INTERVIENEN:
LEOPOLDO RODÉS CASTAÑÉ. Abogado. Presidente Honorario del «Instituto de la Empresa Familiar»
VICENTE SEGURA CERDÁ. Empresario. Director gerente de Mármoles Visemar
FRANCISCO DURÁ BERENGUER. Abogado. Asesor fiscal de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante
MODERA:
MANUEL PELÁEZ CASTILLO. Empresario. Presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante
DEBATE SOBRE LOS NUEVOS RUMBOS DE LA EMPRESA FAMILIAR EN EL FINAL DE SIGLO
Unas cuarenta empresas de toda la provincia integran la Asociación de la Empresa Familiar en Alicante, con representación de casi todos los sectores de la actividad económica. Esta Asociación, de reciente creación, surge con los mismos objetivos que el Instituto de la Empresa Familiar, que nació en 1991 en Barcelona y que actualmente cuenta entre sus miembros con empresas de toda la geografía española. Los objetivos de estas asociaciones sin ánimo de lucro son contribuir al fortalecimiento de la empresa familiar y al fomento de las vocaciones empresariales, dando a conocer la importancia de estas empresas como fuente de riqueza y empleo, poniendo de relieve la doble función económica y social de las mismas, y ayudando a los asociados a responder a los desafíos, internos y externos, que presenta su gestión.
A este último apartado, el de los desafíos o retos de la empresa familiar, estará dedicado el debate de esta tarde.
SÓLO UN 16 POR CIENTO DE LAS EMPRESAS FAMILIARES ALCANZA LA TERCERA GENERACIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ
Manuel Peláez, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante y presidente de Ecisa, que actuó de moderador manifestó que «muchas empresas desaparecen al no existir un marco fiscal favorable a estas sociedades, la falta de una normativa legal que estimule a los empresarios y, sobre todo, por las elevadas cargas del impuesto de sucesión». Peláez cree que muchas veces la desaparición de la empresa familiar responde a que «el empresario no cede poder» a sus continuadores. Igualmente pidió más apoyo a la Administración para evitar la la desaparición de la empresa familiar «ya que es la que mejor garantiza la estabilidad en el empleo, los intereses generales de la economía y es la que tiene mayor transparencia fiscal».
Leopoldo Rodés, presidente honorario del Instituto de la Empresa Familiar, que agrupa a 98 empresas familiares españoles, 43 de ellas en Cataluña y la Comunidad Valenciana, puso de relieve el peso de estas sociedades, que representan en 65% del empleo en España y aportan el 60% del Producto Interior Bruto.
Estabilidad
Rodés incidió en que estas sociedades son más estables y el trato con los empleados es mejor, lo que hace que sean más eficaces por el estímulo que existe. También recordó que los principales problemas son la financiación y la sucesión en el tiempo, pero que en cualquiera de los casos «representan la economía real y productiva mejor que ninguna otra».
El presidente del Instituto puntualizó que la empresa familiar «es poco conocida y mal tratada por las administraciones públicas, los partidos políticos y los ciudadanos, pese a ser crucial para la economía de los países avanzados».
En esta batalla por potenciar las empresas familiares, manifestó que el empresario «tiene que llevar una vida austera y reinvertir sus beneficios para hacer bien las cosas y rehacer su imagen».
Rodés pidió un tratamiento fiscal igual que en la UE para ser competitivos, sobre todo en el impuesto de sucesiones. Entre los principales objetivos del Instituto, Rodés apuntó el de «estimular las vocaciones, porque es fundamental que los jóvenes sean más emprendedores y monten empresas».
Vicente Segura, director de la empresa de mármoles Visemar, con 50 años de actividad y con una facturación de 1.300 millones (el 80% de las ventas en el sector exportador), señaló que para alcanzar la tercera generación es necesario dotar a la empresa de un consejo de familiar. Este consejo familiar, según Segura, «debe fijar reglas sobre la incorporación de los miembros de la familia, las retribuciones de los mismos, la incorporación de directivos, las funciones del consejo de administración, fijar los dividendos y programar la sucesión con tiempo».
Programación
Francisco Durá, asesor fiscal de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante, puso el acento en que al impuesto del IRPF, del patrimonio y de sociedades el empresario familiar tiene que hacer frente al de sucesiones cuando la empresa pasa de una a otra generación. Durá señaló que en el caso del impuesto de sucesiones los herederos tienen que hacer frente a cargas de hasta el 35% del patrimonio, «lo que pone en peligro la continuidad de la sociedad familiar».