Un film de DANIEL BURMAN
FESTIVAL DE CINE DE BERLÍN 2006
Apertura sección panorama
FESTIVAL DE VALLADOLID 2006
Sección Oficial
En colaboración con la distribuidora NIRVANA
SINOPSIS
SINOPSIS
Ariel Perelman es abogado. Por eso lo llaman Dr. Perelman. (En Argentina a los abogados los llaman doctores, al igual que a los cirujanos y sicólogos. No sé porque) Su padre, igualmente abogado, también es llamado Dr. Perelman. Pero la confusión que le preocupa a Perelman hijo no es la de los nombres. Perelman hijo esta decidiendo, aunque quizás sin saberlo, si finalmente se convertirá en su padre. O en todo lo contrario.
Está en ese momento de la vida, que uno cree estar alejándose del destino impuesto, pero en realidad solo estamos tomando impulso. Para definitivamente entrar en una orbita heredada, andar por un camino ya transitando, haciendo como si fuera la primera vez.
Perelman Padre es un abogado que disfruta de la comunicación humana. Cuenta con una capacidad casi camaleónica de adaptación. Es una especie de Zelig de los abogados. Adopta inmediatamente el lenguaje, rictus o código de su interlocutor, pero nunca involucrándose con el otro. Viudo hace muchos años, su vida transcurre entre los Tribunales de la ciudad, los bares pequeños que lo rodean, y las tardes en su oficina, junto a su incondicional Norita, la secretaria de toda la vida. Con ella no se mimetiza. Quién sabe por qué.
CINE – CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Ratifica el privilegiado estatus del realizador Daniel Burman en el seno del cine argentino y completa, en el conjunto de su espléndida filmografía, la trilogía sobre la paternidad que ya abordó en «Esperando al mesías» y en el excelente «El abrazo partido», cinta esta última con la que mantiene estrechos puntos de contacto. Lúcida, con personajes perfectamente definidos y un toque de humor que impregna los fotogramas sin restar capacidad crítica ni trascendencia a los mismos, prosigue una reflexión que comunica de lleno con el espectador porque son cuestiones cotidianas que hablan un idioma universal. Con toda lógica ha sido elegida por la cinematografía de su país para representarle en los oscars. El cineasta de origen judío, que maneja muchos aspectos autobiográficos, vuelve a tomar a padre e hijo como protagonistas del debate, aunque ahora prestando atención al hecho de la paternidad por encima de la frustración de ser hijo. Se acerca aquí a un momento de la vida de los hombres que considera fascinante, cuando los padres inician su decadencia natural y los hijos se resignan a la idea de ser adultos. Una comedia, sobre unos padres que se están yendo y no saben quienes son y unos hijos que vienen y tampoco lo saben contada con una voz en «off» que rebosa ironía y también pesimismo.