INTERVIENEN:
FEDERICO TRILLO. Cabeza de lista al Congreso de los Diputados por el Partido Popular (PP)
PEDRO SOLBES. Cabeza de lista al Congreso de los Diputados por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
MANUEL ALCARAZ. Cabeza de lista al Congreso de los Diputados por la coalición Esquerra Unida (EU)
MODERA:
JOSÉ MARÍA PEREA. Periodista
ATAQUES SIN CONTRAPARTIDA
SUSANA ABIA
Más de medio millar de personas asistieron ayer al primer debate electoral entre los candidatos de los tres partido con representación parlamentaria por Alicante, dejando pequeño el aforo del salón Europa del Hotel Meliá, lo que obligó a algunos de los asistentes a seguir de pie en la sala o en sus alrededores las intervenciones.
El debate, para el que orden de intervenciones fue sorteado instantes antes del comienzo, se estructuró en tres grandes apartados: un bloque para el programa institucional de cada formación, otro para las propuestas económicas y de carácter social y el tercero dedicado a las ofertas referidas concretamente a la provincia de Alicante. Cada candidato dispuso de un primer tiempo de exposición y turno de réplica y contrarréplica.
El candidato popular, Federico Trillo, fue el que empleó un tono más agresivo, aunque dentro de una estricta corrección en los términos empleados, mientras que el de EU fue el que más didácticamente expuso las propuestas de su programa electoral.
Alcaraz repartió sus críticas a uno y otro partido, mientras que Trillo y Solbes se enzarzaron durante la mayor parte del debate entre ellos. Trillo marcó desde el principio un tono que hizo permanecer a la defensiva al candidato socialista, obligándole a consumir casi todo su tiempo en las distintas intervenciones en responder a los ataques, más que en plantear propuestas.
En el primer apartado, referido al programa institucional, la situación del problema terrorista y el GAL y la reforma del Código Penal centraron la polémica entre los dos candidatos del PSOE y el PP, mientras que Alcaraz abogó por dar mayor protagonismo al Parlamento. En el apartado económico, Trillo atacó duramente la política fiscal del actual Gobierno, alegando que ha beneficiado a las clases más pudientes, y Solbes descalificó las promesas populares de rebajar impuestos, asegurando que supondrán recortes sociales. Alcaraz apostó por el reparto del empleo y la anulación de la reforma laboral. En el tercer apartado, referido a propuestas para la provincia, Trillo reprochó a los socialistas no haber correspondido con su gestión al peso que tiene la provincia en el conjunto de España, mientras Solbes le tachó de «demagogo» y Alcaraz defendió la necesidad de combatir la economía sumergida.
