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EL ÚLTIMO TREN

By 21 noviembre, 2002 No Comments

DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    21-11-2002
  • TERMINA
    01-01-1970

En colaboración con la empresa exhibidora Luis Martínez Sánchez, S.A., el Centro de Estudios Monumental y la distribuidora Alta Films

DEL DIRECTOR DIEGO ARSUAGA

PREMIOS EN LA SEMANA INTERNACIONAL DE VALLADOLID

Premio del Público

Premio Pilar Miró a la Mejor Opera Prima

Premio a la mejor interpretación masculina colectiva: José Soriano, Federico Luppi y Héctor Alterio

EL ÚLTIMO TREN

El proyecto original se llamó «Una locomotora para Hollywood» o «La 33» (distintivo de la locomotora), luego «Los durmientes», posteriormente tuvo el nombre de «El último tren», y finalmente el nombre con el que llegó a la pantalla de estreno. La película es en toda su extensión una metáfora acerca de la defensa del patrimonio nacional ante los embates del capital internacional representado por un empresario joven (Pauls), que invierte en la reconstrucción de una vieja locomotora del año 1912 con la intención de venderla a un productor de cine norteamericano.

Enterados de esto último, un grupo de viejos soñadores compuesto por un ferroviario vasco y mitómano (Luppi), un profesor jubilado y enfermo (Alterio) y un viejo burócrata desmemoriado que todo debe anotar en su agenda (Soriano), integrantes ellos de la Sociedad de Amigos del Riel, deciden sin más, secuestrar la locomotora en cuestión, siendo acompañados en la aventura por un niño de once años (Balaram Dinard), con la intención de denunciar públicamente la maniobra y poner a salvo la locomotora, huyendo por las abandonadas vías hacia la frontera con Brasil.

«EL ÚLTIMO TREN», UN VIAJE A LA UTOPÍA

E l cineasta uruguayo Diego Arsuaga quería contar un cuento sencillo, lineal y clásico; y así lo hace en su película «El último tren», donde propone un viaje a la utopía de la mano de tres ancianos encarnados por tres actores argentinos Federico Luppi, Héctor Alterio y Pepe Soriano.
El Club INFORMACION preestrena hoy esta película, a las 22.30 horas, en el cine Abaseis de Alicante, en colaboración con la empresa Luis Martínez Sánchez, el Centro de Estudios Monumental y la distribuidora Alta Films. «El último tren» ha cosechado a su paso por los festivales de Montreal y Valladolid una serie de premios que valoran tanto el guión como la dirección novel, la actuación conjunta de los tres intérpretes o el del público.

La cinta, que ha sido elegida para representar a Uruguay en los Oscar, transcurre a lo largo de dos días y arranca con el robo de una vieja locomotora destinada a ser vendida en Hollywood y que es robada por tres ancianos de la Asociación Amigos del Riel dispuestos a cualquier cosa con tal de que no se expolie ese tren que es ya patrimonio nacional.

Esta excusa sirve a Arsuaga para hacer un elogio de la utopía sea a la edad que sea. «Quería contar un cuento muy sencillo y me enamoré de la idea de tres viejitos robando un tren. Era difícil, por lo que se sostiene únicamente por el peso de los actores».

LAS UTOPÍAS NUNCA MUEREN

ANTONIO DOPAZO

No sorprende en absoluto, sino todo lo contrario, la lluvia de galardones que recibió en la Semana de Valladolid y especialmente que se hiciera con el entregado, por votación popular, por el público. Esta coproducción entre Uruguay y Argentina, con respaldo minoritario español, llega directamente al corazón del espectador. Entrañable, saturada de un sentido del humor que nunca esconde un trasfondo amargo y triste, certifica el espléndido momento que vive esta cinematografía del Cono Sur de Latinoamérica precisamente cuando pero es la situación política y económica. Eso sí, el soporte de la extraordinaria interpretación de los tres protagonistas, también premiados en Valladolid de forma colectiva, es fundamental en los logros finales.

Tanto más sorprendente es el magnífico acabado de la película cuanto que se trata de la «opera prima» de un realizador uruguayo, Diego Arsuaga, que debuta en la realización tras una larga y brillante experiencia en el campo de la publicidad y en distintas responsabilidades técnicas, incluyendo la fotografía, en el cine. Sobre guión propio, en el que ha colaborado también el español Fernando León, ha logrado vencer el mayor obstáculo que se presentaba ante su proyecto, el de hacer creíbles y llenar de humanidad unos personajes que son supervivientes de otra época y que han sido involucrados en una aventura que podría haber caído en lo ridículo.

Con una estructura propia del «western» y con elementos obvios de la «road movie», el director sabe establecer de inmediato una conexión íntima con los personajes. Pepe, Antonio y Dante representan a esos «cowboys» crepusculares que se negaron a aceptar el fin de unos ideales y de una forma de entender la vida que no tiene sentido en un mundo donde no tienen cabida ni la solidaridad ni la utopía.

Datos informativos

Fecha inicio : 21-11-2002

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