UNA PELÍCULA DE JOSÉ LUIS CUERDA PROTAGONIZADA POR MARIBEL VERDÚ
CINE – CRÍTICA
ANTONIO DOPAZO
Nos retrotrae con sólidos fundamentos a la España triste y mísera de 1940, en los más duros tiempos de la posguerra, abriendo al espectador con imágenes elocuentes y terribles las páginas del libro del malogrado Alberto Méndez en que basa. Como decía la viuda del escritor, ésta es una historia real escrita con el olor y el ruido de la memoria de otros que refleja con una precisión notable los cimientos del nacional-catolicismo y del que emerge un país intransigente en el que solo tienen cabida la uniformidad y el acatamiento. Cuerda ha estado a un nivel estimable, aunque por debajo de su espléndida «La lengua de las mariposas», y se ha valido de tres actores magníficos, Maribel Verdú, Javier Cámara y Raúl Arévalo. Trabajo póstumo del mejor guionista de la historia de nuestro cine, el inolvidable Rafael Azcona, sus fotogramas tienen la capacidad de reproducir las claves ideológicas en que se amparaba el régimen que había ganado la guerra. En este sentido los logros más relevantes se centran en la descripción de la mentalidad del diácono Salvador, un joven que todavía no ha cantado misa y que da clases en un colegio, y en sus impagables conversaciones con el Rector cuando siente la llamada de la carne, se siente turbado por la presencia de Elena, la madre de uno de sus alumnos.
SINOPSIS
Orense, 1940. Cada vez que Elena cierra la puerta de casa, echa la llave a sus secretos. Su marido, Ricardo, amenazado por una despiadada persecución ideológica, lleva años escondido en el piso donde conviven con sus hijos, Elenita y Lorenzo.
Salvador, un diácono desorientado tras su lucha en el frente, vuelve al seminario de Orense. Las dudas en la vocación del joven llevan al Rector a retrasar su acceso al sacerdocio durante un año. Mientras, Salvador dará clases en el colegio donde estudia Lorenzo, el hijo de Elena, a quien Salvador cree viuda. El diácono se obsesiona con ella y la acosa. La frágil realidad de la familia se tambalea.
Heridos y zarandeados por las circunstancias, los protagonistas de LOS GIRASOLES CIEGOS se golpean contra un muro de represión, amores imposibles y derrotas emocionales, mientras buscan un resquicio para volver a la vida.
