DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    28-11-2003
  • TERMINA
    01-01-1970

Organiza: Santillana

INTERVIENE:

RICARDO GÓMEZ. Autor del libro

Las hijas de Tuga

Ricardo Gómez. Alfaguara, 2002.

Tuga ha tenido 52 hijas que, tras romper el cascarón, han salido disparadas para hacer su vida, como todas las tortugas, menos una que se queda con su madre. Esta tortuguita es muy curiosa y no para de formular preguntas, algunas muy difíciles de responder, hasta que un día desaparece. Ricardo Gómez, el autor de este libro, compatibiliza la literatura con la enseñanza de las matemáticas y ha cosechado numerosos premios. Este es el segundo libro con Tuga de protagonista, después de La Selva de los números.

Ricardo Gómez

Nació en 1954. Desde hace veinte años se dedica a impartir clases de matemáticas. Su labor literaria viene desarrollándose desde hace cuatro años y en este breve tiempo los premios y menciones conseguidos son múltiples. Ha cultivado distintos géneros: poesía, novela y relato corto. En 1996 consigue su primer premio, el “Juan Rulfo” de relato corto, y en 1997 y 1998 el premio «Ignacio Aldecoa» de relatos. En 1998 quedó finalista del Premio Jaén de Literatura Infantil y Juvenil con la novela «Bruno y la Casa del Espejo». También ha conseguido galardones en el campo de la poesía, como el Premio Nacional de Poesía “Pedro Iglesias Caballero”, recibido en 1999.

TORTUGAS CONTRA LA PLAY

CLARA R. FORNER

Desde su experiencia como profesor de Matemáticas en un centro de Madrid y tras siete años como escritor, Ricardo Gómez Gil se ha convertido en un experto en distraer a los más pequeños de otros competidores como las video-consolas o la televisión. Con sus cuentos se los lleva a un campo mucho más enriquecedor, el de la lectura.

Ayer presentó en el Club INFORMACION, ante unos cuatrocientos alumnos de varios colegios de la provincia, su último libro «Las hijas de Tuga», que supone la continuación de otra novela infantil: «La selva de los números». La primera parte tenía como protagonista a una tortuga que vivía en la selva, inventaba los signos y los enseñaba a los demás animales. «Es una novela infantil que utiliza los números como hilo argumental. En esta segunda parte continúa la historia de la selva a través de otras tortuguitas que son bastante raritas y tienen nuevas aventuras», explica su autor.

Gómez Gil considera que se trata de «una obra fundamentalmente literaria con la que pretendo desdramatizar las Matemáticas. No es didáctica, pero utiliza los números».

En ella «hay tanto prosa como poesía en forma de canciones», explica el autor, que ayer se desplazó a Alicante para dar a conocer esta obra que ha editado en Santillana.

Aunque ahora se dedique a la animación a la lectura y haya escrito varios libros que tienen, sobre todo, un público infantil y juvenil, Ricardo Gómez recuerda que también tiene otras obras cuyos principales destinatarios son los adultos. Sin embargo, el escritor no cree en esta distinción «pues un libro infantil puede ser leído por un adulto» y viceversa. De hecho, recuerda que hay novelas que consumen sobre todo los niños, como «Alicia en el país de las maravillas» o las de Julio Verne, que fueron creadas para los mayores.

Precisamente, hace unos días su novela «El cazador de estrellas», editada en Edelvives, fue galardonada con el premio de literatura infantil «Alandar». Otros títulos suyos son «Bruno y la casa del espejo» (Alfaguara) y «Los poemas de la arena».

Pese al amplio tiempo de ocio que destinan los niños a distraerse con las nuevas tecnologías, Ricardo Gómez se muestra optimista pues asegura: «Hay muchos chavales que leen a pesar de que hay muchos competidores que son mucho más fáciles, como las máquinas de juegos».

El escritor madrileño cree que «habría que fomentar la buena Literatura: en un país en el que se publica tanto hay que tener un criterio de selección por parte de los críticos literarios, pues es una profesión que prácticamente no existe en este país».

Esta afirmación la razona indicando que dichos profesionales «han pasado en parte a ser publicistas y en parte prescriptores» cuando «deberían utilizar criterios para seleccionar y discriminar una historia valiosa de otras más intrascendentes».

Gómez Gil destaca el papel esencial que juegan padres y profesores a la hora de fomentar el hábito de la lectura en los niños, aunque también cree que «hay una responsabilidad difusa de la sociedad, que es muy importante, pues fomenta cosas que no tienen que ver con la lectura y son anti-literarias».

En este sentido, apunta que «a los organizadores sociales no les interesa la lectura» y que el plan que existe para fomentarla «es un fiasco». Por este motivo llega a calificar de «heroico» el hecho de que, pese a todo, «haya chicos y adultos que lean».

El profesor y escritor piensa que existen «pocos elementos significativos para fomentar las bibliotecas y su uso» y echa de menos «una mejor ordenación del sector editorial». Lamenta, además, la desaparición de los típicos libreros, entendidos en la materia, y que van siendo sustituidos por grandes superficies.

Su experiencia como escritor le lleva a considerar que «la cultura interesa un pimiento» y le parece «meritorio» que sigan fomentandola lectura cuando «lo tienen todo en contra». En este sentido lamentó la falta de ayudas para la formación de profesores o para que accedan a los libros a un precio especial.

Datos informativos

Fecha inicio : 28-11-2003

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