PROGRAMA
19.00 h. Conferencia: «La democracia hoy. Democracia participativa»
Francisco Vázquez y Vázquez. Abogado. Alcalde de La Coruña (1983-2006). Embajador del Reino de España ante la Santa Sede (2006-2011)
20.00 h. Mesa redonda: «Vías para la regeneración democrática»
Modera
Francisco Sánchez Martínez. Director del centro en Elche de la Universidad CEU Cardenal Herrera y director del Club INFORMACIÓN
Intervienen
José Juan Zaplana López. Concejal del Ayuntamiento de San Vicente. Secretario Provincial del PP
Loles Fernández Martí. Concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Alicante.
Silvia Poveda Ramírez. Coordinadora de la Agrupación Local de UPyD en Elda
David Abad Ruiz. Portavoz del Grupo Compromís en el Ayuntamiento de Alcoy
21:00 h. Clausura
Rafael Ortega. Director del Congreso Católicos y Vida Pública. Periodista. Presidente de la Unión Católica de Informadores y Periodistas en España (UCIP-España)
Eloy Sentana Cremades. Secretario de la ACdP en el Centro de Alicante.
Francisco Sánchez Martínez. Director del Centro en Elche de la Universidad CEU Cardenal Herrera y Director del Club INFORMACIÓN
Representante del Obispado
FRANCISCO VÁZQUEZ VÁZQUEZ: «LAS PALABRAS DE ROUCO SE HAN EXAGERADO, SÓLO ALERTÓ DEL DAÑO A LA CONVIVENCIA»
Entrevistado por Juani Hernández
¿Cómo se puede regenerar la democracia?
Desde el punto de vista de la sostenibilidad actual que tiene el Estado y su viabilidad económica, hay que frenar la proliferación de entidades y organismos. Las duplicidades son uno de los principales problemas políticos que tenemos hoy, además de las relaciones del Gobierno Central con las comunidades autónomas, que se agravan con el posicionamiento de los nacionalismos periféricos. Necesitamos adaptar el Estado y modificarlo como han hecho otros países, reduciendo las entidades y los cargos públicos.
¿En qué medida?
Somos el país de la UE con más cargos institucionales. Tenemos un ejemplo a la vuelta de la esquina, el caso de Italia, que acaba de iniciar reformas profundas con la supresión de las diputaciones. Aparte, hay cuestiones históricas que entrarían en la regeneración democrática como los conflictos que afectan de manera grave a la convivencia de los españoles en los últimos 200 años, que tienen que ver con el territorio, la religión y la jurisdicción.
¿Y cómo encaja tanta corrupción en la clase política?
Los políticos deben ser congruentes y los partidos adaptarse a los valores ideológicos y a lo que representan como modelos a seguir. Es cierto que ha habido un deterioro por la profesionalización de la política, ya que han hecho de ella un medio de vida. En los partidos priman los aparatos, que impiden las más de las veces que los candidatos o representantes sean los que coinciden con los deseos de los ciudadanos. El sistema está muy controlado por los partidos, hay listas cerradas, hay que seguir la disciplina de partido. Además, hay una falta de preparación muy acusada, más grave que la corrupción, ya que esto es consecuencia de lo anterior. Hay que buscar un sistema más abierto en la vida de los partidos y que no controle ámbitos como el judicial.
Usted fue embajador de España ante la Santa Sede. ¿Cómo ve la labor del Papa Francisco?
Como muchos católicos estoy ilusionado con un Papa que sorprende a la sociedad actual. El cónclave siempre es inteligente y elige a los pontífices según los problemas e inquietudes de la sociedad. Ahora se necesitaba una Iglesia más comprometida con la pobreza, las desigualdades, las injusticias, como decía el Evangelio, de ahí la llegada de un Papa del nuevo mundo, de un país que sufrió crisis, devaluaciones, corralitos, de ahí que tenga gran sensibilidad con todo esto. El pontificado de Francisco es una etapa más después del gran papado de Benedicto XVI, soy un gran admirador de él, porque su figura es clave en la historia de la Iglesia. Ha reordenado la doctrina y desde mi punto de vista ha cerrado el Concilio Vaticano II. Pero volviendo a Francisco, es un Papa que goza de una gran popularidad y tiene una gran credibilidad entre los no creyentes, ya que ha situado a la Iglesia entre los problemas de hoy.
¿Qué opina de las palabras de Rouco Varela durante el funeral de Estado de Suárez?
Creo que sus palabras se han exagerado. Lo que hizo fue ensalzar el espíritu de la convivencia y el diálogo de Adolfo Suárez, y los valores que representó la Transición, y alertar de que no hay que volver atrás a una situación de confrontación que llevaría a una guerra civil, lo que no quiere decir que se vaya a producir. No lo entendí como una amenaza de una nueva guerra sino de la existencia de una controversia y de un clima que dañan la convivencia entre españoles, y eso hay que superarlo con el diálogo porque la experiencia demuestra que hay desastrosas experiencias. Rouco es un hombre rotundo y claro en la defensa de los principios de la Iglesia, y goza de derecho a defender los valores doctrinales. La Iglesia puede, sin imponer, exponer sus criterios siendo respetuosa con los principios de los demás. Sin embargo, hay un anticlericalismo que parece surgir como un nuevo problema. La controversia por las palabras de Rouco no se habría dado en ningún otro país europeo.
