DATOS DEL EVENTO

  • EMPIEZA
    19-02-2014
  • TERMINA
    01-01-1970

Interviene
JUAN VELARDE FUERTES
Economista

JUAN VELARDE. Economista. Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1992 y catedrático emérito de la Complutense de Madrid, Juan Velarde es ferviente defensor de la flexibilización -más todavía- del mercado laboral. Prefiere no hablar de salida a la crisis y condiciona la situación de España a lo que pase en Francia. Organizada por Cajamar, esta tarde ofrecerá una charla en el Club INFORMACIÓN.

«EL MEDITERRÁNEO Y ALICANTE SE PUEDEN LLEGAR A CONVERTIR EN LA CALIFORNIA DE EUROPA
Entrevistado por M. POMARES

¿Ha empezado España a salir ya de la crisis económica?
La situación económica está mejorando en estos momentos, pero no tiene mucho sentido hablar de salida a la crisis todavía porque hay noticias internacionales muy preocupantes y más preocupante todavía es que Francia esté con tasas de desempleo de dos dígitos y un caos financiero creciente. La política económica de Hollande es muy mala y eso está llevando a ese país a una situación preocupante. Y lo peor es que estamos hablando del mayor cliente de España. A eso, además, se suma el caos de Italia, que también es cliente de España, y el caos de Portugal.

Con este escenario de partida, ¿cuáles son las perspectivas que se abren ante la economía española a corto y medio plazo?
A corto plazo tenemos un conjunto de medidas que se han puesto en marcha para flexibilizar el mercado laboral o controlar el sistema crediticio. La situación de las cajas de ahorro era lamentable y se va arreglando. Además, está la caída del diferencial del tipo de interés respecto a Alemania, y el mercado de trabajo está experimentando una mejoría. Parece que todo va en la buena dirección. A partir de ahí, y a medio plazo, tenemos que plantear un sistema tributario que elimine el déficit tremendo. Una deuda que casi roza el cien por cien no es tolerable. También hay que poner en marcha medidas relacionadas con las tecnologías y la educación, y cambiar muchos aspectos culturales. En cualquier caso, España no unía nada hasta hace un tiempo, y ahora conecta el Extremo Oriente, y a países como Corea del Sur, China o Singapur, a Estados Unidos y a Europa. España ha pasado de ser una esquina del mundo a estar en el centro, eso puede ayudar, y ya estamos recibiendo más inversiones directas del extranjero.

¿Ese cambio del sistema tributario tiene que pasar por una subida de los impuestos?
Tiene que pasar por un cambio tributario estatal, autonómico y municipal, junto a recortes tremendos en el gasto público porque no podemos seguir en esta situación. También hay que impulsar las privatizaciones, porque cuando se venden bien algunas cosas del Estado, puede ayudar, como ocurrió en el pasado con la venta de Telefónica y de otras empresas públicas. Ahora también hay posibilidades de privatizar y tenemos que hacerlo.

¿Qué papel juega la sanidad en esa privatización que defiende con los precedentes que hay en estos momentos?
La sanidad plantea en estos momentos un problema tremendo y el problema que hay por encima de todo es que las autonomías tienen todas las competencias. Las distancias en España son cortas y las especialidades se deberían concentrar en unos pocos centros. La situación es muy complicada porque todas las autonomías quieren tenerlo todo y eso encarece los costes. El viejo sistema del Instituto Nacional de la Salud sería la solución.

Y, más allá de la sanidad, ¿qué salida se le puede dar al debate sobre la financiación autonómica?
Es un problema que hay que resolver, y que no tiene nada que ver con las balanzas fiscales. Las cifras están mal calculadas y el problema mal planteado. La solución pasa por que las autonomías se financien de una manera austera. No puede ser que las autonomías utilicen empresas públicas o fundaciones para escapar de los mecanismos de control, y eso es lo que tendría que estudiarse. A partir de ahí, el nuevo sistema tributario debe atender el problema de las autonomías viendo de un lado los ingresos y de otro los gastos. Las autonomías, por motivos políticos o por lo que sea, tienen gastos extraordinarios y se están duplicando servicios. No puede ser que a muy pocos kilómetros esté la Universidad de Alicante, la de Elche, la de Murcia, la de Cartagena y la de Valencia. El rendimiento académico es nefasto porque la enseñanza no es ni seria ni dura.

