Una película de ALEXANDER SOKUROV
SINOPSIS
«Francofonía» cuenta la historia de dos hombres extraordinarios, el director del Louvre Jacques Jaujard y el oficial de la ocupación nazi, el Conde Franziskus Wolff-Metternich enemigos y después colaboradores- cuya alianza sería fundamental para salvar los tesoros del museo
«Francofonía» explora la relación entre el arte y el poder, el museo del Louvre como ejemplo vivo de la civilización, y lo que el arte nos dice de nosotros mismos a pesar de estar sumidos en uno de los conflictos más sangrientos de la historia.
REPARTO
Louis-Do DE LENCQUESAING (Jacques Jaujard)
Benjamin UTZERATH (Conde Franziskus Wolff-Metternich)
Vincent NEMETH (Napoleon)
Johanna KORTHALS ALT (Marianne)
FICHA TÉCNICA
Dirigida por ALEXANDER SOKUROV
Director de Fotografía BRUNO DELBONNEL
Ayudantes de dirección ALEXEI JANKOWSKI, MARINA KORENEVA
Banda Sonora Original MURAT KABARDOKOV
Montaje ALEXEI JANKOWSKI, HANSJORG WEISSBRICH, Steadicam JAN RUBENS
Título original: Francofonia, le Louvre sous l´Occupation
Año: 2015
Duración: 87 minutos
País: Francia
COMENTARIOS DEL DIRECTOR
UN MUNDO DENTRO DE UN MUNDO
Es muy probable que la comunidad museística sea la parte más estable del mundo de la cultura. ¿Qué seríamos sin
museos? Los museos nos muestran que en el pasado existió una cultura grandiosa y magnífica, mucho más grandiosa e inteligente que la que podamos crear en la actualidad. Siempre me ha parecido que los niveles del Louvre, el Ermitage, el Prado, el Museo Británico son absolutamente inalcanzables. Fui al Ermitage por primera vez a los 27 años. Es muy tarde, pero no pude ir antes. Provengo de una familia muy humilde, de un entorno muy humilde.
LOS SOLDADOS NAZIS EN EL LOUVRE
Parece que la gente se siente fascinada por la visión de soldados nazis en las salas del Louvre. ¿Estos soldados en un templo del arte? ¿Una paradoja? ¿Pero por qué debería ser una paradoja? Los soldados también son seres humanos, con la salvedad que llevan botas y cascos. Pero lo cierto es que durante la ocupación alemana, las salas del Louvre estuvieron vacías. Sus obras se habían retirado y escondido años antes. La gente empezó a temer el estallido de una segunda guerra mundial que abarcaría toda Europa. En Leningrado, en París y en Londres, la gente empezó a buscar refugio: agujeros en el suelo, refugios, muros blindados, y espacios subterráneos donde esconder obras de arte. La gente empezó a comprenderlo: si perecemos, nuestro arte está condenado a perecer y con él nuestras esperanzas, nuestras oraciones, nuestro Dios.
EL BOMBARDEO EN PARÍS
París, la ciudad de los museos, con una cultura humanística arraigada, la capital cultural del Viejo Mundo. ¿Si París
hubiera sido bombardeado en la Segunda Guerra Mundial, que hubiera significado para nosotros? El final de muchas
cosas, un acto irreparable, una vuelta atrás de la humanidad. Pero aunque parezca extraño, no ocurrió. Todo lo demás se bombardeó y se quemó mientras los soldados saqueaban y los camiones del ejército se llevaban el botín de guerra. En todas partes menos en París. París fue un refugio de salvación. En las viejas fotos de la ocupación alemana de París, vemos a los soldados sentados en los cafés y yendo al teatro. Se ve a los jóvenes franceses, hombres y mujeres, en las calles, en bicicleta o paseando. Parecía como si la ansiada paz hubiera llegado.
JACQUES JAUJARD & FRANZ GRAF WOLFF-METTERNICH
Al estudiar los documentos contemporáneos hay dos figuras que destacan inmediatamente: el director del Louvre Jacques Jaujard,y un representante de las fuerzas de ocupación, Franz Graf Wolff-Metternich. Es evidente que tenían que ser enemigos, pero poco a poco comprendemos que no son enemigos y que tienen mucho en común. El periodo de su encuentro, su confrontación, y su colaboración durante la Segunda Guerra Mundial es el tema principal de FRANCOFONIA. La vocación de estas dos extraordinarias figuras, que tenían una edad muy parecida, era proteger y conservar obras de arte. ¿Quiénes eran estos hombres y qué representaban en su calidad de altos funcionarios humanistas? ¿Qué iniciativas prácticas pusieron y no pusieron en marcha para defender las obras de arte? ¿Es posible, en el fragor de una guerra despiadada, defender los valores de la humanidad? Incluso en los momentos más difíciles de aquella guerra, estos dos hombres no muy influyentes, lograron detener la agresión y preservar la gran colección de arte del Louvre.
Cuánto lamentamos hoy que nada de esto ocurriera en la Unión Soviética, Polonia, o en el resto de Europa del Este.