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SINOPSIS

El prólogo de la ópera nos cuenta que el corsario Simon Boccanegra, que ha liberado la costa de piratas y es amado por el pueblo, se presenta a las elecciones de nuevo Dux de la República para poder casarse con su amada María, hija del anterior Dux, el aristócrata Jacopo Fiesco. Obtiene el cargo, pero María aparece muerta y la hija que han tenido en secreto ha desaparecido.
La acción tiene lugar veinticinco años después, en los que Simon ha gobernado con acierto y justicia. Se centra en la conspiración en su contra urdida por Paolo Albani, su hombre de confianza.
Simón Boccanegra es un melodrama con música en un prólogo y tres actos, con música de Giuseppe Verdi, y libreto de Francesco María Piave, Giuseppe Montanelli y Arrigo Boito (responsable de la revisión), basado en una pieza teatral de Antonio García Gutiérrez. La versión original fue estrenada en Venecia en 1857; la versión revisada, en Milán el 24 de marzo de 1881.

PRÓLOGO
Paolo persuade a Pietro para apoyar la candidatura del corsario Simón Boccanegra como Dux de Génova. Boccanegra llega y acepta la postulación, creyendo que con esto, Fiesco lo dejará casarse con su hija, que es prisionera de su propio padre en su castillo, justo para prevenir esa unión. Pietro se une al apoyo por Boccanegra. Entra Fiesco, lamentándose por la muerte de su hija. Boccanegra se acerca a Fiesco a rogarle perdón. Fiesco le oculta la muerte de su hija, y le dice que solo le tendrá clemencia si Boccanegra lo deja criar a su nieta. Boccanegra le dice que no puede pues la hija ha desaparecido. Boccanegra encuentra el cuerpo inerte de María, mientras el pueblo celebra su elección como nuevo Dux.

ACTO I.
Escena I
Veinticinco años después, el Dux ha desterrado a la mayoría de sus enemigos políticos y ha expropiado sus bienes. En el castillo Grimaldi, Fiesco, ha escondido su identidad haciéndose llamar Andrea Grimaldi, conspirando con enemigos de Boccanegra para expulsarlo del trono. Sin saberlo, años antes, los Grimaldi adoptaron a la hija de Boccanegra y nieta de Fiesco después de descubrirla huérfana en el convento. La llamaron María, esperando que fuera la heredera de la fortuna familiar, pues los hijos fueron desterrados. Amelia espera a su amado, Gabriele Adorno. Él llega y le advierte de los peligros de la conspiración política. Llegan noticias de la llegada del Dux, y Amelia, temiendo que vaya a ser forzada a casarse con Paolo Albiani, insta a Gabriele a pedir su mano para casarse. Fiesco acepta la unión, confesando que Amelia no tiene herencia alguna. Gabriele la quiere de todas formas, y Fiesco los bendice. Boccanegra entra, perdona a sus hermanos desterrados, pero ella rechaza la unión con Paolo. Cuando le cuenta a Boccanegra que fue adoptada, se da cuenta de que ella es su hija perdida. Al fin reunidos, celebran felices este hecho. Cuando Paolo entra, Boccanegra le niega el permiso para casarse. Paolo, furioso, planea con Pietro secuestrar a Amelia.

Escena II
El Senado entra en sesión. El Dux es interrumpido por el grito de la muchedumbre que exige su cabeza. Ordena que se abran las puertas, y la muchedumbre entra, persiguiendo a Adorno. Gabriele confiesa haber matado a Lorenzino por tratar de secuestrar a Amelia, ordenado por un alto oficial. Adorno sospecha que ese oficial pudo ser el mismo Boccanegra y está a punto de atacarlo, cuando Amelia intercede y lo detiene. Boccanegra arresta a Adorno esa noche. Sospechando que Paolo es el responsable de esa orden, hace que todos, incluido Paolo, maldigan al real secuestrador.

ACTO II
Recámara del Dux. Paolo y Fiesco discuten planes para matar a Boccanegra. Fiesco se niega. Paolo le cuenta a Adorno que Amelia es la meretriz del Dux, esperando que con esta noticia, Adorno mate a Boccanegra. Mientras tanto, vierte veneno en la bebida del Dux. Amelia entra y se encuentra con Adorno, quien la acusa de infidelidad. Ella clama amar sólo a Adorno, pero no le explica que Boccanegra es su padre. Éste piensa que su familia fue mandada matar por el Dux. Adorno se esconde al entrar Boccanegra. Amelia le confiesa a su padre que moriría por Gabriele Adorno, con lo que Boccanegra lo perdona. Bebe de la bebida envenenada y se echa a dormir. Adorno sale y trata de matar al Dux, pero Amelia lo detiene. Boccanegra despierta y le confiesa que Amelia es su hija. Adorno le pide perdón y promete luchar por su causa.

