De Rob Cohen
Organiza:
Club INFORMACION
Colaboran:
Exhibidora VICENTE ESPADAS
Distribuidora UIP
Acceso por invitación
Se introduce en un mundo que no frecuenta Hollywood desde hace mucho tiempo, el de los jóvenes que viven de lleno la cultura del automóvil. Conecta con los viejos films de serie «b» de los años 50 en los que motos y coches servían de válvula de escape a pandillas de inadaptados. Lo hace cuidando, por encima de todo, la parte espectacular, es decir la de las carreras clandestinas de coches que se llevan a cabo en las calles de Los Ángeles y engendrando un producto sin trascendencia alguna pero entretenido, que hace subir la adrenalina en algunas secuencias y que podía haber mejorado mucho su estatus si su vertiente dramática no fuese tan frágil.
El autor de «Dragon. La leyenda de Bruce Lee», «Pánico en el túnel y «Dragonheart» hace vibrar al auditorio con secuencias trepidantes en las que la velocidad y el vértigo conducen la tensión a niveles notables. El problema es que al cuidar sólo este aspecto de la película, el soporte argumental que la justifica en teoría se queda cojo.
La espectacular carrera que abre la proyección revela que hay un mercado muy arraigado de rectificación de los motores de coches de importación en EE.UU. Brian es admitido en una carrera y se gana la confianza de Dominic, uno de los consumados especialistas en la materia. Su misión se complica con elementos que conducen a este policía camuflado a vivir un intenso dilema. Algo que se traza con fotogramas poco estables, a sabiendas de que el espectador reclama la acción y la vistosidad de unas escenas marcadas por la velocidad. El aburrimiento queda desterrado, pero no se ocultan las evidentes limitaciones de la cinta.