DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    22-02-1993
  • TERMINA
    01-01-1970

INTERVIENEN:

ANTONIO GIL OLCINA. Catedrático de Universidad. Director del Instituto Universitario de Geografía de Alicante

FRANCISCO CALVO GARCÍA-TORNEL. Catedrático de Universidad. Ex consejero de Obras Públicas de la CC.AA. de la Región de Murcia

ALFREDO MORALES GIL. Catedrático de la Universidad de Alicante

LOS EXPERTOS PONEN EN DUDA QUE EL PLAN NACIONAL RESUELVA EL PROBLEMA DEL AGUA

VICTORIA BUENO

«Esperaba que el Plan Hidrológico Nacional saliese con más garra y perspectivas más amplias para que los problemas se pudiesen resolver a 20 años con más precisión, pero no conocemos la estructura de la demanda ni existe un inventario de recursos hídricos». El catedrático y ex rector de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, se mostró tajante ante una concurrida asistencia al primero de los debates que sobre la problemática del agua ofreció el lunes el Club INFORMACION.

Exigió del Plan «la necesidad de ajustarse a una evolución del consumo del agua, de la que el sector agrícola resulta abrumadoramente mayoritario, e insistió en que «el nuevo Plan Nacional seguirá viviendo de aquel primero de Obras Hidráulicas de 1933 que debemos a Lorenzo Pardo y del que hemos vivido hasta ahora, y sin el que el aprovechamiento conjunto del Tajo-Segura y el de los Canales del Taibilla no sería posible».

No dejó de referirse a aquella primera petición de trasvase del Júcar al Vinalopó, de hace 600 años, que empezó a mostrar la insolidaridad que, dijo, prima a la hora de ejecutar el Plan Nacional, cuando lo que debería lograrse con él es que «corrija el desequilibrio hidrográfico de las distintas vertientes», aunque apuntó irónicamente que «parece ser que el Ebro ha de ser la panacea de un plan que se plantea como algo controvertido por la existencia de unas cuencas deficitarias, y otras excedentarias, aunque ninguna se declara como tal y el instito indica que vulneran artículos de la Constitución».

Culpables

Tras la amplia panorámica histórica expuesta por Olcina, Francisco Calvo, catedrático de la Universidad de Murcia, afirmó que «esta provincia padece de falta de agua desde los años 57 al 68 en que se rompió el equilibrio entre el recurso del agua y su consumo, empleando más de la que se tiene ni tendrá en el futuro, y creando una grave situación que llevó a la construcción del trasvase Tajo-Segura, que nunca ha traído más del 50% de lo esperado y que se va agotando».

Aseveró que desde entonces padecemos una sequía «crónica» y que son los propios consumidores los que producen este desequilibrio «aunque superficialmente no nos demos cuenta».

Apuntó finalmente que «las obras que se pueden hacer no van a aportar agua sustancialmente. Por la naturaleza de los embalses, la oferta es bastante escasa y sólo las infraestructuras de que disponemos han sido capaces hasta ahora de disfrazar la crisis, pero creando un sistema hídrico de los más artificiales del mundo, que puede provocar “cosas” a partir de ahora porque el Segura ya no será un río, sino un canal de hormigón».

El déficit de las cuencas «que están agotando sus recursos subterráneos a la espera del Plan Nacional» fue mencionado por Calvo para sentenciar sobre los aportes previstos «a largo plazo» que «para entonces, todos muertos. Los poderes públicos no tienen más horizonte que ganar tiempo -dijo-, cuando el 2025 nos sitúa con un déficit de 1.000 hectómetros cúbicos».

Alfredo Morales, catedrático de la Universidad de Alicante, que se autodeterminó «regaor de cola» por intervenir el último, insistió en que el déficit hídrico es «claramente economicista, no natural», y que las disfunciones «irán a peor si Dios no lo remedia, porque veo muy difícil que los políticos lo hagan, por el gran problema de la solidaridad, que se utiliza pero no se practica».

Señaló que «el problema lo estamos resolviendo desde mediados del siglo XIX con el gran invento del hormigón, como si los embalses fueran a resolverlo». Y denunció que «el hombre ha dejado de adaptarse a los recursos existentes por temas economicistas» lo que ha favorecido, entre otras cosas, las inundaciones.

En este sentido citó que «antes, los labriegos de Agost, en cuanto llovía, salían contentos al campo a dirigir el agua a sus campos. Pero ahora, cuando llueve, nos acobardamos» y apuntó que «en 50 años la demanda se ha triplicado, de 10 o 15 libros al día por zona, a 200 litros en el Estado español en general, y a 500 litros en zonas litorales como la nuestra».

Turismo

Se refirió por último a las planificaciones urbanísticas como los PAUs 4 y 5 en Alicante, o el Triángulo, «que se están montando sobre castillos de naipes y estarán abocadas al fracaso si no tienen en cuenta la dotación de agua». Pero efatizó, no obstante, que «el turismo no agrava la situación. Lo que hay que determinar es el tipo de turismo que queremos y actuar en consecuencia, porque en el Taibilla hemos tocado techo».

Datos informativos

Fecha inicio : 22-02-1993

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