DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    12-11-2009
  • TERMINA
    01-01-1970

Exposición abierta hasta el 10 de enero de 2010

Horario de visita: de lunes a viernes de 17.30 a 21.30 horas; sábados, domingos y festivos de 11 a 14 horas

RIPOLLÉS: EL GRABADO Y LA MATERIA

La primera experiencia de Ripollés con el grabado se produjo en 1977, en Holanda, cuando recibió el encargo de ilustrar un libro sobre el escritor de la literatura catalana Josep Pla. A sus capítulos dedicó aguafuertes y aguatintas que le permitieron, en los años siguientes, redefinir con su percepción singular el dramatismo de la escuela expresionista. Ripollés tardó más de una década en completar este recorrido con los grabados que él denomina «clásicos» hasta que, en 1989, creó el grabado matérico.
Fuertemente influenciado por el entorno, del que Ripollés siempre se ha considerado un elemento integrado más que aislado, decidió enriquecer sus grabados con todo tipo de materiales. desde pigmentos, virutas, cereales, planchas de hierro o residuos de metales, Ripollés no aplicó restricciones en la selección de componentes para la prensa y ensayó una formulación artística que le situó frente a un nuevo concepto del grabado.
En esta disciplina, Ripollés también destaca por acentuar la personalidad dinámica del grabado con un papel de lino rugoso y grueso. Con su textura áspera, el artista manipula la profundidad y equilibra las escenas.
Del mismo modo que Goya o Durero marcaron episodios históricos en la evolución del grabado, Ripollés somete a esta modalidad artística a otro salto en el tiempo con la incorporación de la materia para revestir un universo de vitalismo, colores y formas sólo al alcance de su ingenio.


JOAN RIPOLLÉS: «EL ARTE HA SIDO HUMILLADO CONSTANTEMENTE POR LA POLÍTICA»
CRISTINA MARTÍNEZ

Usted ha participado en numerosas ferias internacionales en distintos países y ha expuesto en casi todo el mundo. ¿Hasta qué punto es importante para un artista mostrar su obra?
Me gusta, pero cuando lo pasas bien es cuando la realizas, cuando la creas, el momento del parto es el más feliz que hay. Crear es como un orgasmo en solitario.

Empezó como pintor, vivió la bohemia de París hasta que en 1958 le descubrió la prestigiosa galería Drouan David, luego llegó EE UU. Después ha sido también escultor, grabador…
…porque soy un inconsciente, porque me atrevo a todo y no tengo bastante conocimiento. Eso para el arte va bien, el ser más niño que adulto para la creativad artística es bueno. Y ya no tengo solución… Si estás satisfecho te puedes acomodar.

¿Y usted no está satisfecho?
Estoy satisfecho de cómo vivo. No soy feliz porque me da repelús. Para sentirme feliz tendría que estar mejor el mundo. Pero la curiosidad se mantiene.

¿Cómo ve Ripollés que ha evolucionado su arte?
Pues no lo sé. Yo siento no veo, lo que sé es lo que necesito manifestar. Estoy a gusto sabiendo que no voy a conseguir jamás la obra cumbre de mi vida. No sé si soy bueno o no, pero esa perfección que me pide mi exigencia no la voy a conseguir, aunque no voy a perder la ilusión de conseguirlo.

¿Cree que en el mundo del arte hoy vale todo?
Aquí hay que diferenciar entre lo que es arte, expresión, artesanía y lo que es querer llamar la atención. Estamos en un momento de confusión. Hay gente que pone cuatro hierros y dice que es creativo, también poner una cagada en metracrilato es creativo… Pero no todo vale, aunque hacen ver que todo vale los teóricos, no los que hacen arte. Ahora los teóricos quieren decir qué es y qué no es arte, antes de que se realice. Un error como una calabaza. Después vienen los que no tiene nada que decir pero sí quieren hacer y siguen las pautas de estas personas porque así entran en el corralito de ellos. El artista, el que trabaja, hace lo que tiene que hacer y el tiempo coloca las cosas en su sitio. Por eso en este mundo no hay que tener prisa ni buscar la fama. Ser famoso no te sirve para nada cuando te colocas solo delante de una tela.

¿Política y arte forman un buen binomio?
Malo. El arte ha sido humillado constantemente por la política. El mundo de arte no tiene más que necesidad de conocer. Cuando la política ha entrado en el arte la han cagado. Ponerle esposas a la creación es un horror. La política es administrar no mandar, y ahora no tenemos más que políticos mandones y no escuchan a la sociedad. Ahora no hay programas no hay más que insultos. Lo que tiene que hacer la política es promover la cultura, que es un maravilloso bien para vivir con más calidad de vida, pero luego que se las apañe como pueda cada persona que está dentro de alguna manifestación de las artes.

