INTERVIENEN:
CARMEN MOYA GARCÍA. Directora general de Salud Pública de la Conselleria de Sanidad y Consumo
JOAQUÍN FRANCÉS HERNÁNDEZ. Presidente de la Asociación Ciudadana contra el Sida en la provincia de Alicante (A.Co.S.P.A.)
ELISA FERNÁNDEZ. Del Centro de Información y Prevención del Sida (CIPS)
JOAQUÍN PORTILLA. Médico de Medicina Interna del Hospital General de Alicante
MODERA:
VICENTE CLIMENT. Redactor-jefe de COPE-Alicante
LAS MEDICINAS GRATUITAS Y LA CASA DE ACOGIDA DIVIDEN A LOS PONENTES EN EL DEBATE DEL SIDA
ROGELIO FENOLL
El doctor Portilla ofreció una explicación sobre la atención especializada que reciben los pacientes con infección VIH y los problemas y necesidades que plantea su asistencia a corto y medio plazo en una unidad de hospitalización con un índice de ocupación del 120%. «Hay que abandonar la idea del médico brillante y buscar equipos completos, porque se necesitan diferentes especialidades médicas, quirúrgicas y de la laboratorio», indicó. Portilla subrayó el papel del personal sanitario, en particular de enfermería, y de todos los servicios que intervienen, además de destacar las buenas relaciones con los CIPS, los centros de atención a toxicómanos y ACOSPA.
Portilla centró sus demandas en la necesidad de potenciar los hospitales de día, los programas de hospitalización a domicilio, el consejo o soporte psicológico, los programas de cuidados paliativos, las casas de acogida o eel soporte nutricional. El médico pidió la gratuidad de todos los medicamentos contra el sida, la gratuidad de la metadona y su ampliación -calificó el programa de la Comunidad como el más restrictivo de España-, intercambio de jeringuillas y, sobre todo, una atención especial a la tuberculosis, al tiempo que propuso combinar tratamientos antituberculosos con la metadona y más recursos humanos para comprobar la continuidad en los tratamientos.
Por su parte, la directora de Salud Pública rechazó la gratuidad total de los medicamentos y las casas de acogidas porque, indicó, supondría una excepcionalidad respecto a otras enfermedades crónicas y, además, se caería en una contradicción cuando lo que se pretende en la integración de la enfermedad en la familia y su normalización en la sociedad. Moya informó de que en Alicante se han contabilizado 455 casos de personas enfermas desde 1981 -más del 60% adictos a la heroína-, de los que un tercio han fallecido, y destacó de manera positiva el hecho de que en apenas tres años la sociedad haya cambiado y desterrado comportamientos como la marginación de niños afectados en las escuelas.
Carmela Moya explicó el empeño de la Administración en trasladar la información sobre prevención a jóvenes y escolares para que «no sea la ignorancia la causante de que se incorporen más personas a esta enfermedad». La directora afirmó que «hay que facilitar todos los medios, preservativos, y a los drogadictos la instrumentalización de jeringuillas». Respecto a la tuberculosis defendió la idoneidad del plan de abordaje diseñado por la Conselleria, y ya iniciado, que Portilla consideró insuficiente.
El presidente de ACOSPA, José Francés, quien también reclamó medicamentos gratis y una casa de acogida en Alicante, manifestó: «No sé si es la lucha contra el sida o contra los enfermos de sida. Parece que hay clases de enfermos, tipo A y tipo B. Un enfermo se puede gastar 40.000 pesetas además de lo que le da la Seguridad Social. Hay gente que no se está medicando porque no tiene dinero. Nos preocupa la guerra de laboratorios porque se están reteniendo medicamentos por cuestiones de mercado. Entre los laboratorios, los farmacéuticos y lo que nos ayuda la administración lo tenemos bastante crudo».
La responsable del CIPS de Alicante, Elisa Fernández, centró su intervención en explicar la labor desarrollada desde su creación en 1987 y destacó que todavía el 35% de las llamadas telefónicas son para preguntar los mecanismos de transmisión, mientras que un 5% llaman porque tienen fobias al sida. Fernández explicó que han aumentado las consultas de personas que han tenido una práctica sexual sin protección «porque ya no es una enfermedad de grupos de riesgo sino de actitudes de riesgo».
En el debate, Portilla señaló que los «avances en el tratamiento antirretroviral son muchos, aunque desde el punto de vista del enfermo son pocos y lentos» y se mostró esperanzado en lograr una vacuna en el plazo de diez años. Portilla insistió en que el sistema de salud no está dando respuesta a los problemas de tratamiento de la tuberculosis, que padecen eo 50% de sus pacientes, ni a la demanda de soporte psicológico.
Moya informó que este año Sanidad ha gastado 500 millones de pesetas en retrovirales en hospitales y que el gasto de la asistencia a enfermos ronda los 4.000 millones, mientras que para campañas informativas se han destinado 55 millones.