GIUSEPPE VERDI – Biografía

Compositor de ópera italiano, cuyas obras están consideradas entre las mejores de la historia de la ópera. Nació el 10 de octubre de 1813 en Roncole, estado de Parma, que por entonces se encontraba bajo el gobierno francés. Hijo de campesinos analfabetos, estudió música en la vecina ciudad de Busseto donde encontró unos protectores en los esposos Barezzi. Cuando en 1832 fue rechazado por el conservatorio de Milán a causa de su juventud y de que “sus ejercicios no mostraban especiales aptitudes para la música”, entró como discípulo del compositor milanés Vincenzo Lavigna. Volvió a Bussetto en 1833 como director de la Sociedad Filarmónica.

A la edad de 25 años Verdi volvió a Milán. Su primera ópera Oberto conde de San Bonifacio se estrenó en 1839 en La Scala con escaso éxito. Su ópera cómica Un giorno di regno (Un día de reino, 1840) fue un fracaso y Verdi, ya afectado por las muertes recientes de su mujer Margarita Barezzi y de dos de sus hijos, decidió abandonar la composición. Pero al cabo de un año el director de La Scala logró convencerlo para que escribiera Nabucco (1842). Esta ópera que escribió en menos de tres meses, causó gran sensación, ya que el tema de la cautividad de los judíos en Babilonia fue considerado por el público italiano como una alusión a la oposición al gobierno austriaco en el norte de Italia.

Poco a poco fue imponiéndose la costumbre de aclamar a Víctor Manuel como rey de Italia al decir “Viva Verdi” ya que el nombre del compositor era un acrónimo de la frase “Vittorio Emanuele Rè d´Italia”. A estas óperas siguieron I Lombardi alla prima crociata (1843) y Ernani (1844), ambas de gran éxito. De las 11 óperas siguientes sólo Macbeth (1847) y Luisa Miller (1849) se mantienen en el repertorio actual de ópera. Rigoletto (1851), Il trovatore (1853) inspirada en El Trovador del escritor español Antonio García Gutiérrez y La Traviata (1853), que supusieron su consagración, se encuentran entre las óperas más populares de todos los tiempos.

Las óperas que Verdi escribió en su madurez, entre las que se encuentran Las Vísperas Sicilianas (1855), Simone Bocanegra (1857) Un ballo in maschera (1859), La forza del destino (1862) y Don Carlo (1867), muestran una gran maestría en la caracterización musical y una mayor preponderancia del papel orquestal. Aida (1871), también de este periodo y probablemente la ópera más popular de Verdi, fue un encargo del virrey de Egipto para celebrar la inauguración del Canal de Suez y su estreno se produjo en El Cairo. Tres años después Verdi compuso su obra no operística más importante el Réquiem (1874) para conmemorar la muerte del novelista italiano Alessandro Manzoni (aunque existía una versión del Libera me en memoria de Gioacchino Rossini, fallecido en 1868). Entre las composiciones no operísticas de Verdi cabe citar la cantata dramática Inno delle nazioni (1862) y el Cuarteto para cuerda en mi menor (1873) así como un TeDeum, compuesto a los 85 años y otras obras religiosas.

A la edad de 70 años después de un silencio de 13 años después de escribir el Requiem Verdi compuso tal vez su mejor ópera, Otello (1887), con un libreto que el compositor y libretista italiano Arrigo Boito había adaptado hábilmente de la tragedia de William Shakespeare. A continuación compuso su última ópera Falstaff (1893), igualmente adaptada por Boito de la obra de Shakespeare y considerada como una de las mejores óperas cómicas. Verdi falleció el 27 de enero de 1901 en Milán. La obra de Verdi destaca por su intensidad emocional, sus melodías armónicas y sus caracterizaciones dramáticas. Transformó la ópera italiana, que hasta entonces utilizaba argumentos tradicionales, libretos anticuados y enfatizaba la parte vocal, para crear una entidad musical y dramática unificada. Actualmente sus óperas se encuentran entre las más representadas en todo el mundo.