Entrada libre
INTERVIENEN:
ANTONIO MEDINA GIL. Presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos.
FERNANDO DÍAZ ORUETA. Profesor de «Sociología de la ciudad» de la
Universidad de Alicante.
JESÚS QUESADA POLO. Arquitecto, coautor del Informe del Colegio de Arquitectos de Alicante sobre «El Avance del PGOU».
JOSÉ RAMÓN NAVARRO VERA. Ingeniero de Caminos. Profesor de Urbanismo y Transporte Urbano en la Universidad de Alicante.
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista.
Como es sabido, hace unos días finalizó el plazo de presentación de alegaciones al Avance del PGOU de Alicante, elaborado por un equipo a cuyo frente se encuentra el arquitecto catalán Lluis Cantallops. A partir de este momento se inicia una nueva etapa de examen de las alegaciones recibidas y consultas previas a la elaboración del documento final del nuevo Plan. Por esta razón, el Club INFORMACION pretende acoger entre sus actividades varias mesas redondas y debates sobre este documento trascendental en la definición del futuro de la ciudad, en la que los distintos colectivos sociales puedan exponer sus opiniones. La semana próxima, por ejemplo, el martes día 23, serán los miembros de la Asociación de Vecinos de Ciudad de Asís quienes expongan sus demandas ante el futuro PGOU.
Al finalizar las intervenciones de los cuatro invitados se abrirá un coloquio con el público asistente.
LOS EXPERTOS CREEN QUE EL PLAN GENERAL NO RESUELVE LOS RETOS DEL MUNICIPIO
El documento del avanve del Plan General de Alicante tiene un carácter continuista respecto a los planes anteriores y, como éstos, deja sin resolver cuestiones importantes para la ciudad como la fachada marítima. Ésta fue una de las ideas en la que coincidieron los expertos en urbanismo que participaron en la mesa redonda.
Alfonso Medina Gil, delegado provincial de Alicante del Colegio de Caminos destacó que el avance mantiene la línea de crear «una ciudad extensa basada en la movilidad», como respuesta a la demanda de los ciudadanos de trasladarse al extrarradio. En su opinión, «es un plan conservador», ya que no prevé «soluciones drásticas de reducción del uso del automóvil» y confió en que esta falta de atrevimiento «no nos pase factura».
En cuanto a las lagunas que quedan vacías, reclamó «mayor atención a la fachada marítima» y opinó que el avance plantea una «contención» a la «euforia constructora» que «es loable para no hipotecar el futuro» ya que «uno de los principales yacimientos que tiene Alicante es su territorio».
Jesús Quesada Polo, coautor del informe que ha elaborado el Colegio de Arquitectos sobre el avance del Plan General, destacó que el documento dirigido por Lluis Cantallops no plantea si se debe crecer más o menos del límite de medio millón de habitantes establecido en anteriores avances. Y, sin embargo, «estamos creando polos de atracción importantes» como la Oami o el AVE que, sumados a fenómenos como la inmigración, harán aumentar la población.
También Quesada echó en falta una mayor definición de la fachada marítima y la puesta en valor del suelo rústico, así como propuestas para la ciudad ya consolidada.
Fernando Díaz Orueta, profesor de Sociología de la Ciudad del Campus de Alicante, lamentó que se dé prioridad a lo que denominó «coalición por el crecimiento», que están obteniendo «beneficios económicos rápidos por encima del derecho de los ciudadanos». En este sentido, destacó la paradoja de que la ciudad «tienda a la dispersión pero con altísimas densidades». En contestación a una pregunta del público, indicó que el «excesivo uso residencial» que se está dando a la Playa de San Juan obliga a sus habitantes «a trasladarse para todo» y las familias tienen hasta tres coches porque el transporte público es «pésimo».
José Ramón Navarro Vera, ingeniero de Caminos y profesor de Urbanismo en la Universidad de Alicante opinó que la ciudad ha sufrido un «proceso de “desmaritimación”» que se debe resolver. Por ello, dijo que los cien mil metros cuadrados de terreno liberados por Campsa son estratégicos.
