavitud por unas creencias que llegan a convencer de que las enfermedades provienen de los espíritus, del trabajo contra todas las dificultades, y de la esclavitud, por pobreza, ignorancia y enfermedades como la malaria, disenterías y problemas de la piel.
Educación ante todo
Originaria de las montañas de Garas la hindú Gloria Marak dio testimonio de sus dificultades como asistente social en su lucha contra las costumbres paganas y las enfermedades. Aseguró que lo fundamental en la India es la educación para redimir a los niños de la esclavitud del trabajo, ante el mal funcionamiento de las escuelas gubernamentales. Finalmente Helen Nongrum, nacida en las montañas Khasis, incidió en los problemas que supone la dispersión de los pueblos rurales, así como de la malaria en las zonas forestales, lo que obliga a invertir el escaso dinero disponible en medicina y no en comida.