DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    21-03-2013
  • TERMINA
    01-01-1970

Intervienen
Jesús Murgui Soriano.
Obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante
Antonio Gil Olcina. Rector Honorario de la Universidad de Alicante
Antonio Javier Aranda. Presidente diocesano de la HOAC
Vicente Navarro de Luján. Consejero nacional de la ACDP y Director de promoción Cultural del CEU

Modera
Francisco Sánchez.
Director del Club INFORMACIÓN

EL TERCER CONCILIO PUEDE ESPERAR
ÁFRICA PRADO

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¿Habrá un Concilio Vaticano III bajo el pontificado de Francisco? «Ni lo sé ni me importa». Más claro no pudo contestar el presidente diocesano de la Hermandad Obrera de Acción Católica, Antonio Javier Aranda, que, sin ánimo de ser irrespetuoso, añadió que «el Concilio II aún puede dar mucho juego en la Iglesia con cosas que se han aparcado y que se pueden retomar, como la Iglesia de los pobres y la participación del pueblo de Dios. Con eso ya es bastante».
Aranda intervino junto al obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui Soriano; el rector honorario de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, y Vicente Navarro de Luján, consejero nacional de la Asociación Católica de Propagandistas y director de promoción cultural del CEU en la mesa redonda organizada ayer por el Club INFORMACIÓN tras la entronización de Jorge Bergoglio como Papa.
El resto de participantes coincidió en que no es necesario un nuevo congreso para atender las nuevas cuestiones del mundo o promover cambios en la Iglesia. «No veo la necesidad ni la probabilidad de un nuevo Concilio; en el Vaticano queda mucho por hacer», señaló Gil Olcina, al igual que Navarro de Luján, que opinó que «no hace falta porque el segundo está por desarrollar», mientras Murgui recordó que «la gran tarea todavía es aplicar de verdad y vivir el Vaticano II, que ha dado un montón de cosas buenas, pero que tiene el reto de ver cómo avanzar en la justicia sin dejar de anunciar a Jesucristo».
No obstante, los ponentes sí se mostraron convencidos de que Francisco tendrá que afrontar la reforma de la curia vaticana. Gil Olcina recordó que el Vaticano «pasa por tener uno de los servicios diplomáticos más eficientes e informados y [la reforma] no tiene por qué ser un inconveniente, aunque puede serlo», tras añadir que «la humildad y sencillez de las que hace gala el Papa no están reñidas con la firmeza y va a ser firme al renovar y reformar lo que haga falta en la curia vaticana».
También Navarro de Luján señaló que «tiene que haber una profunda reforma porque los tiempos lo exigen, así como que haya una representación más universal. No tiene sentido que la mayoría de la curia sea italiana, cuando la mayoría de la Iglesia se sitúa en América Latina y crece en América del Norte». Ahora bien, el representante del CEU consideró que «la curia tiene peor imagen de la que es; hay mucha imágen de Código da Vinci. Hay tensiones, pero de ahí a las novelas escritas sobre la curia hay un abismo y la imaginación de muchos escritores es pasmosa».
Antonio Aranda aplaudió, por otro lado, los gestos de acercamiento del nuevo Papa a la gente desafiando protocolos y normas de seguridad: «A veces a la Iglesia se la ve lejos del pueblo y existe esa sensación de Iglesia jerárquica. Esos signos de acercamiento son necesarios para transmitir esa cercanía a la sociedad y yo creo que va a potenciar una Iglesia más horizontal», a lo que añadió que «habrá que ver qué papel nos va a dar a los laicos. Se dice que la nueva evangelización será de los laicos. Igual es el momento».
El obispo Murgui también destacó los primeros gestos de austeridad del Papa Francisco -como que utilizara un pectoral de metal o la mitra con la que celebraba misa o que saliera al balcón sin estola-, «indica personalidad en un Papa austero en los gestos, que no empuja al aplauso, como sí hacía Juan Pablo II. Que quiera ser llamado el obispo de Roma tiene mucha carga: aquí el importante es Dios y me arrodillo ante él».
En este sentido se pronunció también Navarro de Luján, que consideró que Francisco «nos ha hecho reflexionar sobre el hecho de que la Iglesia es “cristocéntrica”, no “papacéntrica” y que la única figura sacralizada es Cristo. Eso da idea de que el pontificado va a ser más colegiado, va a consultar más a los obispos y a establecer puentes de diálogo con las iglesias ortodoxas y anglicanas».
Navarro señaló que la polémica sobre su posible implicación en la dictadura militar argentina responde a informaciones «tendenciosas» y «anecdóticas», pero algunos de los retos del Papa pasan por «la reevangelización de Europa por la vía del ejemplo de una Iglesia reencarnada en los pobres y por el replanteamiento del papel de la mujer en la Iglesia, que tenga una presencia más activa en órganos de la Iglesia»
Gil Olcina añadió que la elección del nombre «muestra que su papado será de brazos abiertos y pone el acento en temas sociales», además de que «llama la atención la voluntad y el afán de servicio, que es un fin y un principio, lo que excluye otros aspectos negativos que preocupan a la sociedad», aunque matizó que «tiene una empatía formidable, arrolladora, directa, y no es cuestión sólo de gestos porque, si no, no impresionaría a tanta gente. Impresiona la autenticidad y desde ahí se hará la evangelización».
Para Aranda, a quien, como al resto de ponentes, el nuevo Papa «da buenas sensaciones» es importante que quiera poner a los pobres en el centro de la Iglesia, en el lugar que se merecen» y recordó que la misa de Jueves Santo la dará en un centro penitenciario de menores, algo que ha hecho olvidar «tonterías como la de los zapatos rojos». El obispo concluyó el acto destacando la «gran riqueza» de un Papa «que da mucho juego y ojalá su pontificado sea fecundo en estos tiempos de crisis».

Datos informativos

Fecha inicio : 21-03-2013
Colabora : CEU - UNIVERSIDAD CARDENAL HERRERA
Organiza : Club INFORMACIÓN

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