Navarro consideró que el Plan General debe contemplar aspectos en los que el avance «no entra» como el Parque Científico o el Palacio de Congresos y apuntó que es importante «un análisis del suelo consolidado» ante el deterioro que está sufriendo el centro urbano. También defendió las ciudades compactas porque dijo que «consumen menos agua y luz» y opinó que los bungalows son «un híbrido repugnante».
UN DOCUMENTO QUE IGNORA LA COMARCA
Un tema que centró la atención de los intervinientes fue la necesidad de que a la hora de diseñar Alicante se tenga en cuenta la evolución de los municipios vecinos. Jesús Quesada destacó que el documento, al basarse en el Patemae ?Plan de Acción Territorial Metropolitana de Alicante y Elche?, no resuelve el problema de la «interconexión» con poblaciones como San Juan o San Vicente del Raspeig, «que aparecen todavía desarticulados». Con él coincidieron Fernando Díaz y José Ramón Navarro. Este último señaló que el Patemae «coordina estructuras viarias» pero no recoge el crecimiento de viviendas pese a que «el encaje metropolitano es fundamental».
En materia de equipamientos, Quesada destacó que «salvo algunos puntales, nos quedamos con los que hay en la actualidad, incluso manteniendo algunos que presentan problemas» como los vertederos y depuradoras.
También destacaron la necesidad de aumentar la participación de los ciudadanos en la redacción del Plan General, que hasta ahora ha sido bastante escasa. En este sentido, Díaz consideró importante que existan grupos como el Foro Ciudadano y otras asociaciones «que se han tomado la molestia de presentar alegaciones» y advirtió que la calidad del plan dependerá «de la capacidad de presión de los ciudadanos». Para Navarro, el planeamiento de la ciudad «fracasará» si no hay «diálogo entre el equipo de Gobierno, el equipo redactor y los ciudadanos».
Fernando Díaz señaló que hay un «malestar urbano» entre la población que «está alcanzando cotas insoportables ya que sufrimos congestión en el tráfico; colapso del transporte colectivo; abandono de espacios públicos; deterioro del patrimonio cultural, de los barrios y de la periferia obrera, por la debilidad en políticas de vivienda social». Estos factores llevan a «una pérdida ostensible de la calidad de vida».
El sociólogo lamentó la «escasa importancia» que da el plan a «los aspectos sociales y demográficos» y también que se estén «construyendo viviendas muy standard con dificultades para ajustarse a las nuevas formas de convivencia». Además, apuntó que «sería conveniente esperar a conocer los primeros datos del censo del 2001 antes de redactar el Plan General para «conocer lo que está sucediendo en la ciudad».
José Ramón Navarro manifestó que el plan debería «reflejar indicadores de calidad de vida» como el desempleo, mientras Alfonso Medina opinó que el avance establece muchas declaraciones de principios «contradictorias o de cumplimiento imposible», aunque contiene algunas apuestas «interesantes», como el tranvía.
AMPLIA ASISTENCIA DE PÚBLICO Y CRÍTICAS A LA CIUDAD
Entre el público, que planteó preguntas y reflexiones tras la mesa redonda, estuvieron presentes Juan Antonio García Solera, responsable del Plan General de 1972, Francisco Muñoz Llorens, autor de obras como el estadio Rico Pérez, y otros arquitectos como Francisco León y Francisco Cerveró, así como estudiantes de esta carrera.
También estuvieron Antonio Arce, del sector de cálculo de estructuras, José Díaz, director general de Ibermutuamur, Eloy Santana, profesor de la Escuela Politécnica de la Universidad de Alicante y el senador socialista Ángel Franco.
No faltaron tampoco representantes de otros colectivos como ecologistas, abogados, promotores como Andrés Rico, concejales de los ayuntamientos de Alicante y San Juan, así como Javier Cabo y José de la Casa, de los sindicatos CC.OO. y UGT, respectivamente.
Junto a ellos asistieron tanto el representante del Foro Ciudadano para el debate del Plan General, Gerardo Equiza, como de varias asociaciones de vecinos.
Carlos Cruzado, miembro de la A.VV. Polígono de San Blas, criticó que la ciudad crezca pero, a la vez, «tengamos las mismas ambulancias, la misma policía y el mismo servicio de limpieza». En su opinión, Alicante «está sucia y es molesta» y padece un «problema de falta de identidad».