INTERVIENE:
KENNETH MORGAN. Ex director del British Press Council
KENNETH MORGAN: «EN ESTA SOCIEDAD HAY MÁS VIGILANCIA DE LA QUE QUISIÉRAMOS»
CRISTINA MARTÍNEZ
Kenneth Morgan, oficial de Orden del Imperio Británico, quiso dejar claro que para su país no es nuevo que se denuncie a los servicios de inteligencia por grabar presuntamente conversaciones telefónicas -puso de ejemplo las conversaciones del Príncipe Carlos- y destacó en referencia a las actuaciones del CESID que «en esta sociedad tecnológica cada vez hay más vigilancia de la que quisiéramos tener o pensar».
Su intervencion, una charla amena y rebosante de actualidad, bajo el título «Vidas privadas, personajes y prensa sensacionalista», fue seguida entre el público por el Consul del Reino Unido en Alicante, Patrick Campbell. Kenneth Morgan, secretario general de la Unión Nacional de Periodistas entre 1969 y 1977, comenzó su conferencia decantándose desde el principio por la defensa del derecho de información, «algo primordial para la vida de los sistemas democráticos».
Este periodista de prestigio internacional, que le ha llevado en los últimos meses a intervenir como consultor en siete países, aseguró que la relación entre política y Prensa se ha deteriorado «y pienso que no debemos dejar que mejore». Para Morgan se debe buscar un equilibrio entre «Prensa libre y Prensa responsable».
En relación con las grabaciones realizadas en España por el CESID, incluso el Rey, destacó que cuanto más experiencia tienes más te das cuenta de que en un tema tan actual como éste no hay nada nuevo. «Eso pasó en Inglaterra con los príncipes de Gales y también se relacionó a los servicios de inteligencia. Pero la reacción es la misma, la gente se escandaliza pero al tiempo tiene interés por conocer su contenido».
No obstante, reconoció que el papel de los medios debe ser el de «cuestionar e indagar, pero sin olvidar que los contenidos de la Prensa hay que verlos con un sano escepticismo, porque los periódicos detectan el apetito del público por ciertos temas».
Hipocresía
Para Morgan, el mayor problema está en delimitar dónde empieza la libertad de Prensa y dónde la intimidad. «Es difícil establecer límites éticos porque la hipocresía es triple: por un lado, la del político que presenta una cara a los votantes y otra en su vida privada; la de los editores, que dicen que publican determinadas informaciones por interés del público y no por los beneficios; y la de los lectores, que critican a la Prensa y sin embargo por la mañana van corriendo a comprarla. A esto se añade en Gran Bretaña, una cuarta hipocresía, la de los periódicos “serios” que critican lo que publican los sensacionalistas y lo hacen reproduciendo esos artículos».
En su opinión, los límites a la libertad de Prensa están precisamente en la conciencia que debe tener el periodista «cuando hace lo que debe hacer pero que no está obligado a hacerlo; debe tener unos niveles éticos propios, que se reflejan en un código deontológico y cuya ventaja es que lo elaboran los propios periodistas».
