Intervienen
Julio Anguita. Autor del libro
Marga Sanz. Coordinadora General de EUPV
José Antonio Fernández Cabello. Patrono de la Fundació Institut d´Estudis Polítics y coordinador local de EU de Alacant
Francisco Sánchez.Director del Club INFORMACIÓN
Recensión que recoge el libro “Combates de este tiempo”
El libro se abre con el discurso fúnebre ante el cadáver de Pasionaria y se cierra con la intervención de Anguita en un acto de la izquierda con Saramago, un texto con más de diez años que respira una pasmosa actualidad. Julio Anguita es y ha sido un hombre político; un político reflexivo y un hombre analítico. Los escritos que forman “Combates de este tiempo” son el fiel reflejo de las ideas que habitan la mente y la palabra de Julio, claro referente de la izquierda en España. El lector se sorprenderá ante la vigencia de estos textos y discursos, parejos a su trayectoria vital en la política, desde finales de los setenta, y con los que Julio Anguita nos invita a pensar sobre el pasado y el presente de este país.
Respuesta de Julio Anguita a una pregunta de un periodista
“El libro es hijo de la angustia con la que uno ve la actualidad. Es hijo de mi pluma. Pero sus contenidos son hijos de un debate colectivo con la participación de mucha gente en los momentos en los que esta gente afrontó la génesis de los problemas que en la actualidad estamos sufriendo. Estoy hablando de Maastricht y del neoliberalismo, y la angustia que da decir ´pero hombre si esto lo habíamos visto venir y lo habíamos denunciado´. Esa angustia ante lo que está ocurriendo y, subrayo, lo que va a ocurrir hace que uno recurra a la memoria. Yo quería que el libro se publicase para mediar en el debate europeo de hoy. Miren ustedes lo que opinábamos en ese momento, lo que se dijo y lo que nos dijeron.”
JULIO ANGUITA APUESTA POR DEJAR EL EURO Y NO PAGAR LA DEUDA PARA SALIR DEL A SITUACIÓN ACTUAL
ANTONIO TERUEL
El excoordinador general de IU Julio Anguita apostó ayer por abandonar el euro y dejar de pagar la deuda como forma de superar la situación económica y social actual. En su opinión, ésa es la única manera para evitar «morir lentamente», ya que, según dijo, «con lo que se está aplicando no hay salida, salvo que la gente esté adscrita desde que nazca a una hipoteca». Por ello, defendió que hay que «afrontar la decisión de llevar al enfermo a la sala de operaciones», y que eso pasa por salir del «disparate» de la moneda única y «declarar una moratoria unilateral de la deuda y someterla a auditoría».
Anguita presentó ayer en el Club INFORMACIÓN su último libro, «Combates de este tiempo», una recopilación de textos escritos entre 1977 y 2011 sobre cuestiones de actualidad en esos momentos y cuyo contenido sigue vigente ya que «lo que ocurre hoy tiene sus bases en el ayer». El carismático exdirigente de IU abarrotó la sala, e incluso unas 400 personas se quedaron sin poder entrar y escuchar frases como que una parte de la sociedad es presa de «una mentalidad de sumisión cultivada por el régimen», que le ha «transmitido un sentimiento de culpa por algo de lo que no es responsable».
El exsecretario general del PCE reivindicó la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos como medidas obligadas para salir del «estado de emergencia económica, social y moral» en la que se encuentra «un país con un 57% de paro juvenil». Ante esta situación, consideró que «una mayoría tiene que hacer valer su peso en la calle; sin violencia, pero ocupándola» y haciéndose ver. Por otro lado, sobre los desahucios apeló a aplicar la Constitución y «que nadie se mueva de su vivienda cuando no tenga otro sitio donde irse».
También, a preguntas del público, Anguita respondió a cuestiones como la transición a la democracia, que calificó de «tomadura de pelo que no arregló ningún problema». Asimismo, defendió que Cataluña sea «libre para decidir», pero advirtió que «un proyecto capitaneado por la derecha neoliberal de Mas está condenado al fracaso».
JULIO ANGUITA: «QUIEN VOTA A LOS CORRUPTOS LOS LEGITIMA, LOS JUSTIFICA Y ES TAN RESPONSABLE COMO ELLOS»
Su libro recoge textos de hace varios años, en los que vaticinaba hechos que luego se han cumplido. ¿Cree que en su momento no lo tomaron en serio?
No a mí, sino a todos los que planteábamos esas cuestiones. Este libro es un homenaje a los compañeros que dijeron que la nueva Europa iba a tener un fallo cuando la inmensa mayoría de fuerzas políticas parecían abducidas y se dejaban llevar por la propaganda.
¿Piensa que no se midieron las posibles consecuencias de aquella euforia europeísta?
Creo que esas fuerzas han acabado siendo víctimas de la improvisación al servicio del gran capital. Actuaron de una forma determinada porque era la moda. Yo me opuse, pero nadie me contestaba; sólo decían que no era europeo. La situación de hoy es consecuencia de todo aquello.
Hay una parte de la población que ve justificada la política de recortes. ¿Cómo la convencería de que ésa no es la solución?
Hay un sector de la población que come todos los días, pero a quien no tiene nada se la ha acabado la paciencia y le sonará a sarcasmo oír que no hay otra solución. El descontento es creciente y cada vez hay más gente que cree que a esto hay que plantarle cara, pero todos estos procesos son lentos.
¿Qué piensa del descrédito de la actividad política?
Hay casos en los que está archijustificado; no se ha estado a la altura de las circunstancias. Pero por medio está el sentimiento filofascista de atacar al sistema en general, y eso es peligroso. El político que delinca debe ser penado con agravantes, pero no debe equipararse la política al horror.
¿Y cómo podría lograrse una mejor imagen de la política?
La suprema lección del político es el ejemplo. Debe tener el valor de decir las cosas y paciencia para explicarlas. Y ser consciente de que no tiene vida privada y ser consecuente con sus actos.
¿Qué le parece que políticos sobre los que hay serias sospechas de corrupción vuelvan a salir elegidos en unos comicios?
Cuando alguien vota a los corruptos los legitima, los justifica y los defiende. Es igual de responsable de la corrupción, le guste oírlo o no. Eso sí, hay que dejar algo claro: hay muchos políticos honestos. El problema es que los casos de corrupción brillan más.