Hablaba antes de seguir flexibilizando el mercado de trabajo. ¿Eso no sería incompatible con trabajar para reducir las tasas de desempleo?
Si el mercado es rígido, los costes se encarecen para las empresas, se elimina competitividad, se genera crisis y se destruyen puestos de trabajo… Y lo más lamentable es que, además de eso, tenemos un mercado laboral oculto con tasas del 25%, como resultado de la rigidez del mercado laboral. De todas formas, uno de los grandes problemas es que el mundo judicial sigue siendo protector con el obrero, y ya lo ha dicho la OCDE, y por eso no se ha conseguido la flexibilidad necesaria.

¿Por dónde pasa el futuro de una provincia como Alicante?
Alicante está en la costa mediterránea y, por tanto, en uno de los puntos con más futuro. La costa mediterránea tiene ventajas especiales para el turismo, que es un sector importante a través de los servicios que genera, y si a eso se unen las actividades industriales y un puerto como el de Alicante, el futuro puede ser muy próspero. Estamos hablando de un área que conecta al sur con Murcia y Almería, al norte con Valencia, Castellón y Cataluña, y que está bien conectada con el Madrid y el centro, que pueden ver ahí su salida al Mediterráneo. Con esta situación, el Mediterráneo y, especialmente, Alicante se pueden convertir en la California de Europa, por el clima y por las conexiones que tiene.

VELARDE APUESTA POR CAMBIAR LAS PENSIONES Y DAR OTRA VUELTA DE TUERCA A LA REFORMA LABORAL
ANDRÉS VALDÉS

El economista, Premio Príncipe de Asturias en 1992 y catedrático emérito de la Universidad Complutense Juan Velarde Fuertes (1927), diagnosticó ayer las enfermedades económicas que padece España con rotundidad, sin considerar el qué dirán y con destellos de lucidez erudita en un acto celebrado en el Club INFORMACIÓN y organizado por Cajamar. Para Velarde, el sistema de pensiones debe elegir entre someterse a una reforma urgente o aceptar el colapso; la factura energética debe bajar o asumir que acabará echando del país a la gran industria y el mercado laboral tiene que entender que la protección del trabajador como prioridad generará, paradójicamente, más paro porque dejará a las empresas sin recursos para competir. Licenciado en la primera promoción de Económicas de la Historia, relativizó la importancia del Estado del Bienestar que disfrutaba España antes de la crisis al definirla como «sociedad de la opulencia»; criticó la sentencia del Tribunal Constitucional que «facilitó la especulación inmobiliaria» cuando se aprobó la ley del suelo y apuntó, al final de su ponencia, que al corrupción es «uno de los grandes lastres de la economía». Con un espíritu técnico y reformista, este miembro de Falange en su juventud y posterior doctor honoris causa por varias universidades ?entre ellas, la de Alicante? en su madurez intelectual, recorrió ayer por la tarde varias décadas de desarrollo económico del país señalando aciertos y fracasos de todos los gobiernos políticos ?si bien el de Zapatero recibió más dardos que ningún otro? hasta llegar a una batería de soluciones que la audiencia, repartida en las butacas y asientos supletorios con que hubo que reforzar el Club, recibió como amargas pero inevitables cucharadas de aceite de ricino para combatir la brutal indigestión que tiene a España de baja por incapacidad.
El acto, patrocinado por Cajamar, contó con la intervención del director de Negocio en la dirección territorial alicantina d la entidad, Rafael Morata y estuvo presentado por el subdirector de INFORMACIÓN Fernando Ramón.
Morata, quien enmarcó la ponencia de Velarde dentro del contexto de «incertidumbre» en que trabaja la economía, observó los cambios que en un lustro se han producido en el sistema financiero español «cambiando las reglas del juego del sector». El directivo de Cajamar recomendó «saber qué entidades supieron mantenerse fieles su negocio e innovar en su adaptación a las nuevas exigencias» del sector y quiso resaltar la incorporación de Caixa Petrer, Caixa Altea y Caixa Callosa al Banco de Crédito Social Cooperativo que impulsa la caja almeriense.
Velarde empezó su intervención dibujando el escenario que engendra el crack económico español. La crisis global estalla en 2007 en un país con un mercado interior roto en eficacia «por la distinas leyes autonómicas», por la rigidez ancestral del mercado laboral ?de la que responsabilizó a un ministro de Franco?, e impulsor de una política energética «errónea» que afronta «una recesión mundial» y un desplome del PIB nacional lastrado de antemano por el peso «excesivo» del sistema de pensiones ?«la demografía hace que estemos cerca de que un salario deba soportar una pensión»? al que se sumará el pago de las prestaciones por desempleo que se habrán de disparar. «El PIB cae y se distribuye de forma irregular; llega el malestar la sociedad de la opulencia masificada», resumió Velarde.