¿Puede ayudar el arte en un momento de crisis?
El arte es una investigación y la mejor ayuda que ofrece a la socieda es que los artistas trabajen honestamente sin depender de nadie, que no busquen el reconocimiento y la fama. El expresarse no es un oficio, es una necesidad. No tenemos que pedir ayudas, el arte no debe subvencionarse. Si se protege algo mucho, al final lo que ocurre es que hace daño.


RIPOLLÉS, EL ARTISTA QUE HIZO LIBRE A JUAN

Nacido el 4 de septiembre de 1932, el castellonense Ripollés es, hoy en día uno de los artistas españoles más internacionales y también uno de los más completos, ya que ha sido capaz de revestir su obra como pintor, escultor y grabador con un reconocimiento mundial que abarca desde Estados Unidos hasta Japón.
Ripollés se hizo artista profesional en París, en 1958, pero mucho tiempo antes se había iniciado en la pintura en su Castellón natal. En aquellos años que permaneció en Castellón, Ripollés trabajó como pintor industrial para ganarse la vida, pero sus indomables inquietudes artísticas le llevaron en 1954 a París, la cuna de las expresiones culturales contemporáneas y de los bohemios. También allí trabajó como pintor de brocha gorda, un oficio por el que incluso decoró el cuarto de baño del apartamento parisino de Marylin Monroe, hasta que, en 1958, le descubrió la prestigiosa galería Drouand David, la misma en la que colgaban sus cuadros Picasso o Chagall.
A partir de entonces, Ripollés se hizo internacional, pero también libre e independiente, y visitó toda Europa en exposiciones que agrandaron su prestigio. Su obra empezó a ser conocida, valorada y cotizada. Por eso llegó a países como Estados Unidos, México o Japón con una expresión pictórica que cautivó a marchantes como el famoso Leon Amiel o a otros artistas como el mexicano Sequeiros.
Con el paso de los años, la pintura de Ripollés, fuertemente influenciada por la tauromaquia, la naturaleza, el sexo o la mujer, maduró hacia nuevos estadios de representación y otros estilos. Pero, por encima de la contundencia o suavidad del trazo, la elección de tonos ligeros o contundentes o el perfil definido o irregular de las figuras, Ripollés destaca por la técnica. Esa obsesión por el procedimiento siempre le ha dejado atento a la experimentación y a las transiciones, una actitud que mantiene inalterable hoy en día en una época de un intenso cromatismo.
La escultura también dio, desde muy temprano, una oportunidad de expresión a Ripollés para exteriorizar sus emociones íntimas. Primero con figuras moldeadas en barro y, posteriormente, a partir de los año 80, con materiales tan diversos como la cerámica, la fibra de vidrio, el cristal de Murano, el hierro o el bronce, el artista castellonense ha conseguido situarse como uno de los referentes mundiales. Recientes exposiciones de esculturas de gran formato, como la de Verona y especialmente la de Venecia, han consagrado el vitalismo de figuras que no dejan indiferente al espectador porque despiertan sentimientos profundos y la admiración.
Como grabador, Ripollés también ha sabido hallar un hueco en la historia de esta disciplina. De la misma forma que Goya incorporó los aceites al grabado, Ripollés ha agregado la materia. Inconformista con la escuela tradicional, ensayó y ensayó hasta hacer posible que el papel pudiera absorber todo tipo de materia, desde virutas de hierro hasta limas de aluminio pasando por cereales.


