Festival Internacional de Roma – Sección a Concurso
SINOPSIS
Las vidas de Manuel, Ana y Julio, amigos desde la adolescencia, son una impostura. Pese a estar muy cerca de los cuarenta años y haber alcanzado todo aquello que la sociedad dice que les haría felices, buscan desesperadamente una solución para su soledad e insatisfacción. Sus vidas se cruzan una noche de verano en la que vuelven a encontrarse después de un año, y juntos emprenden un viaje hacia el corazón de la noche: sexo, droga, alcohol y excesos; una huida a la adolescencia como única forma de eludir la realidad.
AFTER es la última parada, el último bar abierto. El final del trayecto.
FICHA ARTÍSTICA
Julio – GUILLERMO TOLEDO
Manuel – TRISTÁN ULLOA
Ana – BLANCA ROMERO
Jesús – JESÚS CARROZA
Pablo – RAÚL DEL POZO
Irene – MARTA SOLAZ
Chica – VALERIA ALONSO
Ramón – RICARDO DE BARREIRO
García – MAXI IGLESIAS
Andy – ÁLVARO MONJE
FICHA TÉCNICA
Director – ALBERTO RODRÍGUEZ
Productor – OSÉ ANTONIO FÉLEZ
Productores ejecutivos – GERVASIO IGLESIAS y JOSÉ ANTONIO FÉLEZ
Guión – RAFAEL COBOS
Argumento – RAFAEL COBOS y ALBERTO RODRÍGUEZ
Dirección de fotografía – ALEX CATALÁN (A.E.C.)
Música original – JULIO DE LA ROSA
Dirección artística – PEPE DOMÍNGUEZ
Montaje – JOSÉ M. G. MOYANO
Dirección de producción – MANUELA OCÓN
Ayudante de dirección – ADÁN BARAJAS
Sonido directo – DANIEL DE ZAYAS
Posproducción de sonido – PELAYO GUTIÉRREZ
Vestuario – FERNANDO GARCÍA
Maquillaje y Peluquería – YOLANDA PIÑA
Cásting – EVA LEIRA y YOLANDA SERRANO
CINE – CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Se acerca a unos seres perfectamente identificables, tanto por su edad como por su circunstancia, que están marcados por la frustración y por la infelicidad, a pesar de que en teoría son unos triunfadores, y lo hace con evidente dominio del factor humano y dramático. No llega, desde luego, a alcanzar los niveles de naturalidad y de fluidez de la mejor película del director, «Siete vírgenes», pero es un producto válido, sincero y, sin duda, polémico, no exento de situaciones duras y terribles. Presentada a concurso en el Festival de Roma, su afán de autenticidad rebasa las fronteras convencionales de buena parte del cine en materia de sexo. La estimable labor de los tres protagonistas, Guillermo Toledo, Tristán Ulloa y la modelo Blanca Romero, tiene un relevante peso específico, aunque es la realización el soporte más firme.
Alberto Rodríguez ha dado un paso adelante en su deseo de convertir al espectador en testigo privilegiado del estado de descomposición de unos individuos, todos en torno a los 40, que no han sabido adaptarse a la sociedad a pesar de que han logrado hacer realidad buena parte de sus objetivos.