Medidas
Entre las soluciones que encontró el economista no hubo medidas fáciles. En un discurso que en ocasiones delineaba las tesis económicas del Gobierno, pidió ampliar el efecto «flexibilizador» de la reforma laboral ?«la rigidez da argumentos a la economía sumergida», añadió?, reformar el sistema de pensiones evitando «un disparate como el Pacto de Toledo» y que se someta al sistema tributario al plan del catedrático de Hacienda Pública Manuel Lagares como valora el ministro Montoro, con el que «se estima una reducción del déficit al 3% en 2016». La reducción del endeudamiento público pasa también para Velarde por aumentar los ingresos del Estado, capitalización que no dudó en recomendar que se tome de «trocear parte del sistema público y venderlo al privado».
En otros puntos de su intervención, sumaría más apoyos entre empresarios que entre políticos, como en la crítica que realizó sobre el precio de la energía a cuya reducción no va a contribuir la reforma del ministro Soria. O entre detractoers del sistema económico liberal que rige el país. Velarde atacó al Banco de España por haber «fallado» en una de las «pocas funciones» que le quedaban tras la creación del Banco Central Europeo como era «la vigilancia del sistema crediticio español». El experto reclamó más control del sistema financiero como garantía de crecimiento y recomendó prestar atención a las posibilidades que ofrece la enorme exposición al mercado global que tiene la economía española, a la previsión de crecimiento del PIB mundial hasta el 4% y al auge del transporte marítimo con mejoras estructurales en puertos y ferrocarriles.
El último cuarto de la ponencia estuvo ocupado por las preguntas que el público dirigió al catedrático. Sobre la sostenibilidad del Estado del Bienestar, Velarde apuntó que para ello se necesita «cubrir la sanidad, y eso España ha demostrado que se puede hacer, pero también tener educación excelente, un sistema de pensiones apto y una tasa de paro aceptable». Otra cuestión abordó el estrangulamiento de crédito que no llega a pymes y familias, tema que el economista abordó alegando que «para los bancos es más interesante prestar al Estado español que a estos clientes».

LOS TRES BACHES INMEDIATOS PARA EL DESARROLLO DE ESPAÑA

La secesión de Cataluña fue uno de los tres frenos que el economista detecta como principales escollos para el desarrollo a corto y medio plazo de la economía del país. Velarde indicó que la separación de Cataluña supondría la pérdida del 5% del PIB español, aunque para el nuevo estado «la secesión se traduciría en una pérdida del 20%», según explicó el catedrático. «Sería un gran golpe», admitió el experto.
Otra de las barreras inmediatas que debería superar el país es la reforma del sector energético, sobre la que recomendó mantener las centrales nucleares y solventar de manera inmediata el déficit de tarifa y el elevado coste de la factura de la luz que denuncian sobre todo los industriales.
Además, la recuperación tiene un factor social. Velarde detecta dos «grupúsculos sociales» que frenan la toma de decisiones y el avance con la fractura de la sociedad que representan. Por una parte, señala a los indignados «inspirados por Hessel» y Sampedro «que piden maravillas sin que haya que hacer nada», y del otro, «conservadores especuladores que quieren volver a un crecimiento inmediato como el que había antes».

Datos informativos

Fecha inicio : 19-02-2014
Organiza : Club INFORMACIÓN y CAJAMAR

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