Entrada libre
INTERVIENE:
DR. JAVIER CUDEIRO. Director del Laboratorio de Neurociencia y Control Motor (NEUROcom), Universidad de A Coruña
Expertos dicen que se puede conocer qué genes nos ayudan a recordar y a olvidar
S. ILLESCAS
Estudios recientes sobre la memoria revelan qué proteínas y qué genes regulan capacidades como son las de recordar un olvidar. Se comienza a conocer cuales son los factores que se expresan desde el citoplasma al núcleo de la célula que ayudan a poner en funcionamiento la fabricación de proteínas para que nuestras células sean capaces de establecer más conexiones en el cerebro y atender así diversas funciones, entre ellas, las de la memoria. Esta y otras muchas tesis las explicó el jueves el director del Laboratorio de Neurociencia y Control Motor de la Universidad de A Coruña, Javier Cudeiro, durante la conferencia «¿Dónde está lo que vi ayer? Un mapa del cerebro para la memoria». Esta charla cerraba la Semana del Cerebro que inició el pasado martes el Club INFORMACION.
Javier Cudeiro matizó sobre esta afirmación que se ha alterado algunas de estas propiedades en ratones transgénicos y se ha conseguido cerciorar como algunos llegan a poder recordar más o a no olvidar algo aprendido. El profesor de la Universidad de A Coruña explicó que, desde hace años, la gente que se dedica a la neurociencia sabe que el cerebro no es uniforme. «Aunque desde el punto de vista macroscópico se ven muchas partes de forma similar, desde el punto de vista funcional, no tienen nada que ver una zona con otra en cuanto a lo que se ocupan», aseguró.
Según Cudeiro, en el tema de la memoria ocurre algo parecido. «Las zonas que se centran ene la función que entendemos como memoria se dividen en varios subaspectos. No son estancas y están interconectadas. Muchas de las manifestaciones de la memoria dependen de que dichas zonas funcionen simultáneamente», subrayó el director. Muchas enfermedades degenerativas, tal y como explicó este científico, aunque en apariencia parezcan distintas pueden surgir a partir de deficiencias similares. Dolencias como el Alzheimer y el Parkinson tienen en común déficits de memoria. La ciencia permite que se pueda actuar sobre esta zona puntual pero la realidad de estas enfermedades es que se deben a problemas plurifuncionales.
Los avances en este campo en los últimos años se hacen cada vez más palpables. Hace dos años le dieron el Premio Nobel a un doctor por su investigación sobre mecanismos moleculares implicados en la memoria. Javier Cudeiro asegura que el desarrollo de fármacos que aparecerán en los próximos diez años están destinados a incidir en estos mecanismos y que «con algunos de ellos, como están ocurriendo ahora, se consiguen beneficios más que notables como el Alzheimer. No digo que se solucione, pero se observa como en algunos pacientes se consigue aplacar la pérdida de memoria, se hace más lenta». Cudeiro cree que el cerebro es una de las partes del cuerpo que más queda por conocer. Las incógnitas se centran sobre toda en la estructura cerebral y la interrelación celular.