RIPOLLÉS OFRECE UN RECORRIDO POR SU TRAYECTORIA COMO GRABADOR EN EL CLUB INFORMACION
CRISTINA MARTÍNEZ

Empezar en el mundo del grabado ilustrando una obra de Josep Pla compuesta por varios tomos no es un mal comienzo. De su reclusión voluntaria en Holanda para realizar este trabajo han pasado ya más de 30 años, décadas en las que Joan Ripollés ha crecido como pintor y escultor, pero también como grabador, abarcando desde el estilo clásico hasta la innovación que ha supuesto la incorporación de materia, «algo que es toda una novedad en esta técnica», asegura. Ese amplio recorrido queda reflejado en la muestra «Grabado y materia» que el artista castellonense inaugura hoy en la sala de exposiciones del Club INFORMACION, a las 20 horas, organizada en colaboración con Caja Mediterráneo y el Ayuntamiento de Alicante, y que se podrá visitar hasta el próximo 10 de enero.
Medio centenar de trabajos integran este camino por la trayectoria de Ripollés como grabador, al que se añaden siete pequeñas esculturas, cuatro realizadas en resina y tres en cristal de murano. Precisamente este último material es un nuevo paso «dentro de mi progresión creativa», ya que no solo aplica este material deshecho sobre las esculturas sino que también lo ha incorporado a los grabados. Prueba de ello, dos cuadros que se exponen por primera vez y que corresponden a dos de los personajes creados por el artista para el montaje teatral «El rapto de Proserpina», con el que Xarxa Teatre abrió el último Festival de Mérida.
«Empecé con punta seca, aguafuerte y aguatinta, continué y fuí derivando en una búsqueda en la que me encontré con el grabado matérico», afirma Ripollés, que mostró por primera vez estos trabajos en 1982. De esta manera, empezó a enriquecer sus creaciones con todo tipo de materiales: pigmentos, virutas de aluminio, cereales o residuos metálicos, «cualquier material que no perjudique el papel», afirma. «Después de varias experiencias llegué hasta ese camino que es una novedad en el mundo del grabado. Es como cuando Goya empezó con el grabado. Hasta él, todo era punta seca, después descubrió el aguafuerte y la aguatinta, y desde entonces hasta ahora la técnica ha sido la misma; yo, con el grabado matérico, he dado un paso más y he avanzado en ese campo».
Para Ripollés, el grabado tiene la misma categoría que cualquier otra técnica. «En la obra creativa para mí no hay un género inferior o superior, pero en el mercado sí y tiene más valor la pintura y el dibujo que el grabado. Pero yo creo que es exactamente lo mismo, importa la calidad de la obra no la técnica y creo que hay obra en papel que es superior a muchas telas».
Precisamente el papel de lino que utiliza para sus grabados lo hace él mismo, según afirma su esposa, Pilar Gimeno, que se ha encargado del montaje. De hecho, una de las obras, «La bestia», realizada en los 90, es el grabado más grande del mundo hecho en una sola pieza de papel, con 2 por 1,5 metros, asegura. «Como incorporaba mucha materia no le dejaban trabajar en talleres normales y creó su propio tórculo para hacer papel. Luego han venido artistas para copiarlo», destaca su mujer.
Para Ripollés, cada grabado expresa algo distinto, «tiene un mensaje diferente porque el artista que está vivo va cambiando con el tiempo. No como los que pintan de una manera y al año siguiente algo distinto porque se guían por las modas. Son intelectuales que pintan, no sienten. Yo como no sé, no puedo más que sentir. El que es actor y finge no es artista, es artesano. El arte no es para ganar dinero ni para ser famoso, eso me da risa».
El pintor y escultor destaca que trabaja de una manera disciplinada pero «muy anárquica, sin normas, hago las cosas como puedo y cuando puedo, no cuando quiero; a veces hago a la vez pintura, escultura y grabado». De hecho, destaca que ahora está también ilustrando un libro que incluye doce relatos de intriga de otros tantos escritores. «Eso, mientras pinto y esculpo».
La exposición se completará con una singular experiencia, que se celebrará en una fecha aún por decidir en el espacio Camon de Caja Mediterráneo. Ripollés pintará en directo, ante los «ojos» virtuales de los ordenadores de ese centro y su actividad podrá ser seguida por los internatutas que se conecten. «Ese día llegaré allí y a ver qué se me ocurre. A mí me da igual pintar delante de la gente que delante del ojo de un ordenador. Lo que no me da igual es no poder hacer arte. La vida no me interesa sin el arte, es lo que necesito y lo que quiero hacer».


EL ARTISTA TRABAJA EN UNA «ESCULTURA ÚNICA» PARA LA CIUDAD DE ALICANTE
CRISTINA MARTÍNEZ

El paso de Ripollés por Alicante no será fugaz. Tras finalizar el próximo mes de enero las exposiciones que ofrece en el Club INFORMACION y en el paseo del Puerto, la ciudad volverá a tomar contacto con el arte de este creador en primavera. Y es que, por iniciativa de Caja Mediterráneo, el pintor y escultor ya ha puesto manos a la obra para crear una escultura que se ofrecerá a la ciudad y que ocupará un espacio importante de la misma.
Ripollés afirma que cuando visitó Alicante para inaugurar la exposición de esculturas, recorrió diferentes lugares para proponer cuál sería el mejor emplazamiento para la escultura. No obstante, «será la alcaldesa la que tenga la última palabra para escoger el lugar, algo que me parece lógico, aunque yo ya sé cuál sería el mejor según mi punto de vista».
Lo que sí está claro es que será una escultura en bronce «de grandes dimensiones», una «pieza única», creada en exclusiva para la ciudad. «Tengo dos prototipos hechos y ahora hay que elegir cuál se ejecuta finalmente, para que esté lista para primavera y poderla colocar. Que elijan la que quieran, a mí me da igual una que otra, me gustan las dos».
El artista, lo que tiene claro, es el mensaje que ha querido imprimir a la pieza que ser erigirá en la ciudad. «Creo que a Alicante le va bien el mensaje que he querido destacar en esta obra, porque es una ciudad de fama mundial, muy conocida como un espacio agradable, hermosa para visitar y lo que he querido es reflejar la buena calidad humana que se respira allí».

Datos informativos

Fecha inicio : 12-11-2009
Organiza : CAM, Ayuntamiento de Alicante y Club INFORMACION

Leave a Reply