PREMIOS
León de Oro y Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2007
SINOPSIS
Shanghái, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La Sra. Mak, una mujer sofisticada y adinerada, entra en un café, hace una llamada y se sienta a esperar. Recuerda…
…cómo empezó todo hace unos años, en la China de 1938. En realidad no se llama Sra. Mak, sino Wong Chia Chi (Tang Wei). Un poco antes de la II Guerra Mundial su padre huyó a Inglaterra, dejándola en China. Era estudiante universitaria y conoció a Kuang Yu Min (Wang Leehom), que acababa de fundar una sociedad teatral para fomentar el patriotismo. Wong Chia Chi se convirtió en la primera actriz de la compañía y descubrió que era capaz de conmover al público y a Kuang. Este último convenció a un grupo de estudiantes para llevar a cabo un ambicioso plan para asesinar a un importante colaborador de los japoneses, el Sr. Yee (Tony Leung). Asignó un papel a cada estudiante: Wong Chia Chi era la Sra. Mak, que debía ganarse la confianza de Yee haciéndose amiga de su mujer (Joan Chen) para acabar seduciéndolo. La joven se transformó interior y exteriormente para hacer su papel. Todo iba según lo previsto hasta que un acontecimiento inesperado la obligó a huir.
Shanghái, 1941. La ocupación no tiene visos de acabar. Wong Chia Chi, que ha regresado de Hong Kong donde se refugió, vive como una autómata. Pero Kuang vuelve a aparecer inesperadamente. Ahora forma parte de la resistencia y la convence para que se transforme de nuevo en la Sra. Mak y recuperar el plan para matar a Yee, ahora jefe del servicio secreto y pieza clave en el gobierno impuesto por los japoneses. Wong Chia Chi vuelve a encarnar el papel de la Sra. Mak, pero se siente cada vez más atraída por su peligrosa presa y ve que está a punto de perder su verdadera identidad…
CINE – CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Una lección de cine firmada por uno de los más importantes realizadores del momento, un Lee que certifica cualidades narrativas notables que ya demostró en títulos como «Sentido y sensibilidad» y «Brokeback Mountain», película esta última por la que obtuvo el Oscar. Moviéndose ahora en una China muy cercana, aunque él procede de Taiwán, y sobre el consistente sedimento de un relato de la
escritora Eileen Chang, ha forjado un denso y soberbio drama con ingredientes de «thriller» político y un alto caudal erótico. León de Oro en Venecia, y premio también a la mejor fotografía del mexicano Rodrigo Prieto, es uno de los acontecimientos de la cartelera del año que acaba. A pesar de que va metiendo al espectador con lentitud en la historia, porque se recrea en los personajes y en el entorno para
arropar todos sus recursos, en ningún momento hay desconexión alguna con las imágenes. Nos llevan éstas al Shanghai de 1942, en plena guerra mundial y en una China ocupada por los japoneses, donde una joven de sólida posición se sumerge en los recuerdos después de su acostumbrada partida de mahjong con otras mujeres distinguidas pero de más edad. La sensación que deja es a la vez amarga y emotiva, con constancia plena de que se ha asistido a un espectáculo privilegiado.