DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    24-05-2010
  • TERMINA
    01-01-1970

Último capítulo de la serie LOST

Al término de la proyección habrá una charla-coloquio entre los asistentes

«PERDIDOS» EN EL CLUB
JUAN ANTONIO GIMÉNEZ

Si eres fan de Perdidos y quieres ver el doble episodio final a lo grande, el Club INFORMACIÓN, en colaboración con www.informacion.es, te ofrece la posibilidad de disfrutarlo en pantalla gigante, en directo (a partir de las 06.30 horas de la madrugada del domingo al lunes) y con entrada libre y gratuita. A su término, tendrá lugar una charla-coloquio entre los asistentes. Habrá desayuno gratis para los asistentes por gentileza de la iniciativa Dharma. El aforo de la sala es de 220 personas. Puedes reservar tu butaca enviando un correo con tus datos a la dirección: edicion.digital@epi.es.
Por primera vez en la historia en España, una cadena de televisión -Cuatro- emite un episodio coincidiendo con su estreno en Estados Unidos. Cuatro ofrecerá el desenlace de Lost en versión original subtitulada en castellano.
El Club INFORMACIÓN, que abrirá sus puertas media hora antes del inicio del último episodio, será el único lugar de la provincia de Alicante que lo proyecte en pantalla de cine, como se hará en Madrid, Barcelona o Valencia.


LOS «PERDIDOS» SE ENCUENTRAN
JUAN ANTONIO GIMÉNEZ

¿Por qué más de cien personas prefieren darse un madrugón padre e ir hasta el Club INFORMACIÓN, algunos desplazándose incluso desde Valencia, Benidorm y Villajoyosa, para ver el final de una serie en lugar de hacerlo en casa en pijama, echándolo como lo echaban por la tele y en abierto? No es sólo por verlo en la pantalla gigante y por el desayuno que se les ofreció, sino porque Lost se disfruta más en compañía. Si acabar un capítulo sin poder comentarlo con alguien es un suplicio, cómo ver el último en solitario.
La serie, que la madrugada de ayer lunes dio su último chute en vena a millones de adictos en todo el mundo, es maquiavélicamente buena. Con una trepidante mezcla de géneros, un reparto coral y un tratamiento narrativo que ha marcado época, su ansiado desenlace ha dejado, sin embargo, un regusto amargo a muchos de sus fieles, que la acusan de recurrir a un final facilón. Pero cuidado, que es otra trampa de Carlton Cuse y Damon Lindelof, los padres de la criatura. La solución, digerida con templanza y perspectiva, no es tan decepcionante como pudiera parecer. Quien esperara un último capítulo que contestara a todos los misterios como en un examen estaba más perdido que nunca. En muchos foros de Internet, donde teorizar sobre Lost es desde hace años un deporte oficial, de la indignación inicial se ha ido pasando con las horas a la satisfacción e incluso el entusiasmo, en buena medida gracias a las aportaciones e intercambios de impresiones de los losties, como se conoce popularmente a los seguidores. No ayudó mucho a que los fans saborearan el final como es debido el que Cuatro se quemara en la prueba de fuego que fue emitir, por primera vez en la historia en España, un estreno casi al mismo tiempo que en Estados Unidos y otros 57 países más. Casi, matizamos, porque la diferencia de media hora en España fue la mínima necesaria para incrustar los subtítulos en castellano. Y es que como si la serie quisiera morir en Internet, medio que la convirtió en el fenómeno mundial que es, a Cuatro le salió tan mal la jugada que, por «un error humano», se saltó seis minutos del capítulo en uno de sus momentos clave y durante un buen rato los subtítulos salieron a destiempo, con paradas momentáneas en la imagen. Así que anoche u hoy, todos a verlo de nuevo en la Red. Será entonces cuando muchos descubran los matices que hacen del final elegido un más que digno colofón a seis años de entretenimiento. (Atención, espóiler. Si no has visto el final, no sigas leyendo). Porque no es que, como muchos interpretaron ayer en caliente, todos estuvieran muertos desde el principio. No, en la isla todo lo que sucedió fue real. Pero en una nueva vuelta de tuerca, los creadores del invento, que negaron la teoría de los fans y los críticos que desde la primera temporada hablaba de que «todo lo que sucedía era porque los protagonistas estaban en el purgatorio», camuflaron ese limbo al que ya habíamos renunciado donde nadie se lo esperaba: en la realidad paralela, en la de fuera de la isla, que creíamos que fue provocada por la detonación de la bomba Jughead. Ésa donde los personajes no se conocían y donde se iban cruzando unos con otros. Y ayer, una a una, las piezas principales, que son los protagonistas, sin los miles de enigmas accesorios que les han acompañado, fueron encajando como en un puzzle. Los perdidos, finalmente, se encuentran y reencuentran, aunque en realidad sean sus almas. Tan previsible y obvio como que todos morimos, unos antes y otros después, como advierte Christian a su hijo Jack. La escena final, en la que buena parte de los personajes, juntos y felices, dan el paso hacia la luz, entristece y reconforta al mismo tiempo. Y, por supuesto, da mucho más que hablar. Por lo que muestra y por lo que deja sin mostrar. Ahí radica la magia de Lost y con ella ha dicho sus ¿últimas palabras? Entre interrogantes porque esto parece que no acaba aquí. Nadie va a matar a la gallina de los huevos de oro y los productores ya han anunciado que el final se ampliará en DVD unos 20 minutos. Habrá que ver entonces si la resolución de algunos de los enigmas que ahora se reclaman no enturbia el halo místico, épico y polémico (como no podía ser de otra manera) de su emotiva última entrega. Ahora sí que entendemos, más que nunca, el porqué del título…

Datos informativos

Fecha inicio : 24-05-2010
Colabora : informacion.es

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