INTERVIENEN:
MIGUEL DOMENECH MARTíNEZ. Presidente de la Asociación de Santa Marta, de La Vila
FRANCISCO SANTONJA GISBERT. Presidente de la UNDEF (Unión de Entidades Festeras)
ADRIÁN ESPÍ VALDÉS. Profesor de la Universidad de Alicante
JOAN GARCÍA IVORRA. Músico
ANDRÉS MORENO AMAT. Diseñador y confeccionador de trajes festeros
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
LA PROLIFERACIÓN DE LAS FIESTAS DE MOROS ES UNA DE SUS AMENAZAS MÁS PELIGROSAS
JAVIER BELLOD
El presidente de la Asociación de Santa Marta de La Vila, Miguel Domenech, destacó en su intervención la enorme popularidad de los Moros y Cristianos, que explica en gran medida la expansión que ha tenido estos últimos años, pero advirtió que esta proliferación puede resultar algo peligrosa ya que en algunos lugares la Fiesta «parece más una charanga que otra cosa. En este sentido, -agregó-, habría que tener especial cuidado ya que la Fiesta va a más y en pocos años no habrá ningún pueblo de nuestra Comunidad que no celebre estos festejos». Domenech no quiso olvidar tampoco los problemas por los que atraviesa actualmente la Fiesta, «entre otras razones, porque cada vez son más caras en todos los sentidos. Algo que es fácil de comprobar, por ejemplo, en las Fiestas de La Vila, entre otras cosas por su gran carácter hospitalario, lo que conlleva un gasto económico excesivo».
El presidente de la UNDEF, Francisco Santonja, afirmó por su parte que la asociación que él preside, en la que están incluidos 47 pueblos, representa la fiesta más grande de la Comunidad Valenciana y que su misión es la de dignificar las fiestas de cada pueblo, estudiando su historia, apoyando todas sus iniciativas festeras que puedan surgir y, sobre todo, resaltando y cuidando los aspectos propios y singulares de cada uno de ellos. Uno de los puntos en el que más insistió Santonja fue en el aspecto social y humano de los Moros y Cristianos, «una fiesta que genera una gran convivencia y hermandad entre todos los participantes, algo muy acorde con el carácter del pueblo valenciano, pero una fiesta que hay que abrirla a la sociedad para que se conozca más profundamente y se participe más en ella». Al igual que Domenech, también apuntó la gran popularidad de los Moros y Cristianos, pues cada vez son más los pueblos que lo celebran, y en este sentido «hay que cuidar, orientar y animar a los que empiezan ahora. La UNDEF les está apoyando y facilitando todo tipo de información al respecto pues, en parte, esa es la labor y el fin de la asociación». Ya en los últimos momentos de su intervención puntualizó que «el futuro de la fiesta está asegurado, ya que es una tradición que se transmite generación tras generación y desde muy pequeños todos viven y sienten el fervor y la fuerza de la misma». Para finalizar aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento a las autoridades políticas y sociales, recordándoles que no deben convertirse en meros espectadores y deben de sensibilizarse del gran carácter social, cultural e histórico de estas fiestas.
El profesor alcoyano Adrián Espí, empezó haciendo un poco de historia sobre el inicio y origen de los Moros y Cristianos, que situó aproximadamente allá por 1609 tras la expulsión de los moriscos. Reconoció que en este sentido muchos historiadores no han sido siempre fieles a la realidad. Para el profesor Espí, el santo o la invocación mariana a quien se dedica la fiesta en cada lugar es lo que le da profundidad, «lo que la convierte en un auto sacramental», aunque reconoció que «sin el aspecto lúdico, la fiesta sería una procesión».
El profesor Espí, al igual que sus contertulios, también advirtió del peligro que pueden entrañar las fiestas que están naciendo en muchos pueblos a los que respeta profundamente, dijo, pero que están carentes de los pilares básicos que sustentan la fiesta de Moros y Cristianos.
Por su parte, el profesor Joan Enric Canet abordó el aspecto musical de las fiestas subrayando que la música no tiene la dignidad que merece y no está realzada, sobre todo, por la poca calidad de las composiciones.
«Se hace mucha música festera, -dijo-, pero de muy poca calidad y habrá que cuidar mucho este aspecto». Apostó por la renovación y de huir un poco del tópico «Paquito el Chocolatero» y de «Ximo», «dos grandes piezas sin duda alguna», subrayó, aunque haya que abrirse a nuevas composiciones.
El vestuario de la fiesta fue abordado por el eldense Andrés Moreno, quien abogó por una mayor pureza en los trajes, apostando al mismo tiempo por lo nuevo y atrevido, pues, según dijo, «las vestimentas más puras posibles se pueden mezclar perfectamente con nuevas fantasías».
