SEMANA DEL CEREBRO 2006
Organiza: Instituto de Neurociencias de Alicante (INA), Centro Mixto UMH-CSIC
Entrada libre
INTERVIENE:
JUAN LERMA: Profesor de investigación del CSIC. Instituto de Neurociencias de Alicante, UMH-CSIC
PRESENTA:
CARLOS BELMONTE.Director del INA UMH-CSIC
La Semana del Cerebro es una iniciativa internacional, promovida en Europa por la European Dana Alliance for the Brain (EDAB), y coordinada en España por la Sociedad Española de Neurociencias (SENC). Los actos de la Semana del Cerebro en Alicante cuentan con el patrocinio de la Federation of European Neuroscience Societies (FENS).
EL CONOCIMIENTO ACTUAL PERMITE LOGRAR QUE LA VÍCTIMA DE UN ATENTADO LO OLVIDE
CLARA FORNER
El profesor Juan Lerma, del Instituto de Neurociencias de Alicante, manifestó ayer que los conocimientos científicos actuales podrían permitir interferir en la memoria de una persona para evitar que, por ejemplo, la víctima de una violación o de un atentado terrorista como los del 11-M guarden estos sucesos en su memoria.
Juan Lerma ofreció una conferencia titulada «El milagro de la comunicación neuronal» dentro de la programación de la Semana del Cerebro que hoy se clausura en el Club INFORMACION.
En su discurso, explicó que «las neuronas se comunican entre sí en unas zonas denominadas sinapsis, que ya las postuló Ramón y Cajal». Allí se produce una especie de milagro a través del cual se genera una información eléctrica que se convierte en química y se vuelve otra vez eléctrica al llegar a la siguiente neurona, salvando así el espacio de separación entre una célula y otra. Según explicó el profesor, en el sistema nervioso central hay unos cien millones de sinapsis activas gracias al concierto de cientos de proteínas, aunque las drogas de abuso y algunos medicamentos para tratar enfermedades mentales las destruyen.
La sinapsis nos permite pensar, recordar o aprender, por ejemplo. «Me atrevería a decir que, si el alma existe, reside en la sinapsis», aventura Lerma.
Según el investigador, los conocimientos de esa estructura permiten aventurar que «estamos a punto de tocar la base biológica de la conciencia», lo que significaría conocer por qué somos como somos y «tenemos un pensamiento tierno o una mente agresiva».
El profesor relata que se hizo una prueba con un ratón transgénico al que se le «sobreexpresó una de esas proteínas y resultó ser mucho más inteligente que sus congéneres».
En personas, añadió, «se está intentado poder interferir químicamente con el proceso de transmisión sináptica» y «variar su forma de ver la vida, de razonar, y con esto no hay que pensar que se van a manipular las mentes y hacerlas uniformes o sumisas».
Lo que sí se ha identificado ya es «una proteína que controla la actividad de otras proteínas, que al final controlan la expresión de los genes que tienen que ver con la memoria», apuntó. Esto permite «interferir en ese proceso para evitar, por ejemplo, que alguien que sufre un atentado terrorista no guarde en la memoria ese hecho». También podría ayudar a tratar problemas mentales, «que son disfunciones del sistema nervioso y muchas radican en la comunicación interneuronal». O, incluso, «determinar si un individuo que accede a la presidencia de un país tiene, aunque sea muy soslayados, instintos criminales y puede llevar a la guerra». «Ese tipo de cosas creo que va a ser posible detectarlas y no creo que sea malo», añade.