Interviene
Álex Rovira. Economista y autor de la trilogía «La buena vida», «La buena suerte» y «La buena crisis»
Presenta
José Antonio Rabadán. Director de Clientes y Comunicación de Novaire
Abrirá el acto
Asunción Sánchez Zaplana. Concejala de Acción Social y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante
ÁLEX ROVIRA
Alex Rovira es un autor de bestsellers de crecimiento personal verdaderamente recomendable para cualquier persona y en especial para principiantes en este mundo, para hombres (más reacios, en general, a la espiritualidad) y para los racionalistas.
Él es economista y profesor de la famosa escuela de negocios Esade, pero tan atípico que se auto-denomina psiconomista. Tiene una amplísima formación en psicología positiva y misticismo y lo ha sabido traducir de forma sencilla, comprensible y sensata para el ciudadano «moderno» y descreído.
Es un exitoso conferenciante y siempre ha defendido los valores y la conciencia en la Vida y sobre todo en la economía.
El tiempo le ha dado la razón punto por punto y hoy más que nunca necesitamos los ingredientes que él predica: sentido de la vida, paz y equilibrio interiores, gratitud, responsabilidad, poder de las acciones individuales, ?
Ha publicado seis interesantes libros:
– La Brújula Interior
– La Buena Suerte
– Los siete poderes
– El laberinto de la felicidad
– Las palabras que curan
– La Buena Vida
ENTREVISTA A ÁLEX ROVIRA
«EL SISTEMA LLEGA A TAL DELIRIO QUE EL SINVERGÜENZA PUEDE RECLAMAR SUS DERECHOS»
Por PINO ALBEROLA
Usted ha venido a Alicante para dar su visión sobre los «Mayores del siglo XXI», una generación a la que le ha tocado cuidar de los nietos y sostener económicamente a sus hijos que están en el paro. ¿Son ellos el auténtico estado del bienestar?
No somos conscientes de los valores que transmiten los mayores y de su soporte a la unidad familiar. Son los que nos enseñan a abrocharnos los zapatos, a repasar las tablas de multiplicar, nos trasladan la tradición, los cuentos. Pero, además, apoyan a la unidad familiar. Hay estudios que sostienen que sin ellos no sería sostenible la estructura productiva. Son garantes de un estado del bienestar, pero muchas veces no tienen el reconocimiento y la gratitud que merecen. Se asume su función como algo que deben hacer y que dan por cariño incondicional.
Si usted fuera director de cine, ¿qué título le pondría a esta crisis?
«Se acabó la fiesta»
¿Sería una cinta de terror o un drama?
Podría ser una tragicomedia que denuncie la falta de sentido común y principios que han prevalecido. Sobre todo el delirio colectivo y la indecencia de aquellos que, pudiendo hacer bien las cosas, se dejaron llevar o aprovecharon para saquear. No es sólo una crisis económica, sino de valores y de conciencia. Es la consecuencia de comprar con un dinero que no teníamos cosas que no eran necesarias para impresionar a los que no conocíamos, avalando con activos que no valían lo que costaban en un sistema sin regulación. Por eso, cuando digo que la crisis es buena no lo digo por apología del sufrimiento, sino en el sentido de que ojalá nos demos cuenta de cómo nos debemos instalar en una cultura de sobriedad y sostenibilidad para que las generaciones futuras no caigan en el error. Pero aún estamos muy lejos y tienen que venir más crisis porque no hemos aprendido la lección.
¿Tan mal final le ve a esto?
Si vuelve a haber créditos fáciles, entraremos en especulación, en burbujas. La codicia humana tiene dos cotos, el de la conciencia y el del límite legal. Para lo primero hace falta tiempo, reflexión y sufrimiento y para lo segundo, decencia, y todavía no la hay.
¿Quién es peor, el ciudadano que ha vivido por encima de sus posibilidades o el banco que se lo ha puesto muy fácil?
Hay ciudadanos que son buena gente y que sólo buscaban una vivienda digna y que no se les puede juzgar por nada malo. Luego hubo otros que por ambición, codicia y especularon se endeudaron para ganar mucho dinero. Pero, sin duda, la máxima responsabilidad está en aquellos que facilitaban el crédito fácil sin rigor, sin evaluación de riesgos.
¿Y no le suena a comedia que ahora el Banco de España estudie limitar lo que ganan los directivos?
Es lamentable que tengamos que llegar a donde hemos llegado para que se haga esto. Pero, por otro lado, es necesario, porque no es posible que alguien que ha arruinado una caja se plantee una pensión vitalicia de 360.000 euros. Es indecente y, además, que tenga el coraje de reclamar en los juzgados que merece eso. El sistema ha llegado a un punto de delirio tal que garantiza que el sinvergüenza reclame sus derechos. Hay una perversión del sistema que obliga a reestructurarlo a muchos niveles, no sólo en los sueldos de los directivos, también en los políticos que prometen algo en las elecciones y no lo cumplen o en los sindicatos que no tienen auditorias. Hay indecencia en todos los lados.
Con la que está cayendo, ¿mantiene el título de su libro «La buena crisis»?
Lo escribí hace cuatro años y cuando lo titulé así no lo decía desde la ingenuidad. El mensaje era: «Señores, esto va a estallar». La crisis es buena porque una crisis te lleva a una situación crítica y crítica quiere decir la reflexión que te lleva a la capacidad de elegir bien. Toda crisis lleva oculta la posibilidad de romper patrones tóxicos.
Pero no parece que este sea el camino que se está tomando a la vista de los recortes en sanidad, en educación…. en definitiva recortes a los más débiles.
Eso me provoca un gran estupor. ¿Por qué no se suben los impuestos a las rentas más altas? Todavía falta mucho por hacer porque no se ha reaccionado. Hay mucha timidez a muchos niveles. Los gobiernos del mundo se deberían poner de acuerdo y decir basta a los paraísos fiscales. Pero ni hay coraje ni dignidad.
¿Para cuándo un libro titulado «El buen político»?
«Haberlos haylos». Hay gente con verdadera vocación de servicio que trabaja 18 horas al día. Son gente que está más en lo local, en el pequeño pueblo. No necesariamente tiene que tener el rol de político. El párroco que está en la parroquia atendiendo, ese es un buen político. El periodista que hace un artículo de denuncia es un buen político. No hace falta tener la etiqueta de candidato. Y también hay quien tiene esa etiqueta y es buen estadista. Personas con visión a largo plazo, con voluntad de Estado. Pero ahora abunda la miseria y no hay grandeza.
¿Volveremos a comprar en pesetas?
No creo. Grecia saldrá del euro y no pasará nada. No se puede estar en un rescate permanente, pero España no es comparable con Grecia. El problema es que este país no sabe lo que quiere ser, no ya de mayor, sino mañana. Si Sebastián ?actual ministro de Industria? , en lugar de debatir si mañana va al Congreso con corbata, hubiera hecho un plan estratégico en lo económico, otro gallo nos cantaría.