INTERVIENEN:
MIGUEL MILLANA SANSATURIO. Presidente de FEVES (Federación de Empresas Valencianas de Economía Social) y CONFESAL
ENRIQUE PLA HUERTA. Presidente del Consejo de Administración Vidrios Benigánim, S.A.L.
JOSÉ BASILIO MUÑOZ. Presidente del Consejo de Administradores del Colegio «Domingo Savio», S.A.L.
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
LAS SOCIEDADES LABORALES REFLOTAN EMPRESAS DE LA PROVINCIA QUE QUEBRARON EN LOS AÑOS OCHENTA
ALFREDO FERNÁNDEZ
Miguel Millana, presidente de la Federación Valenciana de Empresas de Economía Social y de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Economía Social a nivel español, destacó en el Club INFORMACION el desarrollo de las sociedades anónimas laborales, una experiencia que cristalizó con la Ley de abril del 86 y hoy mantiene un tejido de 5.400 empresas en España, que dan empleo a 54.000 personas y facturan 700.000 millones de pesetas. La Comunidad Valenciana es la zona donde más desarrollo han tenido las SAL, con 700 empresas y 5.000 empleados.
Millana destacó ayer que este desarrollo se ha visto favorecido por el cobro completo del paro en una sola vez y un endeudamiento crediticio de sus socios.
Entre las ventajas que están haciendo que se mantenga este tipo de sociedad, donde los socios son al mismo tiempo trabajadores, están una exención tributaria de 500.000, no tributan los beneficios, una rebaja del 20 por ciento en el impuesto de sociedades y no llevan impuesto las subvenciones recibidas. El capital mínimo es medio millón para la Sociedad Limitada Laboral y 10 millones para la Sociedad Anónima Laboral.
La nueva Ley del 97, con algunas lagunas, recoge como ventajas «la estabilidad del capital social, flexibilidad en la incorporación de nuevos socios; establece que cada acción represente un voto; limita el número de acciones por socio y se da opción a que participen socios capitalistas (no trabajadores)», según Millana. Sin embargo, los trabajadores deben poseer siempre una mayoría del capital social (más del 50%).
Enrique Pla Huerta, presidente del consejo de administración de Vidrios Benigánim, expuso la experiencia de esta sociedad anónima laboral tras la suspensión de pagos de sus antiguos dueños en el año 90. Pla señaló que la mayoría de sociedades laborales «vienen por este camino, ya que parecía estar de moda la suspensión y dejar la empresa la deuda a sus trabajadores».
El responsable de esta sociedad señaló que fue un auténtico trauma para los 90 trabajadores, ya que la sociedad se puso en marcha dos años después, con 54 socios-trabajadores y con el dinero del paro casi agotado, por lo que hubo que recurrir al crédito, con un capital respaldado por bienes propios.
La empresa, dedicada a la fabricación de garrafas, iniciaba seis meses después una nueva línea de diversificación, con productos para la decoración y la jardinería. En estos momentos, cuenta con 180 trabajadores, 1.000 millones de facturación y el 90 de las ventas se exporta.
Otro de los casos expuestos fue el del colegio «Domingo Savio», de Petrer. El consejero de esta SAL, José Basilio Muñoz, manifestó que el colegio privado concertado se vio obligado a cerrar en el curso 95, ya que no reunía las condiciones que exigía la LOGSE. El grupo de 11 maestros, tras las remodelaciones necesarias para el curso 95-96 y un acuerdo con la Conselleria de Educación para mantener el concierto a cambio de hacer obras en el curso 97-98, se «convierten de la noche a la mañana en empresarios». Basilio Muñoz añadió que si bien tenían la opción de incorporarse a la bolsa de trabajo «optamos por esa salida para hacer un colegio a nuestro gusto». El riesgo mereció la pena y el Ayuntamiento de Petrer ha cedido terrenos con 5.200 metros cuadrados para 99 años y así fue inaugurado este curso el centro.