INTERVIENEN:
DOMINGO DEVESA. Presidente de HOSBEC (Asociación Empresarial de Hostelería de Benidorm y comarca)
FRANCISCO GARCÍA. Empresario turístico, presidente de «Hoteles Costablanca»
SALVADOR PERERA. Director del hotel Diplomatic de Servigroup
JOSÉ MARÍA DÍEZ. Director comercial de «Hoteles La Marina»
RAMÓN CASASES. Director del hotel Helios
FRANCISCO SELLÉS. Director del hotel Don Pancho
PRESENTA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
LOS HOTELEROS DE BENIDORM ATRIBUYEN A FACTORES EXTERNOS LOS PROBLEMAS DE SU SECTOR
JORGE FAURÓ
La temporada de verano ha sido buena (entre un diez y un doce por ciento de aumento en las ventas respecto al año pasado), pero la falsa amenaza de carencia de plazas provocó la anulación de diez de cada cien camas contratadas. Este factor, ajeno por completo al funcionamiento ordinario de un hotel de costa, ha sido, junto a otras causas también externas, el problema principal del sector hotelero este verano.
José María Díez, director comercial de «Hoteles La Marina», llegó a enumerar hasta once elementos distintos que distorsionan el desarrollo de la industria hotelera, a saber: retrasos aéreos, carencia de una línea de ferrocarril por la costa, problemas de aparcamiento en las ciudades turísticas, ausencia de medios de transportes directos que unan Benidorm con el aeropuerto, falta de una estación de autobuses, aumento de un punto en el tipo de IVA, falta de criterios para clasificar debidamente a los hoteles según su calidad y monopolio del programa de vacaciones del Inserso.
Francisco García, empresario turístico, presidente de «Hoteles Costablanca», sumó a este amplio listado una reforma laboral que «no satisface ni al empresario ni al trabajador». Al hilo de este argumento, los ponentes entraron a valorar el papel de la Administración. ¿Debe el Estado practicar un «intervencionismo» a ultranza o, por el contrario, como apuntó García, «debe permitir que nos auditemos nosotros mismos enmateria de calidad?». Francisco García cuestionó el hecho de que pese a la labor importante de la Administración en los últimos años, las normativas han transformado al cliente de hotel «de oprimido a opresor». Llegó a decir que se marcha al Foso del Terror «para huir de los inspectores de turismo».
Francisco Sellés, director del hotel Don Pancho, reclamó por su parte, más créditos blandos para modernizar los hoteles y una ampliación en los plazos para acometer las reformas. Respecto al papel del Estado, el más duro fue Díez, que definió a la Administración como «una máquina de hacer reglamentos. Las empresas -añadió- no necesitan de tanta burocracia. Dejemos ya de clasificar hoteles por el tamaño de la habitación. Los que tienen que darnos estrellas son los clientes».
Sobre el aumento del IVA, Manuel Juan Franco adujo que el incremento fiscal va a tirar por tierra los presupuestos de rentabilidad de los hoteles, mientras que Díez aseveró que más IVA es igual a menos ingresos y por tanto a menos dinero para mejoras.
Casases abundó en el hecho de que el programa del Inserso atenta contra el libre mercado y reveló que otras zonas turísticas no han admitido el plan de liberalización del programa propuesto por los empresarios locales.
