DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    31-10-2001
  • TERMINA
    01-01-1970

Conferencia-Coloquio y proyección de El florido-Pensil con la intervención de su autor, el profesor ANDRÉS SOPEÑA.

Entrada libre

PRESENTA:

JUAN ANTONIO RÍOS CARRATALÁ. Director adjunto de la Biblioteca Virtual «Miguel de Cervantes». Profesor Titular de Literatura Española en la Universidad de Alicante.

En colaboración con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Saavedra

El Florido Pensil es “la narración de lo que fue la (des)educación de varias generaciones de españoles de la posguerra en clave nacional-católica, un espejo fiel del fascismo postizo del régimen y de la estulticia de los constructores de su ideología”. Partiendo de los libros de texto de la época, el autor evoca, con una gracia y un humor irresistibles, la escuela cotidiana, la radio local, los tebeos de Roberto Alcázar… Todo aquello, en suma, que nos hizo “diferentes” y de lo que deberíamos aprender a librarnos, si aspiramos a ser “normales”. Para lo cual bueno es comenzar riéndonos de ello.

Andrés Sopeña, un madrileño afincado en Granada, de cuya Universidad es profesor en la Facultad de Derecho, ha dirigido cursos y seminarios sobre la Comunicación Social, materia de la que no sólo es un estudioso sino también protagonista, pues ha dirigido la revista de la Universidad granadina y colaborado tanto en prensa como en programas radiofónicos. «El florido pensil», obra sobre la escuela en los años del nacional-catolicismo, ha sido un gran éxito editorial, llevada también a los escenarios por el grupo Tanttaka Teatroa. Es una obra en la que se ven reflajadas tanto la educación como la vida de varias generaciones de españoles.

Es autor también de «La morena de la copla», un ensayo sobre los procedimientos de socialización de la mujer cuando el mismo Sopeña confiesa que sólo «quería averiguar por qué Julio Romero de Robles pintó a la mujer morena, con los ojos de misterio y el alma llena de pena», y de «¡Tente, iracundo otomano!», en torno al personaje de «El guerrero del antifaz», el tebeo que protagonizó el ocio infantil de generaciones de españolitos.

Su intervención de esta tarde, apoyada en proyecciones y en sus dotes de gran comunicador, promete un rato de culto entretenimiento y de coloquio pleno de interés.

SOPEÑA PONE EN EVIDENCIA LA ENSEÑANZA CATÓLICA DE LOS AÑOS 40 Y 50

El profesor Andrés Sopeña, autor del texto de «El florido pensil», convertido en uno de los grandes éxitos del reciente teatro español, protagonizó la noche del pasado jueves en el auditorio del Club INFOMACION el primer acto conjunto que esta entidad sociocultural celebró en su nueva sede (Avenida del Doctor Rico, 17) en colaboración con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alejándose de la conferencia al uso, Sopeña sorpendió al público con una amena y divertida locución en la que, siempre de pie y a modo de monólogo, puso en evidencia la educación y la idosincrasia del pueblo español en los años previos a la Guerra Civil, durante la contienda y en la posguerra.

La introducción de Juan Antonio Ríos, director adjunto de la Biblioteca Virtual, ya avisó de que la charla de Sopeña, «un gran comunicador», iba a hacer pasar «un buen rato» a los asistentes, pero las expectativas rebasaron lo esperado. El autor abrió su intervención «invitando» al cine a la concurrencia. La proyección de algunos spots publicitarios, carteles de películas de la época e imágenes del NOI-DO precedió a un discurso hilarante.

Sopeña evocó, uno por uno, a sus compañeros de escuela y relató con un humor tierno, aunque no exento de un trasfondo amargo, infinidad de anécdotas de su infancia, centrándose en un aprendizaje católico marcado en todo momento por el falseamiento de la realidad, la intransigencia y el despotismo de los profesores-curas que echaban mano de las «palmetás» con la regla y los guantazos como castigo a las faltas y desobediencia de los alumnos.

Entre los episodios narrados con un fino sarcasmo por Sopeña, cabe destacar el protagonizado por su compañero Briones «el tonto», que en cierta ocasión adujo como excusa para no llevar los deberes hechos que su madre había dado a luz un bebé. «El cura se alegró profundamente -explicó Sopeña- y le instó a cuidar y querer mucho a su hermanito». El autor contó que, cuatro meses después, Briones volvió a utilizar en clase la misma justificación y recibió «una buena “somanta palos”». Sopeña dijo creer que «aún hoy Briones no se explica la razón de tal paliza», al tiempo que aseguró que «la última noticia que tuve de él es que trabaja como consejero de Cultura…». Sopeña también recordó el «hostiazo» que se llevó cuando, después de que el profesor preguntara a tres de sus compañeros si «el Padre era Dios», si «el Hijo era Dios» y si «el Espíritu Santo era Dios», a lo que todos respondieron afirmativamente, él, siguiendo una lógica matemática, contestó convencido que entonces los dioses «eran tres personas distintas».

Los iconos y esquemas con los que se pretendía enseñar a los pequeños el misterio de la Santísima Trinidad fueron puestos en tela de juicio por un «travieso» Sopeña. Así, las imágenes de la paloma que desprende lenguas de fuego o el cordero de Dios que quita el pecado del mundo «obligaban» a los niños a «ver» en ellas al Espíritu Santo y al hijo de Dios, «mientras tú te aguantabas las ganas de decir que eso era una paloma “despeluchá” y un simple borrego», ironizó el autor.

Algunas ilustraciones de libros de texto y catecismos de la época que aludían «a la necesidad de que haya ricos para que adminsitren la Providencia a los pobres» o a la condena al infierno a los creyentes de otras religiones distintas a la católica sirvieron a Sopeña para aseverar que el régimen en que vivía aquellos años España «era un totalitarismo… porque, total, todo daba igual».
La satanización de los «rojos» y la divinización de la figura de Franco, que al ser calificado en el NO-DO como «enviado de Dios a España» llevó al Sopeña infante a considerar que la Trinidad se había convertido en «la Cuaternidad» o, más aún, que era «el borrego de las ilustraciones», fueron otros de los episodios más celebrados por un público que recompensó con fuertes aplausos la divertida, cruda y reveladora lección de historia del profesor de Derecho.

Datos informativos

Fecha inicio : 31-10-2001

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