INTERVIENE:
EUSEBIO LEAL SPENGLER. Historiador de la ciudad de La Habana y máxima autoridad para la Restauración del Centro Histórico de la capital cubana. Presidente de la Unión de Historiadores de Cuba y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia de España
PRESENTA:
FRANCISCO MORENO SÁEZ. Catedrático de Instituto e historiador
LEAL DICE QUE CUBA HA DEMOSTRADO QUE ES UNA ESTRELLA Y NO UN SATÉLITE
PIRULA ARDERIUS
«Cuba está transitando hacia una nueva forma económica, tratando de mantener el ideal social que ha presidido las últimas decadas de su historia», afirmó Eusebio Leal Espengler en el Club INFORMACION -donde fue presentado por el profesor Moreno Sáez- tras haber pronunciado una documentada conferencia, tan generosa en datos históricos como en referencias antropológicas y sociales sobre el tema «Cuba: nación e identidad».
En el transcurso de su intervención, el considerado como uno de los más destacados intelectuales cubanos afirmó que es imposible desligar la historia de España y de Cuba, apuntando, entre otros datos, a la masiva emigración de trabajadores gallegos, asturianos y canarios a la Isla entre 1900 y 1936, los 90.000 españoles fallecidos en la guerra de Cuba (1895 y 1989) y los 217.000 soldados que allí se quedaron y formaron familias, poniendo el acento, sobre todos ellos, en la figura del valenciano Mariano Martí Navarro, padre de José Martí Pérez, «piedra angular del arco constitutivo de la nación cubana».
Tras hacer mención a «la intervención indeseada en la guerra de Cuba de Norteamérica y en una batalla no concluida», Eusebio Leal firmó que «los españoles insulares no podemos prescindir de una realidad esencial: España hizo en América una conquista superior a la territorial, la conquista de la familia, que permanece como cultura», añadiendo que la historia de Cuba no se puede escribir sin María Zambrano, García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Gustavo Pitaluga y León Felipe, entre otros, para acabar afirmando, en este sentido, que Cuba, nación e identidad, están basadas en una tradición ininterrumpida y en una fuente que no se ha secado de la cultura hispánica».
A la hora de dar respuesta a la situación y futuro de su país, Eusebio Leal afirmó que «toda realidad política se analiza en sus antecedentes históricos y que la revolución, no concluida, «se inicia en 1959 y es un capítulo pendiente en la historia del desarrollo social y político de Cuba», añadiendo que el no haber concluido la guerra con el abrazo entre los encarnizados combatientes «fue el fracaso de nuestra intención, ya que el sentido de 1898 era impedir a tiempo que cayeran sobre nuestras tierras los norteamericanos, cosa que no fue evitable, con carácter imperial».
Tras unas reflexiones en torno a los injustos agravios comparativos y a los problemas de la integración social a los que hizo frente la revolución, «porque en los años 50 ya se planteó la necesidad de un profundo cambio: evolución o revolución», el conferenciante situó a la revolución cubana en plena guerra fría «cuando no era posible que un pequeño país pudiera transitar de una esfera a otra». Después se introdujo en el cercenamiento de abastecimientos por parte de EE.UU. y en la ocupación de la URSS del espacio vacío, significando que «en los 8 años de degradación del poder soviético, Cuba ha logrado sobrevivir al derrumbe de un sistema social», concluyendo en que «en estos últimos 8 años hemos venido a demostrar que somos una estrella con luz propia y no un satélite o reflejo de nadie».
«La política exterior norteamericana no deja alternativas: una concesión significa que seremos arrasados», afirmó Eusebio Leal a la hora de responder al futuro de la isla. Partidario de «resistir con dignidad al difícil diálogo ante una sociedad profundamente igualitaria y con presencia de capital», señaló que se está tratando una alianza entre el capital y el concepto social de un Estado que ha dado al pueblo cubano salud, educación, deporte y un concepto de dignidad y protagonismo mundial que una pequeña isla no había alcanzado.
Reconoció también que se estaba desmantelando un pasado intransigente, un sentido fundamentalista de la vida y de la historia «legado de un socialismo doctrinal que va cediendo a las realidades de un socialismo real».
Para el profesor Leal la batalla esencial es de carácter cultural «porque, lo hecho, hecho está y respondemos ante la historia», reconociendo que en Cuba hay una masa crítica que discrepa del Gobierno, afirmando también que se desean «cambios, sin perder ciertas cosas que garantizan un estado social».
Finalmente afirmó que en el momento oportuno los cambios irán ocupando espacios, que el liderazgo actual será sucedido por otro, expresando su vivo deseo de que todo esto se produzca en una situación de paz.